La música colombiana se ha caracterizado por asimilar géneros musicales foráneos, pero también por dar vida a los suyos propios. Pocos lugares pueden presumir de dar vida a la cumbia o al vallenato, y a la vez asimilar la salsa o el reggaeton como parte de su ADN. En medio, también se las ha arreglado para escribir sus capítulos particulares en el rock, el hip hop, el pop o la música de cantautor. Esa especie de multiverso le confiere una diversidad y una riqueza a todo lo que Colombia tiene para ofrecer en ese sentido que pareciese como si siempre hubiese algo más que decir, algo más que aportar a una historia que siempre terminamos dando por sentada.
Si algo ha caracterizado la trayectoria de Diego Londoño como escritor es, precisamente, la variedad de artistas que ha escogido como objeto de su análisis e investigación. Desde Andrés Calamaro y Juanes, hasta Rodolfo Aicardi y Los Yetis, el periodista antioqueño abordó las trayectorias de estos grupos tan emblemáticos (cada uno en su contexto particular) con rigor y sentimiento por igual. Para la escritura de ‘Donde Nacen Las Canciones’, optó por un formato algo más relajado, centrándose más en las anécdotas y un acercamiento más romántico, si se quiere, alrededor de la música colombiana.
Un total de 61 artistas fueron los que eligió “el fan fatal” (como se le puede encontrar a Diego en Twitter) para este ejercicio, más cercano a la literatura que a la acostumbrada mirada basada en los hechos o la crítica musical. Es recurrente en los textos la captura de sensaciones íntimas del artista que ayuden a entender no solo el por qué de las canciones que grabaron y fueron emblemáticas en la historia de Colombia, sino en dónde radica su impacto en la cultura popular. Los datos concretos están allí, pero sirven más para redondear esta visión más romántica del autor sobre artistas como Joe Arroyo, Noel Petro, Carlos Vives, Elkin Ramírez, Andrea Echeverri (que escribió el prólogo del libro), Edson Velandia, Alcolirykoz, Chocquibtown o El Sayayín, por mencionar unos cuantos. En la última parte hay unos textos adicionales que sirven para rendir tributo a los distintos gestores o programadores de radio que hicieron posible la popularidad de muchos de los temas que aparecen en la obra.
Una de las frases con las que se promueve ‘Donde Nacen Las Canciones’ es que ‘se lee y se escucha’. Hay un código QR que el lector puede escanear y lo redirigirá a una playlist de Spotify con una playlist que incluye temas de todos los artistas que aparecen incluidos en el libro, curada por el propio Londoño y que acompañan las historias que allí se narran.
Infobae Colombia habló con el autor (en plena promoción de la biografía de Juanes, recientemente publicada) sobre la concepción de ‘Donde Nacen las Canciones’, la historia detrás del prólogo que escribió Andrea Echeverri, y hasta la posibilidad de una segunda entrega.
— Infobae: ¿Cuál fue la motivación para relatar tantas historias y tan diversas de la música colombiana en un libro?
— Diego Londoño: Justamente eso que mencionas. Nuestro territorio es muy diverso y amplio en música. Es muy probable que las nuevas generaciones no conozcan esa gran diversidad y, sobre todo, la historia amplia, extensa y profunda que tenemos con la música. Muy seguramente conocen más las generaciones más recientes de músicos. Por eso mi propósito era crear una especie de enciclopedia de la historia de los músicos nacionales, y de una u otra manera delimitar ciertas historias que pudieran dar un camino de todo lo que ha sido la música colombiana desde los años 40 hasta la actualidad.
Lo que yo hice entonces fue explorar distintos géneros musicales como el vallenato, la ranchera, el rock and roll, la canción de autor, el folclor… y pues sacar a esos músicos destacados de cada uno de esos géneros: los clásicos con una trayectoria muy amplia, y los nuevos para tratar de darle al lector dos visiones del camino, tener un caleidoscopio que mostrara muchas edades, géneros musicales y territorios, para narrar a Colombia en toda su inmensidad a través de la música.
— Puede que lo más interesante de ‘Donde Nacen Las Canciones’ es que se siente más como un esfuerzo literario que uno crítico. Predomina esa intención de generar una inmersión en el oyente a través de la descripción del contexto de cada uno, antes que un repaso histórico concreto, como sucede en los libros más orientados a la biografía, como el de Juanes, el de Calamaro o el de Rodolfo Aicardi. ¿Por qué terminó por inclinarse por contar estas historias de esa manera?
— Me incliné más hacia las historias y las anécdotas porque ya he trabajado mucho con crítica y biografías. No estaba cansado, pero si quería un nuevo aire, y justamente en estas vidas encuentro una arquitectura completa de lo que significa Colombia a través del sonido. Entonces en vez de hablar de teoría musical, sentí que el peso lo debían llevar esas historias profundas, sinceras, íntimas, que en últimas constituyen el ADN de los grandes músicos de nuestra Colombia. Ahí tenemos casi 70 historias de músicos de todos los tiempos. Tengo muchísimas más, pero hubo que hacer una delimitación para construir un texto que pudiera cerrarse, porque por supuesto uno podría seguir narrando hasta el infinito.
— ¿Fue difícil abordar más de 80 años de música colombiana, tomando en cuenta que los lectores encontrarán artistas contemporáneos, anteriores y posteriores a su generación? ¿Cómo se establece un diálogo consistente entre tanta diversidad?
— Claro que fue difícil. Como decía antes, muchas veces sucede que la gente suele quedarse con los artistas más recientes. Fue difícil sobre todo por la selección de los artistas, no es fácil decir “este va” y “este no va”. Pero bueno, al final fue un ejercicio de curaduría personal y respetuoso. Por supuesto, entiendo que hay muchos otros músicos que merecen estar en este libro, pero es difícil abordarlos a todos. Y bueno, al final esa fue mi propuesta, hacerlo con ese enfoque más literario y narrativo, e incluyendo el prólogo de Andrea Echeverri. Siento que el diálogo que se establece entre toda esa diversidad y cada una de estas historias es un esfuerzo por hacer canción o ser canción en Colombia, que es una cosa muy difícil. Ser compositor en Colombia es complejo porque no se valora la producción musical, y cada uno tiene esas dificultades propias de la creación de las canciones. La hoja en blanco, la presión de superar el éxito anterior, entrar en una emisora, que a la gente le guste y coreen las canciones…
— ¿Con relación a Andrea Echeverri, ¿de dónde viene esa relación tan cercana? ¿Y quién de los dos es más ‘fan fatal’ de quien?
— (risas) He sido su fan toda la vida. De Andrea y de Aterciopelados, y por supuesto entiendo la importancia de la figura de Andrea en la música latinoamericana. Soy un gran admirador y le tengo mucho cariño. Hace bastantes años nos hicimos amigos, y es una amistad muy bonita transversalizada por la música y por sus visitas a Medellín o mis visitas a Bogotá. En una de esas visitas vivimos un día entero con muchas aventuras por Medellín Ella me regaló su visión de ese día en un texto, y yo le regalé mi visión de ese día en un texto. El de ella quedó como prólogo, y el mío quedó como historia. Lo recordamos con cariño, y yo creo que soy más fan fatal que ella, así ella diga lo contrario (risas).
— Hay artistas que conocemos todos, que solo conocen en un nicho concreto, o que directamente son desconocidos para el gran público. Por ejemplo, todos conocemos a Diomedes, Abelardo Carbonó tiene un status “de culto”, y muy pocos saben de Pala. ¿Cuál fue el criterio para elegir a estos artistas más, por así decirlo, “oscuros” o desconocidos para el gran público?
— Mi enfoque fue tratar de repasar a Colombia a través del sonido. Me fui por todos los géneros y traté de identificar los protagonistas de cada género. Pero también tenía en mente hacer el ejercicio de darle un espacio a esos artistas que no todo el mundo conoce, Quería que el libro fuese un agradecimiento por los que ya conocemos, pero también una catapulta para los que falta por conocer. Mientras uno va leyendo recuerda la historia de Diomedes Diaz, conoce a Alejo García y se entiende que hay un relevo generacional importante. Fue un esfuerzo y una apuesta curatorial para que conozcamos nueva música en Colombia, para que se de un empalme entre los músicos que hacen canciones hoy en el país.
— Incorporar los QR en los libros no es una novedad, pero usualmente se limitan a una playlist o dos que recopilan la historia general que se desarrolla en el libro en cuestión. ¡Usted lo llevó a otro nivel e incorporó 60 QR!
— Bueno, ese ejercicio de los QR lo viví con Instrumental, un libro de James Rhodes. Fue mi acercamiento profundo a la música clásica y se hizo a través de ese método. Quería simular un poco lo que sucedió con ese libro y llevarlo a la realidad con ‘Donde Nacen Las Canciones’. Hay una playlist general que tiene todos los artistas que se mencionan en el libro, y cada artista tiene un QR que responde a una canción en concreto. Por eso la instrucción que se da es que antes de leer una historia, cada persona revise el QR y lea mientras escucha al artista.
Es un ejercicio que funciona muy bien, sobre todo cuando no se conoce al músico. Incluso, uno escucha la música y dice “ah claro, yo lo conocía”. Ahí se hace más interesante la historia. Es muy bueno saber el chisme, pero también ponerle cara el chisme. Fue una gran apuesta y de las cosas que más satisfacción me genera con este libro.
— El libro salió en marzo, así que imagino que desde entonces habrá tenido cierta retroalimentación. ¿Qué artista que no aparece en el libro le gustaría haber incluido?
— No voy a mencionarlos porque son muchísimos. Sí puedo adelantar que habrá un segundo volumen y que pueden estar muchos de ellos.
— En las últimas páginas del libro hay un apartado dedicado a los gestores que permitieron a muchos de estos artistas alcanzar el reconocimiento del público ¿Son vidas tan apasionantes como las de los artistas? ¿O más?
— Esa parte es una especie de bonus track en el que intento dejar claro que, más que el hecho de si sus vidas fueron apasionantes o no, lo cierto es que sin la vida de esos programadores de radio, fanáticos, no existiría la vida de los artistas. Los que catapultaron esas creaciones fueron ellos, entonces también funciona como un agradecimiento, un aplauso de pie para personajes que aportaron y siguen aportando a la industria musical colombiano, y que ayudaron a construir los sueños de estos artistas.
— Ahora mismo está presentando la biografía de Juanes por todo el continente con bastante éxito. ¿Cuál es el siguiente proyecto? ¿Viene el segundo volumen de ‘Donde Nacen Las Canciones’? ¿O qué sigue?
— Sí, la verdad es que la presentación del libro de Juanes me ha llevado a muchos lugares. Fue publicado en muchos territorios del mundo, y por ahora estoy ocupado en eso. Pero más o menos en un mes empezaré otra aventura diferente. Empecé a escribir una novela, me voy a meter en un territorio desconocido. Me gusta contar historias, creo que puedo hacerlo bien y voy a contar una historia de amor, desamor y muerte que se llama ‘Cómo Olvidarte’. Ya cuando esté lista veré si la publico o la dejo guardada en un armario. Pero por lo pronto tengo esa sensación en mi corazón de escribir esa historia y convertirla en mi debut como novelista. Ya veremos qué pasa ahí, pero me emociona pensarlo.
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