En 2014 se cumplieron cien años del natalicio del poeta galés Dylan Thomas, una de las voces más relevantes de la poesía contemporánea en lengua inglesa. En 2024 serán ciento diez y de a poco se acercan los ciento cincuenta, el centenario y medio.
Cada 27 de octubre, un nuevo año se suma a la vida de Thomas, que aunque fallecido en 1953, sigue estando presente a través de su obra. Y es que en su momento gozaba de tal fama que parecía más una estrella de rock como los integrantes de The Beatles o los miembros de The Who, que un poeta al estilo Paul Verlaine o Walt Whitman. Su poesía, su vida misma, fueron dignos siempre de una melodía al tono de The Clash porque, sí, Thomas fue un niño rebelde.
Nacido en Swansea, Gales, a los cuatro años ya recitaba de memoria sonetos de Shakespeare, impulsado por su padre, el escritor David John Thomas, poco reconocido en su tiempo. Con su guía, sin haber cumplido siquiera los 18 años, abandonó la escuela para dedicarse de manera intuitiva al periodismo, a bordo del South Wales Evening Post, y es allí donde el futuro poeta conseguirá darle rienda suelta a su escritura.
A lo largo de su obra trabajó desde la crónica de carácter periodístico hasta los guiones para teatro y cine, pasando por el relato corto, pero fue en la poesía donde encontró su cauce.
Para comienzos de los años 50, una década antes de la primera presentación de The Beatles en Estados Unidos, el poeta ya hacía giras por diferentes ciudades del Reino Unido y países de habla inglesa, gracias a la fama que sus libros y su propia personalidad le permitieron. Llenaba auditorios gigantescos con centenares de personas que se congregaban tan solo para escucharle hablar o leer.
“Era la viva imagen del poeta del rock and roll”, dijo alguna vez en una entrevista la nieta de Thomas, Hannah Ellis. “Mi abuelo sentía que era importante interpretar el rol de poeta, imagino que otros artistas hacen lo mismo. Mi instinto me dice que siempre estaba tratando de encajar”, comenta.
Poeta bucólico, soñador, parlanchín, bonachón, pero nunca ingenuo, dice Verónica García Rodríguez en un artículo publicado por Lectambulos. Su malicia y suspicacia pueden notarse en el conjunto de su obra que nace en medio de esta vida bohemia y desenfrenada. “Así, entre la miseria y la aristocracia artística de su época, entre la depresión y la genialidad, dio vida a poemas que contrastan con el resto de la poesía de su tiempo”, señala.
Thomas llegó a concebir una obra con más de 600 páginas de guines para teatro, radio y televisión, relatos cortos, poemas y una gran variedad de cartas. En su momento, fue una de las voces más importantes de su tiempo, quizá la mejor.
Desde 1934 y hasta el año de su muerte, habiendo vivido tanto, incluso los horrores de la Segunda Guerra Mundial, Dylan Thomas escribió y publicó un total de ocho libros. El resto de las obras que se le adjudican aparecieron de manera póstuma. Y es que el poeta no duró mucho como para ver los frutos de su trabajo y contemplar la gran influencia que ha representado para escritores y poetas de todo el mundo.
Con tan solo 39 años, en 1953, falleció a causa de las complicaciones que derivaron de una fuerte neumonía que contrajo. Su estilo de vida, la manera en que se veía, lo que escribía y lo que hablaba en la radio, porque además de buena voz escrita tenía buena voz narrada, marcaron a tantos, y aún hoy. Entre sus fanáticos más célebres se encuentran, nada más y nada menos, que John Lennon, Mick Jagger y Robert Zimmerman (Bob Dylan), quien además ha conseguido un Premio Nobel de Literatura.
De repente, quien no le haya leído aún quiera acercarse a su obra como quien llega por vez primera a una banda de rock. Entrando de a poco, primero por sus canciones más famosas y luego con los álbumes más deslumbrantes. En el camino, a lo mejor, una que otra anécdota en la historia de la banda sirva para desarrollar un fanatismo mayor. Aquí, hablando de un poeta, y de este en particular, si se empieza por lo bajo para llegar a su máxima expresión, el recorrido será más que grato, algo así como sentarse a escuchar a Hendrix en sus primeros años y volver a hacerlo cuando una semana antes de morir estuvo dando un concierto.
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