Diez cuentos en los que los personajes eligen el camino de venganza ante el desagravio; un ajuste de cuentas será el camino hacia la reparación de los daños y una sentencia que puede no resultar bien, esta es la historia de “Venganzas”, una colección de cuentos del escritor mexicano Andrés Gutiérrez Villavicencio, que cuenta con la participación de la artista plástica Diana Trumat en su edición ilustrada; un trabajo que refleja el atlas gótico con el que autor ambienta la decena de fragmentos. Villavicencio es autor de “Los que deambulan sin sentido”, considerada la primera novela mexicana dedicada a los zombis.
Los cuentos de “Venganzas” presentan universos alternos y líneas convergentes y divergentes sobre lo que nunca fue, lo que es, lo que podría ser o será. El escritor construye un largo discurso que va desde el origen del universo y el fin de este, las figuras de dioses a hombres o viceversa; abarca en los diversos cuentos desde la época mítica hasta la era de la vida virtual. El libro es un recorrido para conocer dioses delirantes, ladrones blasfemos, zombis, peces mutantes, humanos alienados, celosos y rencorosos que habitan la imaginación de Andrés Gutiérrez Villavicencio.
El escritor plantea hechos que buscan ser resueltos a partir de una serie de personajes dispares, cuyos hilos conductores son sus crisis existenciales y su angustia por encontrar a los dioses o sentir un poco de divinidad, todo movido por una sed de venganza que se incrementa y alimenta sus más profundos deseos y motivaciones. “Venganzas” cuenta con diversos elementos: cruces, lanzas, caballos milenarios, redes, laberintos, estandartes, naves espaciales y rostros que caen en la extrañeza; es un texto en que Villavicencio, retrata la contraposición de lo divino y de lo correcto.
Las tramas van desde una vehemente señora católica ilusionada con la posibilidad de poder llegar al cielo, rodeada con una corte de ángeles, pasando por una invasión de zombis que confronta a un hombre millonario con su propia cobardía, una deidad disforme con injerencia en diversos espacios o un loco que cuestiona, la existencia de la realidad. Los cuentos escritos por Villavicencio en “Venganzas” se presentan como un cosmos narrativo en el que lo divino y lo humano dialogan en una línea que mezcla lo fantástico, lo terrorífico y lo gótico, escenarios en los que todos los personajes escogen como salida la venganza, que nunca resulta bien. El libro fue editado bajo el sello de Editorial Sinestesia.
“Estaba buscando el tema central que pudiera vertebrar un libro de cuentos, a partir de los que ya había escrito, me di cuenta que varios de ellos versaban sobre la venganza y que también había una inquietud acerca de lo divido, de si el mundo está predestinado, de si existe destino o no, de si nuestro mundo es caótico u ordenado. A partir de ahí empecé a redirigir los cuentos”, aseguró Andrés Gutiérrez Villavicencio en entrevista con Crónica.
Uno de los cuentos es “El otro mundo”, el cual versa sobre una mujer católica a punto de morir y que poco después de confesarse con un sacerdote, este le platica cómo se imagina su versión del paraíso, lugar al que ella está destinada por permanecer hasta el final como una buena creyente, pero que al suceder su propio juicio final llega a un mundo donde ella es pecadora. Un relato en que el autor refleja el abandono de lo divino y cuestiona si los actos que se consideran como propios de una buena persona, en otro mundo, solo son señales o actos condenados de maldad, una reflexión sobre la ética y la moral humana.
“Ya tenía publicada una novela de zombis y me puse a buscar una temática que fuera quizás una derivación de ella. Se me ocurrieron varias historias cuyo tronco temático es la venganza, pero vinculado con una preocupación mía por lo divino. Me preguntó constantemente sobre la existencia del destino, sobre el caos en contraposición con el orden y sobre la predestinación. Estos cuentos son el resultado de esas cavilaciones”, declaró Andrés Gutiérrez Villavicencio en entrevista con La Razón.
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