Cuanto más prohibido sea algo, mayor será el interés. De eso no ha habido duda alguna en tiempo alguno. Parece ser una condicionante que nos es sumamente atractiva. Siempre que se intenta censurar el acceso a algo, mayor es su alcance y repercusión. No es algo nuevo. Y si de libros hablamos...
Cada año, desde 1982, la Asociación Estadounidense de Bibliotecas elabora un listado con los libros más cuestionados, no prohibiéndolos inmediatamente sino alertando a la comunidad lectora sobre sus contenidos, en ocasiones, “tan escandalosos” para los hogares americanos y su buen vivir.
El listado intenta advertir a los padres y maestros de aquellos libros que podrían estar un tanto “subidos de tono” para sus hijos y estudiantes, al incluir, algunos de ellos, escenas de sexo, violencia o lenguaje considerado como ofensivo o “pecaminoso”. Para muchos adultos en Estados Unidos, serían estos algunos de los estímulos para que los jóvenes comiencen a “perder el rumbo”.
¿Un libro puede ser realmente peligroso para una persona? Esto es algo que se ha discutido ampliamente a lo largo del tiempo, pero lo cierto es que el único responsable de su comportamiento, de sus decisiones y acciones es cada quien, no el libro que leyó o dejó de leer. Sin embargo, es cierto que estos objetos escritos tienen una gran influencia en la forma en que vemos el mundo. La fuerza de la literatura no tiene límites, pero ¿en verdad pueden alterar el curso de una vida?
Cerrarnos a una sola posibilidad de respuesta sería caer en el facilismo. Diremos, en cambio, que todo es posible, pero, una vez más, depende de cada quien.
Pues bien, año tras año, al presentarse el listado de la ALA (por sus siglas en inglés), surgen comentarios tanto a favor como en contra de las obras reseñadas. Grupos de padres se organizan para exigir a editoriales y librerías que detengan la distribución y comercialización de estos libros, mientras que estudiantes y lectores en general exigen su permanencia, demostrando así su rechazo a la censura de los libros y argumentando que este tipo de acciones violan el derecho a la libertad de expresión y el acceso a la información protegidos por la Primera Enmienda de la Constitución de EE.UU.
Un libro es prohibido cuando grupos ideológicos o personas se oponen a su contenido. El listado de la ALA contribuye a ello y así es como se consigue que diversos títulos de la literatura sean eliminados de los currículos escolares o las bases de datos de las bibliotecas públicas.
Aunque la mayoría de los libros prohibidos pueden ser comprados en línea, para los niños y adolescentes, las escuelas y las bibliotecas públicas son los únicos medios para acceder a la literatura, y controlando esos espacios es que se consigue llevar a cabo la censura, que si bien es parcial, priva a la gente de su libre acceso.
En conversación con la BBC Mundo, Deborah Caldwell-Stone, quien en 2014 se desempeñaba como vicedirectora de la Oficina de Libertad Intelectual, señaló que la prohibición de libros apunta más a los de no ficción que hablan de temas como la pobreza o la diferencia entre clases sociales y razas.
“Se trata de obras de no ficción que presentan puntos de vista alternativos a cuestiones que la mayoría de los estadounidenses valora mucho, como el capitalismo o el libre mercado”, dijo Caldwell-Stone. “Los padres de los estudiantes piensan que es una forma de corrupción o que es engañoso ofrecer estos puntos de vista alternativos, que tienen el peligro de cambiar la opinión de los estudiantes hasta el punto de contradecir la posición de los padres en religión y asuntos sociales”.
Cabe aclarar que la ley americana no respalda necesariamente este tipo de acciones. Los tribunales defienden que las juntas de escuelas y bibliotecas tienen el derecho y el criterio para establecer el currículo y catálogo de sus espacios, y un padre no puede retirar un libro porque simplemente no le gustan las ideas que presenta.
La Primera Enmienda, en este sentido, protege la libertad académica del profesor y de los estudiantes. El padre que cuestiona una obra puede pedir que se excuse a su hijo de esa clase pero no interferir en que otros estudiantes trabajen ese material.
Durante el último año ha aumentado la prohibición de libros que se centran en temas como racismo, sexualidad e identidad de género, entre otros, en las escuelas y bibliotecas públicas de Estados Unidos. Entre los títulos prohibidos se encuentra, como lo ha hecho durante varios años, una de las obras más importantes de la escritora Toni Morrison, quien obtuvo el Premio Nobel de Literatura en 1993: Ojos azules.
Esta fue la primera novela publicada de Morrison. Cuenta la historia de Pecola, una niña pequeña que vive con sus padres y tiene una prima que se llama Claudia. Pecola es negra y cree que es fea porque no se parece a la actriz Shirley Temple. Cada que sus padres se pelean o su padre la molesta por las noches, ella cierra sus ojos e imagina que los tiene azules y grandes, que todo el mundo admira su belleza y que las otras niñas la envidian. Pero ese sueño nunca se convertirá en realidad y Pecola seguirá atrapada en la triste vida que le ha tocado en suerte.
El libro es una exploración de las dinámicas entre el racismo interiorizado y la autoestima, en el que la autora reflexiona en torno a temas como la belleza, la pureza y la inocencia.
Se trata de una de las grandes piezas de la literatura norteamericana y uno de los mejores libros escritos por Toni Morrison, pero para muchos padres americanos y “puristas”, se trata de una revisión de temas que pueden “hacer mella en la autoestima de una persona y llevarla por la senda de la destrucción”.
Es una pena que la censura ataque libros tan necesarios, pero cada sociedad tiene lo suyo. Junto al libro de Morrison, a fecha de hoy, según el listado más reciente de la ALA, este es el Top 10 de títulos prohibidos:
1. Género queer, de Maia Kobabe.
2. Chico del césped, de Jonathan Evison.
3. No todos los chicos son azules, de George M. Johnson.
4. Fuera de la oscuridad, de Ashley Hope Pérez.
5. El odio que das, de Angie Thomas.
6. El diario completamente verídico de un indio a tiempo parcial, de Sherman Alexie.
7. Yo, Earl y la niña moribunda, de Jesse Andrews.
8. Ojos azules, de Toni Morrison.
9. Este libro es gay, de Juno Dawson.
10. Más allá del magenta, de Susan Kuklin.
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