En el espacio Cómo lo escribí de Infobae Leamos autores y autoras cuentan el detrás de escena de los libros que acaban de publicar. Por qué eligieron los temas o historias que terminaron en sus páginas, qué revelaciones aparecieron en el proceso de escritura, qué sensaciones hubo a medida que ese proceso ocurría.
Esta vez, quien cuenta en primera persona su experiencia de escritura es Gastón Calvo, periodista de Infobae y licenciado en Ciencias de la Comunicación. Al finalizar la carrera —hace ya unos años— preparó una tesina que ahora se convirtió en un libro: el resultado fue Say no more, un abordaje sobre Charly García como referente cultural de la Argentina (Tinta Libre Ediciones).
Mientras hacía la investigación, el autor notó que los trabajos realizados hasta el momento en torno a la vida y trayectoria del enorme músico argentino se podían dividir en dos grandes grupos: aquellos que se hicieron como biografía y los que se encolumnaron en artículos periodísticos para retratar algún aspecto del artista. En su libro, Calvo intentó cruzar la vida y la obra de García con su aporte a la construcción de la identidad cultural argentina.
Cómo escribí “Say no more”
Sobre Charly García se dijo y escribió mucho. Por ese motivo, el objetivo que me propuse con Say no more fue generar otra mirada. O sea, poner el acento en cómo se estableció la relación entre lo personal y lo social, y entre texto (producción artística) y los distintos contextos sociales y culturales de la nación a lo largo de su vida. Ya sabemos que, por ejemplo, no es lo mismo hacer música en dictadura que en democracia.
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Fue así como, a partir de algunos recursos del análisis biográfico e historias de vida de las ciencias sociales, busqué aportar ciertos matices en la mirada sobre el músico, dado que en buena parte de los trabajos anteriores sobre el ex Sui Géneris aparece un enfoque circunscrito a lo estrictamente musical o lo personal, pero que resta espesor al contexto.
A partir de la noción de “ciclo de vida” enfaticé en las transiciones importantes en su historia y las condiciones sociales de esa subjetividad, lo que me permitió pensar las tramas cambiantes de esos distintos momentos y cómo dicha figura fue adaptándose a las situaciones, generando, a su vez, respuestas en su entorno.
En este sentido, desarrollé fundamentalmente dos temáticas como aspectos que marcaron la representación artística de García; por un lado, la actividad musical durante el periodo dictatorial y, por otro, las representaciones visuales del músico en los 80 y los 90.
Sobre el primero, puntualicé en un estilo de enunciación encriptada de la poética musical de García y cómo contribuyó a fijar cierto tono y criterio del rock en el modo de relacionarse y hacer alusión indirecta al contexto cultural. Respecto al segundo, a partir del concepto de aguante, busqué reponer ciertas cuestiones de cómo operaron representaciones de la masculinidad rockera en sentido más general, y de cómo se posicionó García en función de eso en dicho escenario; sus rasgos y sus desvíos. A su vez, la manera en que la representación hegemónica de la masculinidad en el rock vertebró tensiones estéticas desde mediados de los 80 en adelante.
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A partir del análisis se pudieron ver diferentes posiciones de García entre los 80 y los 90; primero, una marcada influencia de cierta estética queer que se perfiló en un conjunto de artistas y bandas en el proceso de apertura democrática, en relación con la gradual visibilización de la homosexualidad masculina; tildado de hacer un “rock blando”.
Segundo, su etapa posterior fuertemente marcada por el consumo de drogas y por diversas acciones que derivaron de estos excesos, que lo acercaron a las representaciones “aguantadoras” de la masculinidad rockero.
“Say no more” (fragmento)
En 1976, Charly García ya había cerrado su ciclo con Sui Géneris y había pasado a formar el conjunto denominado La máquina de hacer pájaros (1975-1977). Luego conformó Serú Girán (1978-1982) y finalmente comenzó su carrera solista.
El primer disco de La Máquina, titulado como el grupo, se editó el mismo año en el que comenzó el proceso militar y musicalmente transitaba caminos similares a los que García había iniciado con Pequeñas anécdotas sobre las instituciones (Sui Géneris - 1974). “Al barroquismo musical (estimulado por un trabajo a doble teclado junto al ex Pescado Rabioso, Carlos Cutaia) se le sumaba el esmero en las letras y una interesante habilidad en las metáforas literarias (...)”.
“Hipercandombé (El grito milenario del Río de la Plata)” es el tema número 5 del disco Películas, segundo y último de La máquina de hacer pájaros, que fue editado en 1977 por el sello Talent Microfón. Allí Charly empezaba a referirse al momento político y social que atravesaba la Argentina sin apuntar explícitamente contra el proceso militar pero sí haciendo referencia a éste. Frases como “la paranoia es quizás nuestro peor enemigo” o “en realidad te quieres escapar de algún lío” ya anticipaban la crítica de García hacia la clase política argentina de ese momento.
“Los sobrevivientes” es la canción número 8 de La grasa de las capitales (1979). De la mano de Charly, Serú Girán presentó una propuesta más frontal, reflejada desde la misma tapa del álbum, que se trataba de una parodia a la revista Gente.
El título del tema ya es toda una declaración y estrofas como “Yo siempre te he llevado bajo mi bufanda azul por las calles como Cristo a la Cruz” o “Estamos ciegos de ver, cansados de tanto andar” también expresaban el clima social de entonces.
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La portada de La grasa de las capitales nos permite observar cómo la música de García tuvo una presencia fuerte en los sentidos de resistencia cultural en la dictadura. Respecto a la parodia y al concepto del disco, Charly dijo: “La idea fue mía. Estaba podrido de todas esas revistas tipo Gente, que eran tan caretas. Habíamos compuesto ese disco para ir al choque directamente. Las canciones eran más pesadas, más contestatarias. Había que salir de la grasa, de la mediocridad. Era una época en que el rock todavía estaba en contra de la música comercial: era nosotros contra el mundo. Y la revista Gente era el enemigo”.
Para la tapa del álbum cada uno eligió su personaje. Pedro Aznar era el oficinista, David Lebón, el rugbier, Oscar Moro, el carnicero, y Charly García, el empleado de estación de servicio, como una crítica a las petroleras “que se llenan de dinero y manejan el mundo a su antojo”.
La frase incluida como titular también tiene una explicación, que el propio García develó en una entrevista con Página/12 en 2008: “Cuando estuve en Brasil, en la primera época de Serú, hubo toda una campaña en contra mío. Las notas eran del tipo: ‘Charly se olvidó de nosotros’. Hubo una que tituló con ‘Charly García, ¿ídolo o qué?’, y empapelaron la ciudad con el aviso de la revista. Una grasada total”.
Continuando con el análisis de los temas, una mención especial merece “Canción de Alicia en el país”, dado que es una de las composiciones más recordadas del álbum Bicicleta, de Serú Girán, que se editó en 1980.
Sergio Pujol (2013) resalta la importancia de esta canción: “Era una descripción bastante realista de la Argentina del Proceso. Abundaba sobre el juego de realidad - irrealidad de la novela de Lewis Carroll, salvo que en lugar de partir de la realidad para llegar al absurdo, Charly hacía lo inverso”. Esas líneas escritas por Pujol sintetizan lo que hizo García con esta canción: hablaba de política sin hablar de política, se refería a la dictadura sin referirse a la dictadura.
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“Ya no hay morsas ni tortugas, enciende los candiles que los brujos piensan en volver a nublarnos el camino”. Cuando Charly hacía referencia a las “morsas” y “tortugas” estaba pensando en Juan Carlos Onganía y Arturo Illia; y cuando mencionaba a los “brujos” se refería a José López Rega. Ese año se había instalado que el ex ministro de Isabel Perón hacía especulaciones políticas en España (Pujol, 2013). “Al final algunos creyeron ver en la figura de Alicia a la viuda de Perón, desplazada del gobierno por ‘el rey de espadas’”.
Pedro Aznar, bajista de Serú, contó para el programa Ojos de Videotape, de la TV Pública: “Había que decir las cosas con cuidado y con cancha para meter el mensaje sin que se notara demasiado”. Y confesó: “Yo mismo me avivé de lo que estaba diciendo Alicia años más tarde”. Para el mismo programa, el músico Leo Ferradas agregó algo interesante respecto a lo música de Serú: “Para mí son más que Los Beatles argentinos porque es una recontra super banda rockera, progresiva, recontra super rica en armonía y melodía; y además, las letras de Charly y de David (Lebón) las podés leer como si fuesen poemas”.
“Encuentro con el diablo”, compuesto por Charly y David Lebón, también formó parte de Bicicleta. Sobre este tema han circulado distintas versiones nunca confirmadas. Algunos afirman que surgió tras la invitación de Albano Harguindeguy, ministro del Interior durante la dictadura de Jorge Videla, en un momento en que la junta quería tener relación con referentes de los jóvenes.
Otros desestiman esa apreciación, como por ejemplo el ya citado Sergio Pujol (2013), quien sostuvo que casi todas las especulaciones fueron infundadas porque, según este autor, el tema de la cita con el diablo tenía más que ver con una vieja leyenda del blues que con supuestas conversaciones entre militares y figuras del ambiente. De cualquier modo, aclara el propio Pujol, esas reuniones tendrían lugar al año siguiente.
Igualmente frases como “nunca pensé encontrarme con el sabio, que me analiza como una ecuación, que espera una respuesta de mis labios, mientras estoy cantando esta canción” o “nunca pensé encontrarme con el jefe, en su oficina de tan buen humor, pidiéndome que diga lo que pienso, qué pienso yo de nuestra situación”, hicieron pensar que García hablaba de una reunión con Harguindeguy.
Respecto al sonido de Peperina, afirma el propio Pujol, quizás la novedad respecto a otros discos pasó más por la configuración social del público que por la propuesta artística, si bien Charly lo consideraría su mejor trabajo.
“No bombardeen Buenos Aires” es el tercer tema del disco solista de García Yendo de la cama al living, publicado en octubre de 1982, apenas meses después de la Guerra de Malvinas. Tanto su título como su letra narran el momento que atravesaba el país.
La canción, de forma irónica, pide que no haya un bombardeo en la capital del país (incluso en vivo García llegó a decir: “No bombardeen Caballito”, cuando tocó en Ferro), también recuerda la movilización obrera del 17 de octubre de 1945 que exigió la liberación de Juan Domingo Perón, y señala a la dictadura, como hacía Charly por esos años, pero ya de una forma más directa: “Terror y desconfianza por los juegos; por las transas, por las canas; por las panzas, por las ansias; por las rancias cunas de poder”.
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“Los Dinosaurios” es el tema 7 del disco Clics modernos, editado el 5 de noviembre de 1983, pocos días antes de la vuelta de la democracia. Es por eso que quizás sea la canción que más explícitamente habla de la dictadura en ese período.
El miedo a expresarse ya estaba quedando a un lado y la censura no era como en años anteriores. La letra es contundente ya desde el comienzo: “Los amigos del barrio pueden desaparecer, los cantores de radio pueden desaparecer. Los que están en los diarios pueden desaparecer, la persona que amas puede desaparecer”.
García habló de los desaparecidos por primera vez con todo lo que ese término implicaba (e implicó después). Sin embargo, el propio Charly se encargó de decir en una entrevista con la revista Rolling Stone en 2002 que no la compuso pensando en los represores: “Juro que cuando la escribí no pensé en los militares (…). La letra tenía más que ver con el sentimiento de ausencia que se produce en uno cuando pierde algo, desde un amor hasta el cepillo de dientes”.
Pese a lo que pueda decir el autor, que no podemos saber si lo dijo en forma irónica o no, esa canción caló hondo en el sentimiento de muchas personas y se transformó en un símbolo de la época que empezaba a quedar atrás.
En este recorrido por algunas de sus canciones observamos cómo —a través del uso de metáforas— García logró esquivar la censura en los años del gobierno militar. A diferencia de otros artistas, Charly se quedó en el país, continuó componiendo y editando discos, siguió tocando en vivo —con los peligros que eso implicaba— y habló de lo que no se podía hablar.
Lo expuesto nos lleva a pensar que el rol específico que tomó Charly García en este período fue fundamental para convertirse en un referente de la resistencia cultural en Argentina y que, pese a que con el correr de los años su vida tomó otro giro —en parte por sus problemas de adicciones—, fue tan importante su papel en esa época que aún hoy se lo valora por eso.
Quién es Gastón Calvo
♦ Nació en Buenos Aires en 1982.
♦ Es periodista y Licenciado en Ciencias de la Comunicación. Trabaja en Infobae, donde sigue el día a día de las noticias internacionales. También colabora con Teleshow, donde escribe sobre rock argentino.
♦ Say no more, un abordaje sobre Charly García como referente cultural de la Argentina es su primer libro.
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