Para cientos de personas, la pandemia significó uno de los momentos más duros de su vida porque perdieron a muchos de sus seres queridos. Para otras, significó la oportunidad de pasar más tiempo en casa, de aprender a cocinar, animarse a lanzar un emprendimiento, entre otras cosas.
En mi caso, la pandemia fue una introspección: el encierro me dio la oportunidad de poner en silencio al mundo para dedicarme al 100 % a mí misma. Y fue en una de esas tardes en mi habitación, en la que decidí recopilar todos los poemas que había escrito desde hace diez años para convertirlos en “Alguna vez eso dolió” (Colmillo Blanco, 2021).
El poemario repasa el amor, el desamor, las heridas que deja una niñez cuando es difícil y lo que implica crecer desde una perspectiva bastante millennial y, a la vez, femenina. El título hace honor a que el tiempo, junto a varias sesiones de terapia, no solo te permite entender las cosas de manera distinta sino también sanar.
En este artículo, comparto dos poemas de la tercera parte del libro, que se titula “No quiero cumplir 30″. Ambos reflexionan en torno a las convenciones sociales que existen en torno a lo que debería ser un adulto funcional y también al poder que tienen las redes sociales en el siglo XXI: si bien nos permiten estar conectados, también generan ansiedad y, en algunos casos, el famoso miedo a estar ausente.
Línea recta
Quiero ser una adulta funcional
comprar una casa grande y tener muchos hijos
pero al mismo tiempo quiero escribir
embarrarme de tinta hasta las rodillas
y regodearme en mi soledad
sonreír en las fotos
organizar almuerzos y lonches
mandar una postal navideña a toda mi familia
saludar a gente que no conozco por sus cumpleaños
y pintarme las canas una vez al mes con el mismo peluquero
pero al mismo tiempo quiero desangrarme en una hoja
y no tapar la herida
subir mi ecografía a Facebook
dar leche sin lactosa a mis hijos
visitar mi casa de playa
poner ceniceros con forma de concha en las mesas
y ver desnuda a la misma persona por el resto de mi vida
pero al mismo tiempo quiero mandar a todos a la mierda
quiero vivir y quiero morir
todo a la vez.
Filtros
Voy a fumar un último cigarro
y a partir de mañana
volveré a mi enésimo intento
de ser una persona saludable
ser como esas chicas que veo en Instagram
que toman batidos proteicos
y meditan todas las mañanas
esas chicas
que no parecen odiarse a sí mismas
voy a fumar un último cigarro
y mañana me pondré ese disfraz
que me hace creer
que algún día tendré abdominales.
* La serie completa de “El poema de los viernes” se puede leer clickeando acá.
Quién es María Alejandra López
♦ Nació en Caracas, Venezuela, en 1992.
♦ Estudió Comunicación y Periodismo en la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC) y tiene una Maestría en Escritura Creativa en la Universidad de Sevilla (España).
♦ Actualmente, es periodista de la ONG WUF, que trabaja en beneficio de los animales en estado de abandono; y responsable del área de redes sociales de una agencia de publicidad peruana. Radica en Lima, Perú, junto a su novio y sus dos mascotas. Publica gran parte de sus textos en Instagram en la cuenta: @mejorloescribo.
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