“¡Adelante con los faroles!”. Pero “agarrate, Catalina”, que si no esto va a “agarrar para el lado de los tomates”. Argentina tiene un sinfín de palabras, frases, refranes y expresiones que, a pesar de tener los orígenes más dispares y variados, constituyen una parte fundamental de su lenguaje.
Del fútbol, parte indispensable del ADN argentino, también se ha desprendido todo un diverso universo léxico, en su mayoría palabras que surgieron como insultos y que luego terminaron por transformarse en un motivo de orgullo para los hinchas. La histórica rivalidad River-Boca ha generado varios términos despectivos y peyorativos que, sin embargo, hoy son sinónimo de aquello a lo que pretendían insultar, como “gallinas” y “bosteros”. Pero, ¿de dónde salieron estas palabras?
En su nuevo libro, Somos lo que decimos, el escritor, periodista y catedrático argentino Charlie López cuenta los secretos, historias y curiosidades de los 300 dichos y expresiones más representativos del país. Cuenta, como podría decirse con una expresión bien popular, “la verdad de la milanesa”. López, que ha dictado conferencias sobre lengua española e inglesa alrededor del mundo, también es autor de libros como Detrás de las palabras y ¿Por qué decimos?, otros títulos que nuevamente ahondan en el origen de las expresiones usadas a diario.
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“Millonarios y gallinas”
Al Club Atlético River Plate se lo conoció durante mucho tiempo como el equipo millonario. Esto se debe a que, durante la década de 1930, momento en que el fútbol pasó de amateur a profesional, esta entidad desembolsó importantes montos de dinero para incorporar jugadores de distintas procedencias. Entre otros, a Carlos “Barullo” Peucelle en 1931, a Bernabé Ferreyra en 1932 y al arquero Ángel Bossio un año después, entre muchas otras figuras que se adquirieron en los años siguientes, todas por sumas de dinero muy importantes para la época.
El apodo “gallinas” comienza como un insulto a partir del año 1966 cuando River pierde 4 a 2, ante Peñarol de Montevideo, por la Copa Libertadores de América, un partido que inicialmente ganaba 2 a 0. El mote surge cuando ese mismo año el equipo de Núñez juega como visitante ante Banfield y los simpatizantes locales arrojan una gallina blanca con una banda roja que le cruzaba el cuerpo, al campo de juego, a título de burla por la derrota ante el equipo uruguayo.
En la actualidad los hinchas de River se autodenominan “gallinas”, lo hacen con orgullo y muchos de ellos se refieren a su estadio, el Monumental, como el “gallinero”.
“Xeneizes y bosteros”
Fueron seis genoveses quienes fundaron el Club Atlético Boca Juniors en 1905, de ahí el término “xeneize”, que significa “genovés”, literalmente “hijo de la ciudad de Génova”, a la que en el dialecto de Liguria se la conocía como “Zena” o “Xena”. Desde sus comienzos se ha utilizado esta palabra no solo para referirse al club, sino también a sus jugadores y a su hinchada.
El término “bostero”, por otra parte, es de origen incierto. Una de las teorías más populares sostiene que la palabra surge de las inundaciones que a principios del siglo XX colapsaban las cloacas de La Boca. Otros se la adjudican a una fábrica de ladrillos que funcionaba en el predio donde luego se construyó el estadio, que, entre otros materiales, utilizaba bosta para fabricarlos. La tercera, y menos conocida de las teorías, le adjudican el apodo a una deformación de la palabra “botero” en relación la continua utilización de botes de parte de quienes vivían en la zona, para cruzar de un lado al otro del riachuelo.
“Jugar de volante”
El término volante para hablar de un futbolista que juega en el centro del campo o por los costados, entre defensores y delanteros, deriva del apellido del centrocampista Carlos Volante (19051987), un futbolista argentino que jugó entre 1924 y 1943 en distintos equipos de diferentes países, aunque recién alcanzó la fama en el Flamengo de Brasil, entre 1938 y 1943.
La frase “Jugar como volante” deriva del pedido del técnico de Flamengo en ese entonces, Flavio Costa (1906-1999), al paraguayo Modesto Bría (1922-1996), quien ingresaba al equipo para reemplazar al argentino, que ese año se retiraba. La idea original del entrenador, más que enfatizar su rol de mediocampista, era que Bría jugara como el argentino, es decir, con garra y entrega total en cada partido. El periodismo, al tanto de la conversación, inmediatamente difundió la frase a la que le dio gran relevancia, en especial porque Flavio Costa era en ese momento el técnico de mayor prestigio en Brasil.
Quién es Charlie López
♦ Es escritor, historiador, docente, conferencista y periodista. Fue profesor de Análisis del Discurso en la Universidad de Buenos Aires.
♦ Se ha desempeñado como columnista en radio y televisión, en medios como América TV, Metro y TN.
♦ Es autor de libros como Detrás de las Palabras, In a Word, La línea, Historias del Aula y ¿Por qué decimos?, entre otros.
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