Punto de impacto es la primera novela del galardonado periodista de investigación James Queally, quien aporta todo su conocimiento sobre las internas de la Policía y sus enfrentamientos con las pandillas callejeras, además de mostrar el papel que cumplen los medios de comunicación masivos en estos enfrentamientos. La novela tiene como protagonista al investigador privado Russell Avery, que se gana la vida haciendo favores y encubriendo a ciertos miembros de la Policía de Newark -en Nueva Jersey, Estados Unidos-, que son investigados por la oficina de Asuntos Internos por casos de corrupción.
La trama gira cuando la activista social Keyonna Jackson le pide a Avery que investigue la muerte a tiros del joven afroamericano Kevin Mathis, un traficante callejero. Avery se muestra reacio a cumplir esta tarea, pues piensa que, de todas maneras, a los traficantes de drogas les suelen disparar. Pero entonces se entera de que Mathis tenía un teléfono celular con un video del tiroteo policial grabado por un amigo de éste, Luis Becerra, lo que plantea la posibilidad de que Mathis hubiese sido asesinado por la policía por motivos poco claros.
Avery decide tomar el caso, pero el principal testigo, el joven que filmó este video, está muerto, y las preguntas de Avery caen mal entre sus amigos policías. Cuando el video se viraliza en YouTube y se convierte en el disparador de una serie de manifestaciones de Black Lives Matter, Avery se encuentra de pronto del lado opuesto al de los hombres con placas y armas.
Los oficiales le dicen que está siguiendo pistas falsas y amenazan con retirarle su licencia de investigador privado. Sin embargo, para poder continuar con la investigación, Avery encuentra aliados entre los pandilleros y los traficantes de drogas, y se infiltra dentro del movimiento activista para los derechos de los afroamericanos.
James Queally dijo en una entrevista para Los Angeles Review of Books en marzo de 2020 que cuando comenzó a trabajar de reportero de casos policiales, estaba obsesionado con la idea de que todos los policías, como su padre, eran una especie de superhéroe sin mácula. Con el tiempo comenzó a percibir que existían actividades oscuras dentro de la institución.
Desde que los debates sobre este tipo de tiroteos se convirtieron en un tema álgido a nivel nacional, Queally se dio cuenta de que algunas realidades escondidas comenzaban a ponerse en evidencia a través de las nuevas tecnologías: las cámaras de teléfonos celulares y las redes sociales.
En este sentido, el personaje principal, Russell Avery, cumple la función de álter ego del autor de la novela, ambos interesados en develar estos casos de corrupción policíaca muchas veces conectados, a su vez, con la política. Queally utiliza toda su experiencia como reportero de casos criminales para escribir su novela.
Sin embargo “nada puede cambiar el hecho de que soy un hombre blanco que escribe una obra de ficción sobre una situación de la vida real que a menudo termina con la muerte de personas que no se parecen a mí. Por mucho que sepa sobre las complejidades de estas situaciones, sobre el dolor, el estrés, el pánico y la indignación que provocan, nunca lo he experimentado personalmente”, aclaraba el autor en su diálogo con Los Angeles Review of Books.
La obra de Queally actualiza los ambientes, los personajes y las situaciones de las crueles calles del policial negro, en especial el escrito por Raymond Chandler. El policial negro del cual abreva Punto de Impacto se caracteriza por los ambientes vacíos y oscuros en los que transcurre la acción, lejos de las casonas señoriales que servían de ambientación a los policiales clásicos.
“La autenticidad en la novela policial es algo que siempre busqué, como lector y escritor. Estuve en Newark casi a diario durante cinco años, y la mayoría de los personajes que habitan mi versión de la ciudad tienen sus raíces en personas que conocí cerca de las calles que aparecen por primera vez en el libro”, comentó Queally en la entrevista.
Así como en la novela negra, en Punto de Impacto la resolución del misterio no es el objetivo principal, sino mostrar el entramado social como telón de fondo de las acciones de policías y pandilleros. Todo ello, a la vez, bajo el intento de dejar en el lector un mensaje ético. El trasfondo social, evidentemente, es mostrar la lucha anti-racista del movimiento Black Lives Matters y las denuncias de disparos de arma de policías contra ciudadanos afroamericanos sin causa real aparente.
El protagonista de la novela de Queally se mete en lugares asfixiantes en los que impera el miedo, la violencia, la injusticia, la inseguridad y la corrupción.
“Kevin giró bruscamente a la izquierda para alejarse de las pocas farolas callejeras que funcionaban y entró en el aparcamiento vacío de un local de Family Dollar; se mantuvo pegado a la cerca de alambre que separaba los espacios para aparcar de las casas en hilera, buscando el hueco que había hecho hacía muchos años, el atajo que seguía utilizando de vez en cuando”, escribe Queally en Punto de impacto.
Al policial negro se agrega el desarrollo literario de personajes venidos del crimen organizado. En referencia al personaje llamado Trey Mills, Avery aclara que “también era un miembro conocido de la pandilla Sexo, Dinero y Muerte, que a su vez formaba parte de la banda de los Bloods, quienes controlaban el tráfico de drogas en Newark”. La motivación de los crímenes siempre se encuentra en el lado oscuro del ser humano: ira, ambición, odio, lujuria o ansias de poder. Y estos sentimientos escondidos surgen en los diálogos a través de un lenguaje sin anestesia.
En un diálogo entre Russell Avery y el oficial Anthony Scannell encontramos ejemplos de ese lenguaje crudo que atraviesa la novela, esta vez referido a la codicia como motor de la acción. Avery le recuerda a Scannell el motivo por el cual fue contratado: “para que te mantenga el culo fuera de la hoguera” dice, a lo cual su interlocutor responde con una pregunta:
“-¿Sabes qué sucede cuando alguien me habla de ese modo en el trabajo?
-Si tengo que adivinar, diría que le das una paliza en medio de una redada de narcóticos, te guardas unos seis mil dólares dentro del chaleco y luego presentas un caso de mierda que ni siquiera pasa el filtro de un gran jurado.”
La división de los personajes entre buenos y malos se difumina, y la mayor parte de sus protagonistas son individuos derrotados y en decadencia en busca de una verdad que saben, en el fondo, que les va a resultar muy difícil de hallar, y mucho más de comprobar.
Punto de Impacto cumple con todos los requisitos para convertirse en una novela de éxito entre los lectores amantes del género policial, al mismo tiempo que incorpora las principales novedades a nivel de hechos acontecidos y de tecnologías de la información de última generación.
“Punto de impacto” (fragmento)
No me fue necesario oír los disparos para comprender que fue una ráfaga de balazos lo que hizo que el cuerpo del sospechoso se retorciera y girara antes de caer al suelo, ya muerto o a instantes de morir
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Cuando era reportero, casi nunca me veía obligado a expiar mi culpa por hacerle preguntas al poder, porque para eso me pagaban (…) ¿Ahora? Tenía clientes en lugar de lectores. Hacer enfadar a Henniman podía lanzar en caída libre mi cuenta bancaria y mi lista de clientes, y yo tenía que pagar préstamos y el alquiler de un apartamento semidecente.
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El ruido del martillo me obligó a dejar el periódico y calmarme; estaban llamando al orden antes de que por fin comenzaran las cosas.
Quién es James Queally
♦ Nació en Brooklyn, Estados Unidos, y vive en Los Ángeles.
♦ Es periodista especializado en policiales e investigación. Sus artículos aparecen en The Star-Ledger y Los Angeles Times.
♦ Hijo de un policía, desde siempre fantaseó con escribir crónicas de crímenes reales así como ficción policial.
♦ Punto de Impacto es su primera novela. Está inspirada en su experiencia como periodista de investigación y cuenta con su trabajo en coberturas sobre crímenes de odio racial por parte de la Policía.
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