¿Qué harías si un día se te apareciera, como por arte de magia, una versión futura de vos misma? ¿Cómo reaccionarías si esa persona te dijera que viene a salvarte? ¿Y si esta desconocida te hablara de un raro tipo de amor? En un lugar como Ciudad Juárez, México, en donde “desaparecen chicas como agua por desagüe”, las adolescentes tienen que cuidarse de los extraños. Especialmente en los 90.
En Treinta me habla de amor, primer libro de la escritora y poeta mexicana Alessandra Narváez Varela, la autora compone una vertiginosa y dinámica novela que, para los parámetros de la literatura juvenil, rompe con todas las reglas. Y es que, en vez de estar compuesta por largos capítulos escritos en prosa, esta historia está contada a partir de ágiles y rítmicos poemas.
“El libro trata sobre la vida de Anamaría en su amada Ciudad Juárez. Está obsesionada con las calificaciones y asiste a una escuela que también lo está. Mala mezcla ¿no? Esto da como resultado sueños de muerte, erupciones en los nudillos y mal cabello. Ella llega a conocer a Treinta, una mujer que manifiesta venir del futuro y que dice todo tipo de cosas raras y cursis”, así lo describió Narváez Varela.
Con una lectura voraz que hará que nadie pueda despegar los ojos del papel hasta llegar a su sorprendente final, Treinta me habla de amor posee una trama con un tinte feminista que aborda temas como la violencia de género y las desapariciones de mujeres y niñas en Ciudad Juárez, pero sin dejar de lado la aparición de elementos de fantasía que rompen con la realidad. Y el mensaje es fuerte y claro: “¿Por qué sería raro amarte a ti mismo?”.
Así empieza “Treinta me habla de amor”
Yo no la buscaba
Ella me encontró. Golpeó
el lateral del baño del Multicinema,
donde yo me sentaba, con
la vista fija en la mancha
color fresa de mi ropa interior.
¡Toma!, me dice ahora, y me da una
toalla con envoltorio verde lima.
Susurro “gracias” porque me
dijeron que se puede aceptar
una toalla de una desconocida.
Además, el cine es un lugar
público más o menos seguro.
Encuéntrame en el puesto de comida.
Podrás ver Buscando a Eva
al menos cinco veces, dice con
demasiado entusiasmo. Se me pone
la piel de gallina: ¡me está siguiendo!
No es una exageración: en mi hogar,
Ciudad Juárez, y en mi época, 1999,
desaparecen chicas como
agua por el desagüe. Una cita con
cualquiera no será mi final.
Tengo trece, no soy tonta.
Cuando el alma me vuelve a los huesos
tiro de la cadena, no me lavo las manos
y doy un portazo al salir.
Búnkeres en Ciudad Juárez
Sin aliento y sudorosa, me echo en la
butaca de gamuza roja junto a Chachita,
mi mami. Me pregunta qué pasa. Nada,
estoy bien, digo yo, pero todavía me laten
los oídos. No estoy bien. Trato de ver
la película: un hombre vivió en un búnker
treinta y cinco años porque su padre
pensaba que una bomba nuclear destruiría
los EE. UU. ¿Hay búnkeres en Ciudad
Juárez?, le pregunto a Papiringo, mi papi, que
tiene el bigote lleno de palomitas. Anamaria,
shh, murmura él. La miro a Chachita.
Quizás, ¿por qué?, dice ella, bebiendo una
Diet Coke con lima. Estaríamos más seguros,
con menos miedo, digo muy rápido. ¿Qué? pregunta
Chachita. Papiringo dice shh otra vez. Respiro
fuerte y les aprieto las manos: los dedos de
esqueleto de Chachita hacen crac. Los dedos
de salchicha de Papiringo no emiten sonido.
Nosotros: la familia Sosa Aragón
Yo: Anamaria Aragón Sosa. Papis: Chachita, alias Amanda Sosa, y Papiringo, alias Carlos Aragón. Lugar: Ciudad Juárez, Chihuahua, México, a un río-charco de distancia de El Paso, Texas, Estados Unidos. Casa: Una planta, dos dormitorios, un baño y medio, y un jardín triangular minúsculo en el que Chachita mata geranios. Calle: Rancho Carmona, no es un rancho de verdad. Mascotas: Algún que otro escorpión, alguna mariposa perdida y ningún perro porque “no tenemos espacio”. Lugares destacados: Cerca del primer Walmart de la ciudad, un cine y una alcantarilla sin tapa que desborda cada mayo. Ahora es febrero. Trabajos: Mis papis son dueños de El Colorín, una taquería de la calle Adolfo Pérez Mateos. Aquí es donde estoy casi todo el tiempo, y donde hago la tarea, porque ese es mi trabajo: la escuela.
Quién es Alessandra Narváez Varela
♦ Es una poeta, escritora y maestra nacida y criada en Ciudad Juárez, México.
♦ Ha publicado su poesía en Poets.org, Huizache, Revista Acentos, Duende, La escuela Normal y TAYO.
♦ Treinta me habla de amor es su primera novela en verso.
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