El escritor mexicano David Toscana acaba de publicar “El peso de vivir en la tierra” bajo el sello de Alfaguara, una novela donde el regiomontano rinde homenaje a la literatura rusa. Es un texto cordial y lúdico en el que, a partir de un relato arropado por el deseo de la aventura, el lector encontrará un vasto itinerario de referencias, citas y guiños a novelas, textos líricos y cuentos de una de las tradiciones más significativos de la literatura universal, aquella que ha dado origen a escritores de la talla de Gogol, Tolstoi, Dostoievski, Chejov o Babel.
La trama se construye a partir de la muerte de tres cosmonautas rusos durante su regreso a la Tierra, después de 23 días de permanecer en órbita espacial dentro de la estación Salyut, en 1971. Nicolás decide cambiarse el nombre, ahora se llamará Nikolái Nikoláievich y, junto a un grupo de cómplices, prepara un “viaje” para representar su propia puesta en órbita. Cada integrante encarna una referencia tomada de las novelas y relatos rusos. Las historias evaden su propia realidad y rasgan la línea entre la ficción y lo real.
La novela es un juego en el que la vida se deja poseer por el espíritu del arte. Nikolái termina radicándose en Monterrey, Nuevo León, en el norte el territorio mexicano y emula a los héroes rusos de la literatura. Entre su séquito de cómplices uno quiere ser un caballero andante; otro, un asesino, tuberculoso o alcohólico. “El peso de vivir en la tierra” presenta la historia de este peculiar grupo en su más de 300 páginas escritas por Toscana. La historia es ambientada en plena Guerra Fría con la carrera espacial entre soviéticos y estadounidenses. El protagonista le propone un viaje imaginario por el cosmos a su esposa, una mujer llamada Marfa Petrovna, llamada como el personaje de Dostoievski en su novela “Crimen y castigo”.
“Propongo hacer un recorrido narrativo por la obra de diversos autores rusos, desde Dostoyevski hasta Pasternak, de Bulgákov a Ana Ajmátova, o de Chéjov a Marina Tsvetáieva, en un conjunto de historias superpuestas en diversos espacios. Empalmo la vida de cada autor con los relatos que escribió. Cabalgata por los itinerarios de avaros, homicidas, prostitutas, indigentes, tuberculosis, borrachos, entre otras criaturas, que se debaten entre la desdicha y el curso de su destino. La novela invita a un juego donde la vida se deja arrastrar por los alientos del arte”, dijo David Toscana en entrevista con La Razón.
En el libro también coexiste el borracho Guerásim, con el nombre de una de las figuras del libro “La muerte de Iván Ilich”, de Tolstoi. Cuando este personaje se suma a la historia en la novela se recrea un mundo de aventuras con un recorrido alrededor de medio centenar de obras o autores rusos y varios asesinatos ordenados por Stalin. Para el escritor, Cervantes suele ser el origen o inspiración de todo lo que cuenta, con estos personajes que no habitan la realidad; el novelista expone su gran pasión por la lectura de autores rusos, una práctica de más de 40 años.
“Stalin marca la literatura rusa de dos formas, una, reclutando gente para que escriban según la línea del Partido y acosando, encarcelando, persiguiendo, a quienes que no la siguieron. Ahí tenemos a la poeta Ana Adjmatova; de ser diva, poco a poco se va convirtiendo en una paria en su propio país”. Dijo David Toscana en entrevista con Swissinfo.
En “El peso de vivir en la tierra”, el escritor demuestra una de sus grandes pasiones, para construir esta hilarante historia, releyó los textos rusos a los que les gurdo cariño y fue así como dibujo un mapa lleno de guiños sobre autores procedentes de rusia. David Toscana fue galardonado en 2018 con el Premio Xavier Villaurrutia por su novela “Olegaroy”, también es autor de otros textos como “Las bicicletas”, “Santa María del Circo” y “Evangelia”, entre otros.
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