Si decimos: “Aquí me pongo a cantar / Al compás de la vigüela”, sabemos inmediatamente que se trata de lo que escribió el poeta, político, periodista y militar argentino José Hernández como inicio de uno de sus libros más fundamentales, el Martín Fierro. Estos versos están condensados en nuestra memoria y en el imaginario colectivo como el comienzo de un texto que define el “ser argentino”.
Este poema narrativo gauchesco, que se leía en voz alta en pulperías, mate en mano y alrededor de un fogón, constituía un verdadero éxito en zonas rurales, tanto que los peones lo sabían de memoria. Con el libro, un folletín con 76 páginas y que vendió 48.000 ejemplares, Hernández tenía un claro objetivo: reivindicar los derechos del gaucho, convertido en víctima por el desarrollo de la ciudad y su expansión.
El Martín Fierro, ignorado por la elite intelectual durante mucho tiempo, se convierte en el “poema épico nacional” —tal como lo definió Leopoldo Lugones en su libro El Payador—. El Martín Fierro no solo es un libro infinito, también es una obra central de nuestra cultura, que permite (re) pensar el pasado, el presente y condensar lo colectivo. Si fuera una canción podríamos pedir “una que sepamos todos”, sin dudas.
Con esta idea en mente y a 150 años de su publicación, el docente y especialista en el Martín Fierro, Sebastián Noejovich; el escritor, editor y activista cultural Esteban Castromán; y Marina Tabasso, que participó activamente en diversas lecturas colectivas por Twitter desde #Dante2018, idearon la campaña de lectura masiva en redes del Martín Fierro #MFierro150. Así como sucedió en 1872, cuando gauchos y peones lo leían masivamente —la primera publicación agotó su primera edición en dos meses—, los organizadores proponen hacer lo mismo: revisitar las aventuras, los conflictos y las desdichas de Martín Fierro reunidos a través de las redes sociales.
¿En qué consiste? De lunes a sábado, hasta el jueves 24 de noviembre, se sube un canto por día con el hashtag #MFierro150. Así, cada lector puede sumarse desde las distintas redes Twitter, Instagram y Facebook para volver a la belleza y la vigencia de este poema narrativo clásico, que le da la voz al gaucho. Entonces, la propuesta puede pensarse como un fogón virtual en el que, juntos, retomamos esta tradición oral.
Para participar de esta lectura colectiva de la obra máxima de la literatura gauchesca, Bajalibros pone a disposición de los lectores de Infobae Leamos una edición digital que incluye El gaucho Martín Fierro y La vuelta de Martín Fierro (publicado siete años después de la primera parte, en 1879), que se puede descargar desde esta página o directamente en el sitio de Bajalibros. Para leer no hace falta ningún dispositivo en especial: sirve el teléfono celular, una tablet o la computadora.
Martín Fierro somos todos
Hagamos otra prueba y leamos: “Los hermanos sean unidos / porque esa es la ley primera; / tengan unión verdadera /en cualquier tiempo que sea, /porque si entre ellos pelean / los devoran los de afuera”. ¿Nos suenan estos versos? Definitivamente. Entonces, ¿por qué este clásico de la literatura sigue tan presente? ¿Cómo se conecta el Martín Fierro, escrito hace 150 años con lo que nos sucede hoy?
“La vigencia de esta obra es absoluta”, dice Noejovich en diálogo con Infobae Leamos y agrega que “como cualquier obra genial suscita una actualización con cada lectura”. También detalla que “en este poema hay motivos muy humanos y que trascienden las épocas, como el tiempo que trae cambios irreparables o el descubrimiento de la amistad, y sin duda también temas que siguen tristemente vigentes, como la corrupción y la injusticia”.
En esta misma línea, Castromán indica que “las obras literarias clásicas son aquellas que persisten en el tiempo, porque su sentido de va reactualizando en cada época. Con el Martín Fierro pasa eso. Cuestiones como la persecución, la marginalidad e ir a contracorriente del status quo son conceptos universales y propios de la animalidad cultural humana”.
Por su parte, Tabasso vuelve a la completa actualidad del Martín Fierro cuando dice que “sus temas son aquellos que aún seguimos tocando, son los grandes temas universales: el amor, la libertad, la familia, el destino, la injusticia, el dolor. Y me parece que ‘bajar el libro del pedestal’ permite que uno se vaya apropiando del texto y lo sienta suyo”. Así, destaca la importancia de la lectura colectiva en redes, porque “recrea, de manera moderna y tecnológica, la antigua costumbre de reunirse para compartir la lectura de un libro”. “Cambia el escenario, pero lo esencial nos sigue interpelando”, concluye.
Alrededor del fogón virtual
Tal como proponen Noejovich, Castromán y Tabasso con la campaña de lectura masiva en redes del Martín Fierro, que se consigue gratis en Bajalibros, los lectores pueden participar y compartir con otros qué les gustó, sus reflexiones, distintas expresiones artísticas o lo que surja, con el fin de enriquecer la experiencia bajo el hashtag #MFierro150.
Noejovich señala que esta forma de lectura colectiva “da lugar a formas de apropiación muy diversas del texto, que no pueden restringirse a un abordaje teórico ni académico”. Así, acerca un texto que puede resultar lejano pero que, en definitiva, termina siendo accesible a medida que se lo aborda con otros. “Esta forma de experiencia de lectura constituye una herramienta muy efectiva para redescubrir el gusto por la lectura y suscitar el interés por un proyecto de lectura que plantea, por supuesto, algunos desafíos formales y de vocabulario”, opina Noejovich sobre la acción que organiza.
Por su parte, Tabasso cuenta con experiencia en otras lecturas por redes sociales y afirma que “lo que atrae es la posibilidad de reunirse con otros que comparten el interés por el libro, comentarlo, enriquecerse con los conocimientos de los que son expertos y de los que no lo somos”. En definitiva, lo que promueve la campaña de lectura #MFierro150 es establecer un mayor aprendizaje cuando interactuamos con otros. Así, las comunidades lectoras crecen y trascienden al punto de formar amistades. “Es una experiencia movilizadora y el que prueba, suele repetir”, define Tabasso.
Del hashtag al trap
El Martín Fierro es una fuente inagotable de relecturas, desde Jorge Luis Borges, Beatriz Sarlo, Martín Kohan, Gabriela Cabezón Cámara, entre tantos otros, pasando por la película dirigida por Torre Nilson y protagonizada por Alfredo Alcón hasta los traps que circulan en YouTube. “Entre los jóvenes, resulta muy actual la representación de la violencia y esa forma de autodeterminación que contra toda norma expresa Fierro, sobre todo en la primera parte del poema”, cuenta Noejovich. En su experiencia como profesor, reconoce que la mayoría de sus alumnos escuchó alguna estrofa en su casa, o descubre que su familia, aún si no es una familia lectora, atesora un ejemplar del Martín Fierro.
“El análisis de la expresión poética es siempre muy estimulante, porque es para los chicos un espacio de libertad absoluta. Incluso los temas de métrica y versificación tienen hoy para muchos de ellos resonancias en productos culturales actuales, como el rap o el hip hop”, dice Noejovich.
“José Hernández quería reflejar el lenguaje de los gauchos: darle una ‘voz’ a los desclasados y que todos escucharan, en primera persona, lo que tenían para decir aquellos que no tenían “voz”, explica Castromán y relaciona el mayor referente de la literatura gauchesca con las nuevas formas de expresión de los más jóvenes y su apropiación cuando dice que “teniendo en cuenta que el rap y el trap como subgéneros, desde sus orígenes siempre fueron formas populares de expresión desde la propia ‘voz’ de los desclasados, podríamos decir que el Martín Fierro es el ‘Traptarabuelo del flow’”.
Resta agarrar el dispositivo móvil que tengamos más cerca, abrir el Martín Fierro y ponernos a cantar al compás de la vigüela.
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