“Un zoo en el fin del mundo” es la primera obra literaria del escritor chino Ma Boyong traducida al español; anteriormente solo contaba con la traducción de Ken Liu, al idioma inglés, de su novela “La ciudad del silencio”.
El autor de ciencia ficción se ha convertido en uno de los más reconocidos de su generación y también se ha posicionado como uno de los renovadores de este generó en el territorio asiático; ahora, con su historia singular de un grupo de animales y un misionero evangelizador, busca conquistar los mercados de habla hispana.
La historia escrita por Ma Boyong inicia con la inquietud del estadounidense Morgan Colloway y su deseo de viajar a china desde que era niño, cuando leyó las aventuras de Marco Polo. Ya en su etapa como misionero lo invitan a predicar allí la palabra de Dios. El destino le tiene preparada una peculiar travesía junto a una elefanta, dos cebras, cinco babuinos, un pitón, un perico y un león.
Aunque lo parezca, esta novela se aleja del cuento de niños. Boyong durante sus presentaciones ha afirmado que este relato es más cercano a una leyenda, que promete despertar y mantener el amor por los animales.
Una de las preguntas que más se encuentra dentro del texto es ¿va a Chifeng a predicar para construir un zoológico o construye un zoológico para ir a predicar por Chifeng?, cuestión que se encuentra presente ante la misión del reverendo Calloway e incluso, él mismo llega a plantearse en repetidas ocasiones. Su singular grupo llega cuando sigue su intuición y, en la búsqueda de señales divinas, encuentra un anunció de periódico, sobre la venta de unos animales pertenecientes a un zoológico, una iniciativa de la Emperatriz. El predicador ve en este grupo la oportunidad perfecta para hacer llegar la palabra de Dios.
Con el pasar de las páginas, esta banda revela, de diversas formas, la soledad en la que vivían en aquel olvidado zoo; entre los animales, toman protagonismo Wanfu, la elefanta y Huben, el león; todos demuestras miedo para salir de las jaulas, para emprender la travesía junto a Calloway.
En “Un zoo en el fin del mundo” Boyong retrata el vínculo inmediato entre el misionero y Wanfu, en la narración literaria destacan la comprensión y el entendimiento a pesar de lo imposible que establecer una comunicación, sin un lenguaje en común; esta amistad entre el hombre y la elefanta mantiene al grupo unido, el misionero se convierte así en uno más de la manada.
Los elementos místicos y religiosos se encuentran a lo largo de la trama, como el conductor de la caravana, quien recurre a todos los dogmas, tradiciones, creencias y ancestros; es como si, Ma Boyong hubiera puesto a sus personajes bajo un designio divino, de encontrarse, viajar juntos y encontrar en este viaje una nueva oportunidad; el grupo de personajes en su camino a Chifeng, tendrán que enfrentar diversos obstáculos, como los peligrosos miembros de Jindandao, un grupo que desestima todo lo que proveniente de occidente, lo que se salga de la tradición y sobre todo lo que este en contra, de su percepción sobre la función del mundo; por ende a Colloway y su compañía serán asediados por este grupo.
La novela resulta difícil de leer con una mirada o pensamiento de la realidad, el escritor chino, hace de su historia un relato parecido al que se puede encontrar en un sueño de fantasía profunda, es un cuento que busca reconectar el amor por los animales y dotarlos de alma, sentimientos y conciencia. La crítica ha catalogado a “Un zoo en el fin del mundo”, como un llamado a estrechar lazos entre las diversas razas, especies y sistemas de creencia religiosas; Ma Boyong cuenta con más de 40 años de edad, la mayoría de sus textos versan sobre la ciencia ficción. En 2010 ganó el Premio de Literatura Popular, una de los reconocimientos más importantes otorgados en China.
SEGUIR LEYENDO: