Desde el 2020 la escritora ecuatoriana Mónica Ojeda comenzó a cobrar relevancia en la escena de la literatura latinoamericana gracias a su anterior título, “Nefando”, una novela que mostró a Ojeda como una narradora inclinada a sacar los lados más oscuros del ser humano.
Bajo la misma línea narrativa, la escritora nacida en Guayaquil recientemente lanzó “Mandíbula”, una novela que no es de terror, pero que sí explora los miedos desde una visión femenina.
En “Mandíbula”, Ojeda desarrolla la historia de Fernanda Montero, una joven estudiante de un colegio de élite regido por el Opus Dei; una adolescente fanática del horror y de las pequeñas historias de terror (conocidas como creepypastas) que abundan en los rincones de Internet. La protagonista un día despierta amordazada y maniatada dentro de una oscura cabaña, en medio del bosque; su secuestradora, lejos de ser una desconocida, resulta ser su profesora de instituto, una mujer marcada por un pasado violento, que ha vivido tormentosas situaciones provocadas por Fernanda y su séquito de amigas.
La historia de Mónica Ojeda fue lanzada originalmente en 2018, cobró relevancia recientemente gracias a una reedición que busca llegar a la mayor parte de Latinoamérica. El escrito, de casi trescientas páginas, revela las motivaciones del secuestro, que trascienden las barreras del bullying.
Desde la premisa narrativa característica de Ojeda, se encargará de revelar traiciones inesperadas y transportar al lector a atmósferas de parajes desoladores, como un edificio abandonado, las entrañas de un culto secreto con raíces en los mitos y leyendas de Internet que a Fernanda le fascinaba consumir y hasta una peculiar forma de un amor juvenil.
“Mandíbula”, que ofrece una desgarradora trama, se convierte en un libro que promete perturbar, sacar los traumas y el lado más impuro del lector. Es una historia que permite visibilizar las conexiones y los argumentos sobre el miedo, como un resultado familiar, sexual o productor de la misma violencia. Mónica Ojeda se arriesga con lo que podría considerarse un thriller psicológico, que incluye un juego mental a partir del análisis de las relaciones femeninas.
La novela en su mayoría está protagonizada por mujeres, como eje principal de la historia. Ojeda buscó construir a sus protagonistas alejadas de la tradición literaria y de los aspectos canónicos que se les otorga a los personajes principales; la escritora resalta en “Mandíbula” un instinto natural de brutalidad y crueldad, con escenas y descripciones que transitan por los límites de un actuar retorcido, que puede ser abrumador por la carga de violencia; una ficción que Ojeda logra hacer sentir tan real.
Las descarnadas descripciones incluidas en el relato de relaciones un tanto enfermizas impactan al lector. Ojeda, en su escrito, resalta sobre todo las relaciones madre e hija; en las cuales, en muchas ocasiones, las hijas se pueden ver absorbidas por lo que se espera de ellas. en cuanto a las relaciones de amistad, sobre todo de la adolescencia, “Mandíbula”, refleja lo peligrosas que son las cadenas de mando de estas jerarquías sociales de instituto y cómo son un paso acelerado para abandonar los relatos circunstanciales de la infancia.
Se podría afirmar que Mónica Ojeda, encontró en este tipo de narración su sello como escritora. La descripción de escenas y situaciones descarnadas, desagradables y arriesgadas; en “Mandíbula” sobresale un salvajismo temprano con la perdida de la niñez y las conexiones interpersonales, una prosa arriesgada en la que la escritora hace de la incomodidad, un fenómeno para percibir la procedencia de su historia; la forma de escritura de Ojeda se ha dicho no es para todos los gustos, debido a la naturaleza extraña de sus inquietudes, son textos que debido a la cercanía visceral de los secretos más oscuros, se tornan en diversos vacíos provocados por la incomodidad de sus circunstancias, incluso en los lectores fanáticos del terror y este relanzamiento se convierte en la perfecta oportunidad para recorrer los lados más oscuros y salvajes que se encuentran acallados en el interior.
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