La escritora española Almudena Grandes, fallecida en noviembre de 2021, quiso imaginar en su última novela un futuro que podía suceder en un país como España, sorprendido por la pandemia, y analizar los peligros que veía en el presente. Y a este “episodio del futuro y no del pasado” dedicó sus últimos meses para escribir el libro Todo va a mejorar, que se convirtió en su forma de aferrarse a la vida.
Su viudo, el poeta y director del Instituto Cervantes, Luis García Montero, presentó este lunes la obra póstuma junto con el editor de Tusquets, Juan Cerezo, que la novelista comenzó a escribir durante la pandemia. La autora empezó a tomar notas en la primavera de 2020, en pleno confinamiento de la población española a causa de la crisis sanitaria, y el 7 de mayo se puso a escribirla como un “regalo” que se hacía a sí misma en su 60 cumpleaños. Pero, como recordó García Montero, el 20 de septiembre de aquel mismo año recibieron la noticia de que tenía cáncer en un reconocimiento médico.
En octubre retomó la escritura, tras la primera sesión de quimioterapia, y se dedicó a ella porque era una forma de aferrarse a la vida: “Se convirtió en una tabla en la que apoyarse”. Escribió y se dedicó a su historia hasta que, durante sus tres últimas semanas de vida, cuando la muerte se convirtió en una realidad, explicó a su marido cómo quería acabar la novela, según recordó García Montero.
“Leímos juntos las anotaciones de los cuadernos, hablamos de las posibilidades y me pidió que escribiese yo lo que iba a quedar sin concluir. Quería que sus lectores conociesen el final de la historia que ella había imaginado. Eso es lo que he procurado hacer en el último y breve capítulo de este libro. No he pretendido, desde luego, estar a la altura narrativa de Almudena, sino escribir, como ella quería, unas páginas que siguiesen sus indicaciones. Espero no haber traicionado el amor que sintió por sus lectores, sus lectoras y sus personajes”, subrayó su viudo.
ALERTA CONTRA LAS DICTADURAS
Todo va a mejorar es una novela que transcurre en la primera mitad del siglo XXI, cuando España se convierte en una dictadura ultracapitalista: el país entero se transforma en una empresa privada que tiene dueños, los propietarios de las grandes compañías españolas. Pero, como aseguró la novelista, en ella también hay “buenos resistentes”, porque en sus historias siempre había “resistencia”.
La narración, según García Montero, “tiene que ver mucho con el universo de Almudena”; recordó cómo, tras el grandísimo éxito que supuso su primera obra, Las edades de Lulú, la autora decidió ser escritora, en vez de dedicarse a ser famosa, y utilizar su literatura “en una tradición para conocer la vida de la gente en medio de la historia”.
“Hacer de la historia un territorio de la vida cotidiana” fue su propósito en la mayoría de sus novelas e “imaginar que el futuro es una forma de reflexionar y tomar conciencia sobre los problemas que nos pueden pasar desapercibidos”, indicó. “Hay países en la actualidad que actúan como dictaduras reforzándose en los confinamientos y gente que entiende la actualidad como un ‘sálvese quien pueda’”, explicó el poeta.
A partir de ahí, prosiguió, comienza el “desprestigio de la política” y quien quiere convertir el país en un “supermercado”, quiere que se pueda “perder el respeto a las instituciones”, advirtió. Y la sociedad hedonista, dijo, puede desembocar “en otro tipo de dictadura”.
Fuente: EFE
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