El pasado 22 de septiembre, la escritora británica Hilary mantel falleció a los 70 años en la ciudad de Exeter, en el condado de Devon, Inglaterra. Mantel murió “de repente pero pacíficamente”, rodeada por sus familiares y amigos más cercanos.
“Estamos devastados por la muerte de nuestra querida autora, la dama Hilary Mantel, y nuestros pensamientos están con sus amigos y familia, especialmente con su marido, Gerald”, señaló su editorial, HarperCollins, a través de sus redes sociales.
Sus agentes, de la firma A.M. Heath, la calificaron como “una de las grandes novelistas inglesas de este siglo” y consideraron que sus libros se han convertido en “clásicos modernos”.
Mantel escribió alrededor de 14 novelas, dos libros de relatos y uno de memorias. Además de una gran cantidad de ensayos y artículos en donde reflexionaba de diferentes temas como la literatura y la historia, entre otros. Ha sido la primera mujer, y la primera autora británica en conseguir el prestigioso Man Booker Prize, en dos ocasiones, una en 2009 y la otra en 2012, por sus novelas En la corte del lobo y Una reina en el estrado, ambas parte de la Trilogía de Thomas Cromwell.
Esta trilogía le permitió ganar fama mundial y la ubicó como una de las escritoras más importantes del Reino Unido en los últimos 50 años. Le mereció también el Premio Costa Book, uno de los galardones más prestigiosos para los escritores en Reino Unido.
Los libros se publicaron con bastante distancia el uno del otro. El último apareció en 2020, durante la pantemia del Covid-19. La historia está centrada en la vida Thomas Cromwell, quien fue un estadista y abogado que sirvió al rey Enrique VIII como su secretario de Estaddo y ministro principal, entre 1532 y 1540, año en el que es ejecutado por orden del propio rey. Muere decapitado en la Torre de Londres.
El primer libro, En la corte del lobo, se ubica en el año 1520, en Inglaterra, cuando la nación está al borde del abismo. El rey Enrique VIII no consigue engendrar un heredero varón y quiere divorciarse de su mujer, Catalina de Aragón, para casarse con Ana Bolena, pero el cardenal Wolsey, su principal asesor, no obtiene más que negativas del papa. En este clima de desconfianza y necesidad llega a la corte Thomas Cromwell, al principio como segundo de Wolsey y más tarde como su sucesor.
Cromwell es un hombre con una trayectoria original: hijo de un herrero que le trataba con gran brutalidad, llega a ser un genio político, sobornador, encantador y fanfarrón, y con una delicada y mortífera habilidad para manipular los hechos y las personas. Implacable en la consecución de sus propios intereses, es tan exigente con los demás como lo es consigo mismo. Su programa de reformas tiene que abrirse camino entre un parlamento que sólo vela por los intereses de sus miembros y un rey que fluctúa entre las pasiones románticas y las pulsiones asesinas.
Setecientas páginas del gran espectáculo que es la depredación humana.
Una reina en el estrado, la segunda parte de la Trilogía, presenta a Thomas Cromwell, en el año 1535, ya muy lejos de sus humildes orígenes. Como primer ministro de Enrique VIII, su fortuna ha florecido, como también la de Ana Bolena, segunda esposa del rey por cuyo amor Enrique ha roto con Roma y ha creado su propia Iglesia. Pero las decisiones del rey están provocando un peligroso aislamiento político de Inglaterra, y además Ana no ha cumplido su promesa, procurar un heredero que asegure la línea Tudor.
Durante la visita de Enrique a Wolf Hall, Cromwell presencia los amores del rey con la sibilina y silenciosa Jane Seymour. El ministro comprende que lo que está en juego es mucho más que el placer del rey: está en juego la seguridad de la nación. Así que a medida que despeja el camino de Enrique entre la corte y su miasma de chismes, negocia una «verdad» que satisfaga al rey y asegure su propia carrera. Pero ni ministro ni rey saldrán indemnes del teatro sangriento de los últimos días de Ana.
El último libro, El trueno en el reino, transcurre un año después, en 1536, cuando Ana Bolena ha muerto, decapitada, a manos de un verdugo francés. Mientras sus restos descansan bajo tierra, Thomas Cromwell desayuna con los vencedores y continúa su ascenso al poder y a la riqueza. Su maestro, Enrique VIII, se conforma con una felicidad a corto plazo en los brazos de su tercera reina, Jane Seymour.
Cromwell sabe que sólo puede confiar en sí mismo. No tiene una gran familia que lo respalde, ni un ejército privado. Y a pesar de la rebelión interna, de los traidores que se multiplican en el extranjero y de la amenaza de invasión que pone a prueba el reinado de Enrique VIII, Cromwell busca convertir Inglaterra en un nuevo país que se mire en el espejo del futuro.
La pregunta aquí es, ¿puede realmente una nación, o una persona, desprenderse de su pasado como si fuera piel muerta?
La novela que cierra la Trilogía de Cromwell fue considerada en su momento como una pieza más que contundente y se alcanzó a comentar que podría llegar a merecerle a Mantel su tercer Man Booker Prize, tras ocho años de espera. La crítica calificó a esta serie de libros como una de las mejores sagas de novela histórica del siglo XXI.
En 2020, en medio de una entrevista, la escritora reconocía su pasión por las novelas, señalando que en ellas se puede hacer que todo funcione. Su compromiso con su obra fue más que apasionante. “Concéntrate en lo que quieres decir y dilo de la manera más directa y vigorosa posible”, escribió en su libro de memorias. “Come carne. Bebe sangre (...). Levántate en las horas tranquilas de la noche, rájate las yemas de los dedos y usa la sangre como tinta. Esto te quitará el gusto por el parloteo”.
No cabe duda de que la obra de Hilary Mantel es una de las más importantes de los últimos tiempos en el terreno de la novela histórica y las letras británicas. Su legado será difícil de igualar y aunque pasen los años, los libros habrán de perdurar.
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