Annie Ernaux, la escritora francesa que este jueves ganó la edición 2022 del Premio Nobel de Literatura, fue cuestionada por las sucesivas posiciones públicas antiisraelíes que mantuvo en los últimos años.
Según publicó el diario israelí The Jerusalem Post tras el anuncio de la Academia Sueca, Ernaux “ha sido una firme defensora del movimiento Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS)”. Se trata de un movimiento pro-palestino que pretende incrementar la presión global hacia Israel, tanto en el ámbito político como económico, para según la propia organización, lograr el fin de la ocupación israelí y la colonización de los territorios palestinos, así como la igualdad de los ciudadanos árabes israelíes que viven en Israel.
En rigor, en mayo de 2019 la autora francesa de El acontecimiento formó parte del colectivo de más de cien artistas franceses que, a través de una carta, llamó a boicotear el célebre concurso de la canción de Eurovision por celebrarse en Tel Aviv. En esa misma carta, los artistas galos exigieron que la televisión de su país desistiera de transmitir el evento.
Un año antes, tal como cuenta The Jerusalem Post, Ernaux había firmado otra carta, junto a alrededor de ochenta artistas, en la que expresaba su indignación por la organización de la temporada intercultural Israel - Francia organizada por ambos Estados.
“Es una obligación moral para cualquier persona de conciencia rechazar la normalización de las relaciones con el Estado de Israel”, decía la carta. Esas expresiones anti-Israel de los últimos años volvieron a salir a la luz en las últimas horas, luego de que Ernaux fuera anunciada como la ganadora del máximo galardón de las letras.
“Siempre considero que tiene que haber una separación entre el artista y la obra, debe emanciparse la obra del artista. Eso es una posición ética frente al arte, y hay que ver los cuadros de quien sea, sea que el pintor sea un criminal, o un misógino, o un antisemita”, sostiene la escritora argentina Ariana Harwicz en diálogo con Infobae Leamos. Y matiza: “Pero es cierto que que le hayan dado en este contexto el Premio Nobel, el premio político por excelencia a la literatura, a una mujer anti-Israel, anti-judío, que es la exacerbación del antijuidaísmo, aquí por lo menos en Europa es vista así, reproduce los esquemas de antisemismo, anti-Israel y anti-judío de siglos pasados en Francia. Que se lo hayan dado no es menor. No veo que haya protestas, salvo en las tribunas y en los diarios judíos, como sí las hubo con Peter Handke por sus posiciones pro-serbia”.
Los boicots al concurso de Eurovision y a la alianza cultural entre Francia e Israel no fueron las únicas instancias en las que Ernaux dejó sentada su mirada sobre el Estado de Israel. La escritora francesa, también a través de una carta, ha pedido la liberación del militante libanés Georges Abdallah, cofundador de las Facciones Armadas Revolucionarias Libanesas en 1980 y condenado a cadena perpetua por los homicidios del teniente coronel Charles R. Ray, agregado militar estadounidense, y Yaakov Bar-Simantov, diplomático israelí.
Según transcribe The Jerusalem Post, la carta a la que suscribió Ernaux sostiene que Ray y Bar-Simantov eran “agentes activos del Mossad y de la CIA” y que Abdallah está “comprometido con el pueblo palestino y contra la colonización”.
El último de los comunicados públicos que la flamante Nobel firmó vinculado al Estado de Israel es de 2021 y se dio a conocer poco después de la llamada operación “Guardián de los Muros”. Según describe el diario israelí, allí “se enumeraban los ataques a árabes y palestinos y los ataques israelíes a Gaza, sin mencionar ninguno de los disturbios protagonizados por árabes israelíes en todo Israel ni los más de 4.000 cohetes lanzados desde la Franja de Gaza hacia Israel”.
“Enmarcar esto como una guerra entre dos bandos iguales es falso y engañoso. Israel es la potencia colonizadora. Palestina está colonizada. Esto no es un conflicto: es un apartheid”, asegura la carta suscripta por Ernaux. Fue el último de sus pronunciamientos públicos sobre el Estado de Israel.
Convertida en la protagonista indiscutida del mundo literario por al menos 24 horas, sus expresiones anti-israelíes no tardaron en desencadenar críticas no sólo a la escritora sino también a la Academia Sueca por premiarla.
“No veo que de parte de los grupos feministas, pro-derechos humanos, pro-humanistas haya protestas contra el premio de Annie Ernaux”, dice Harwicz, una de las voces que cuestiona el galardón otorgado a la francesa. Y concluye: “Sigue estando de moda ser antisemita entre los artistas. No veo que las figuras de la izquierda intelectual de Argentina se subleven y rechacen este premio Nobel. Una vez más el cinismo de la época conduce a una indignación selectiva. Si quien es glorificada por el Nobel odia a Israel, odia a los judíos y es abiertamente antisemita no hay problema en tanto se supone que es de izquierda y es mujer”.
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