25 años después de su creación, Lorenzo Silva continúa con las aventuras de los agentes españoles Bevilacqua y Chamorro en “La llama de Focea”

El escritor español Lorenzo Silva regresa a la literatura con la novela “La llama de Focea”, editada por Destino; una historia protagonizada por unos de sus personajes más queridos, el subteniente Rubén Bevilacqua y la agente Virginia Chamorro, quienes ahora se enfrentarán a un crimen en el camino de Santiago francés, durante su paso por el corazón de Galicia; esta es la primera vez que el escritor toma esta localidad española para convertirla en protagonista más de sus historias, en esta ocasión cargada de reflexiones internas y charlas naturales entre las persecuciones y tiroteos.

“La llama es una metáfora de muchas cosas, es una metáfora de los incendios y estos a su vez del conflicto, pero la llama también es una metáfora a través de esa antorcha, del legado que se traspasa entre generaciones. Veremos como Bevilacqua sucumbió enteramente a la pasión amorosa; quizá algún lector o lectora se sorprenda al ver a un Bevilacqua tan profundo y exhaustivamente enamorado, pero ese es en el momento en el que sucede y aunque ya se había dejado ver en la serie algún destello de esa relación, ahora se cuenta de principio a fin”, dijo Lorenzo Silva en entrevista con Atresmedia.

Galicia es el escenario elegido por Lorenzo Silva para desarrollar, en más de 500 páginas, este relato que acontece en el pasado reciente español, como es El Procés. En el libro coexisten dos tramas que se desarrollan de forma paralela; por un lado, una chica joven llamada Queralt Bonmatí que aparece asesinada en el camino de Santiago; el caso comienza a tomar tintes muy extraños y sospechosos cuando se revela que la vÍctima es la hija de uno de los principales investigados por el caso del Procés.

En seguida que se revela la primera trama, surge la segunda, la cual se sumerge en los primeros años como guardia civil de Bevilacqua, en aquella época destinado en Cataluña con el objetivo de evitar actos terroristas durante las Olimpiadas de 1992. Silva, en esta historia, se mete de lleno en el debate del independentismo, dándole voz a los dos bandos, pero sin darle la razón a ninguno, mientras dibuja el ambiente de Samos, una de las villas de la comarca lucense de Sarriá, un paso obligado para todos los peregrinos que han elegido el camino francés.

La chica asesinada había salido de Roncesvalles solo tres semanas antes de ser encontrada sin vida y se revela que tuvo un altercado con un hombre desconocido; esta se convierte en una de las pocas pistas que maneja Rubén Bevilacqua. El caso ocasiona incomodidad en la Xunta, porque puede perjudicar la imagen del camino de Santiago. Todo mientras que el padre de la víctima, Ferran Bonmatí, está siendo investigado por actividades extrañas y presuntas alianzas externas para favorecer el proceso soberanista de Cataluña. Esta investigación llevará a Bevilacqua, desde Lugo hasta Barcelona, una ciudad que fue su primer destino comp guardia civil en 1992.

El subteniente Rubén Bevilacqua recuerda que fue ahí donde creó un hogar, nació su hijo y vivió las más grandes emociones de su vida, pero ahora en 2019 se encuentra con una Barcelona diferente, es otoño y la ciudad se encuentra afrontando las sentencias condenatorias de El Procés; él tendrá que explorar en la investigación de Ferran Bonmatí, sus nexos con Rusia y unos negocios poco claros que podrían estar relacionados con el asesinato.

Rubén Bevilacqua y Virginia Chamorro cumplen 25 años de haber salido por primera vez en los escritos de Lorenzo Silva, y han aparecido en un total de trece libros. La novela “La llama de Focea” refleja los corsés ideológicos que se vivían en el proceso político español; el escritor promete que esta no será la última novela de los dos guardias civiles, ya que los considera como sus “Amigos Literarios”, de los cuales tiene pensadas tres novelas más.

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