El escritor mexicano Óscar de la Borbolla relanzó recientemente su novela doble “Nada es para tanto; Todo está permitido”, una historia con una alta carga de eventos pícaros y sexuales que caracterizan la narrativa del autor. Tras la pandemia esta obra volvió a ver la luz con una reedición y compilación.
El texto, escrito originalmente a principios de los años noventa, versa sobre Gabriel, un pícaro contemporáneo que trata de manejar, no siempre de manera adecuada, las circunstancias adversas de su vida, un mexicano que encuentra similitudes en la llamada ola picaresca española, un hombre motivado por los vicios que ahogan la sociedad en que vive, un personaje de un incansable apetito erótico y características de antihéroe. Sus raíces parecen haber marcado su naturaleza: una madre prostituta y un padre opresor, serían el origen de la rebeldía desdeñosa su protagonista, un joven que no quiere continuar con la tradición laboral heredada del patriarcado.
Con el tiempo, Gabriel se convierte en un estafador que asecha a mujeres extranjeras en las playas de Acapulco. La otra protagonista es una joven de nombre Gabriela, quien se entrega a su jefe en un duro escritorio burocrático, la joven es fotografiada para su colección privada de instantáneas sobre mujeres desnudas.
Las historias se van desarrollando al ritmo de las descripciones poco reservadas de Borbolla; las fantasías eróticas, los deseos más ocultos de los personajes que rodean a los protagonistas se encuentran presentes por todos lados. Seducción y excesos hacen de Gabriela una guía por un mundo erótico y sexual sin precedentes.
Ambas publicaciones contienen en sus páginas pasajes que trascienden el plano de la picardía, sin caer en lo vulgar. Los relatos son resultado del humor característico de Óscar de la Borbolla, una escritura que contextualiza las motivaciones más arraigadas o viscerales de Gabriela y Gabriel; dos lados de la moneda que se sienten tan iguales y que ahora conviven mano a mano por en esta nueva redición impresa, que encontró el respaldo editorial del Fondo de Cultura Económica (FCE); “Nada es para tanto; Todo está permitido”, fue presentada el último día de actividades de la FILU 2022.
Las historias de Gabriel y Gabriela son independientes y no guardan correlación, más que la de su autoría repleta de humor y los contenidos sexuales de los textos; son creaciones con pintorescos y extremos escenarios, en los que el autor no escatima en reservar el extremismo y el delirio de cada momento, atmósfera y circunstancia de su obra; esta novela es una oportunidad para conocer uno de los grandes exponentes de la literatura actual y sobre todo conocer una obra que vio la luz hace 30 años.
En esta ocasión Borbolla, estuvo acompañado por el también novelista Marco Tulio Aguilera Garramuño, autor de “Cuentos para después de hacer el amor” y “Mujeres (mal) amadas”; quien desde su perspectiva de escritor y sobre todo de amigo se refirió a “Nada es para tanto; Todo está permitido” y la escritura de Óscar como “Novelas sexualizadas al extremo, que no se pueden ver como pornografía; ya que Borbolla no narra sus historias desde peripecias eróticas truculentas, sino que se entretiene narrando pormenores minuciosos de sus relatos”; durante la presentación Garramuño aseguró que como amigos y escritores comparten, la misma trinchera y estigma sobre sus obras.
Es difícil catalogar la prosa y procedencia de las letras del autor, lo que sobresale es el primer año de publicación de este relato, un momento en que los melodramas mexicanos formaban los héroes y galanes de telenovela, destinados a rescatar de las garras del destino a damiselas virginales; que se alejan del canon narrativo de Óscar de la Borbolla, el texto y el pasar de las páginas dibujan momentos arriesgados, por las raíces de su narrativa cruda y detallada; “Nada es para tanto; Todo está permitido”, sin embargo, es la novela doble que se siente tan correcta con el andar contemporáneo, de los lectores más aventurados.
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