¿Qué se sentirá ser un rockstar? Cuestión que muchos simples mundanos se han preguntado al ver las extravagantes presentaciones de los ya veteranos, como Kiss, Metallica o los revolucionarios Ghost.
La vida de una estrella de la música no debe ser fácil: cumplirle a las olas de fanáticos que sueñan con convertirse unos masters de la música, superar el ojo crítico de las groupies, enfundadas en sus chaquetas de cuero, pantalones ajustados y camisetas rotas.
Parece demasiado extenuante tener que cumplir lineamientos, estéticos y musicales; es el sacrificio que viene emparejado con la fama, se dicen, pero ¿qué pasa cuando la fama no llega?, ¿qué es de esas almas deseosas de escenarios? y, sobre todo, ¿se necesita ser famoso para ser un rockstar?; estas son algunas preguntas que pretenden resolverse en la novela “La Armada Invencible”, la historia de Barry Dávila, un rockstar, semidios y exintegrante de una banda de heavy y thrash que se ve obligado a vivir una rutinaria vida fuera de los escenarios.
El escritor mexicano Antonio Ortuño crea el escenario de una banda compuesta por Barry, el Isaías, Yulian y el Mustaine, alineación original de la agrupación “La Armada invencible” o, como la solían llamarle irónicamente los incrédulos, “La armada invisible”; agrupación con altibajos que muchas veces llegaba a la resolución de sus problemas a madrazos.
La historia sigue al empedernido Barry, que busca conseguir una oportunidad para su banda, tocar en escenarios, conquistar a las metaleras y llenar los camerinos de cerveza hasta nadar en ella, vivir su gran fantasía; sueños que, sin embargo, con el paso del tiempo se ve cada vez más lejano y al final del cual le queda poco dinero y menos amigos.
En esta novela, Ortuño logra crear atmósferas cotidianas mediante un lenguaje coloquial, que transporta al lector por escenarios de ficción como El Ricky’s, El Hangar o los Tacos de Don Bon Jovi.
La novela “La armada invencible” es una constante declaración de amor a la idea de la resistencia y las segundas oportunidades; un libro divido en Lado A y Lado B, en capítulos que, a manera de playlist, funcionan como sentencias y pistas de lo que pasará con la agrupación.
Ortuño no solo les da importancia a sus personajes principales, también resalta otros personajes indispensables en la historia, como El Gordo, Brenda y Paty Kay.
En entrevista con Infobae, Antonio Ortuño se dio tiempo de detallar más la construcción narrativa de “La Armada Invencible” y sus principales inspiraciones para aventurarse a escribir sobre un género musical que no es muy común de encontrar en las publicaciones literarias, una tragicomedia de tintes negros, de resistencia ante los eventos de la realidad, personajes que pueden representar de forma fiel a jóvenes y no tan jóvenes.
— ¿Por qué escribir sobre “La Armada Invencible”?
— Yo generalmente escribo sobre los temas que me interesan, no hago averiguaciones especiales para una novela, no hago estos procesos de documentación que hacen otros novelistas; yo termino escribiendo sobre los temas que me resultan vitalmente cercanos, sobre los que he leído y que finalmente me apasionan; El rock guitarrero ruidoso, es uno de mis constantes desde mi vida temprana y es un recurso al que siempre regreso. La Armada surge de la inquietud de algunos rockeros que les interesa la literatura y sobre todo bajo la primicia de que no hay muchas buenas novelas de rock.
Antonio Ortuño expuso que las novelas existentes sobre este género musical, pueden resultar cándidas, juveniles o pasajeras, producto de un fanatismo que no se despega de la importancia de redactar una novela que realmente construya una historia. Ortuño recuerda que uno de los grandes precursores de novelas de esta índole fue el escritor José Agustín, el llamado escritor de onda, quien fue uno de los primeros exponentes del rock dentro de la literatura mexicana de principios de los años setenta; asegura el autor que con “La Armada Invencible” buscó reformular lo ya existente desde el lugar que ocupa el rock como un género de culto o un género al que no le apuestan ni las disqueras, ni los medios.
— ¿Cómo creas las atmosferas de tu libro como El Ricky’s, El Hangar o los Tacos de Don Bon Jovi?
— Es muy evidente que para jugar con el mito de las bandas de rock es necesario que los espacios correspondan a sus necesidades, aunque sea un mito carnavalesco como el de la armada y desde luego era fundamental que el bar donde tocan, el cuarto cochambroso de ensayos y hasta el lugar de tacos donde el narrador recurrentemente va, fueran funcionales para dar esas coordenadas y crear ese artificio que para mí era fundamental que pareciera de la vida real, es una mezcla de diferentes espacios no solo de Guadalajara.
Explicó que el lenguaje utilizado en “La Armada Invencible” es un recurso para contextualizar la vida de estos cuarentones rockeros, para acercar los personajes al lector y alejarlos de los clichés. Ortuño dice que la escritura de esta novela no está pensada para traducirse, porque busca conservar el sabor y colorido cultural del lenguaje vivo; reconoció que la procedencia mexicana de las situaciones busca acercar de forma fiel a lectores de otros países. El escritor rescata la importancia de unir de forma imaginaria las vivencias de la realidad para construir los eventos que suceden en su escritura.
— ¿Con los personajes femeninos, como Paty Key y Brenda, buscas hacer un homenaje o reivindicar el papel de la mujer?
— El metal es un género masculino, pero cuando conoces la escena, te das cuenta qué hay mucho más que unos mastodontes nórdicos de cabello largo; en la historia del heavy y el rock existe la participación de mujeres, el incluirlas fue un ejercicio para poner en crisis la idea de la hipermasculinidad, con el pato busque rescatar su participación como la mejor guitarrista de la obra y explorar su propia voz, con una de las entrevistas más largas, y con Brenda, se construye como un reto a la masculinidad desde su dinamismo y fuerza, con la que le impone y doblega a Yulian; las dos son personajes fundamentales para retar la idea monolítica del metal masculinizado.
El autor dividió este libro en Lado A y Lado B, como un homenaje a la música y los formatos retro; además, los dos lados se encuentran divididos en 10 partes, en las que se encuentran “Jump in the fire” de Metallica, “Never say die” de Black Sabbath, “Wasted Years” de Iron Maiden y “Belly of the beast” de Anthrax, entre otras.
A pesar de que estos temas pueden no ser las piezas más representativas de las bandas que Ortuño decidió incluir, las canciones son un juego para darle una dimensión extra al lector, al tiempo, afirma, que cuenta con bandas inesperadas; también asegura que “La Armada Invencible” cuenta con fragmentos y espacios de nostalgia, dignidad y resistencia como, lo ha desarrollado en otras obras.
“La Armada es una novela agridulce, con cambios de ritmo y contrastes de tono, que no abusa de la monotonía, como lo hacen muchas otras; en mi texto confluyen muchas ideas, atmosferas, estados de ánimo, en los que se explora la ira, desesperación, desesperanza, nostalgia y el humor, necesarios para escribir una novela que haga más amplia la realidad en la que uno vive; si alguien no conoce de metal, en la armada podrá conocer que existe una complejidad detrás del ruido y los guitarrazos”, sostiene Antonio Ortuño.
Con respecto a sus anteriores publicaciones que, con esta suman un total de veinte, compartió que en cada uno de sus proyectos lleva algo de él y también de sus obras, pero que busca explorar lugares y tonos diferentes, para no casarse con un estilo específico, se podría afirmar que Ortuño es un escritor de diversas realidades bajo una influencia con ciertos rasgos de humor, que a través de los años ha logrado pulir y que se ha casado con un lenguaje vivido y coloquial que sintetiza los contextos históricos y circunstanciales de cada una de sus obras, igualmente reveló que con “La Armada invencible”, iniciará una gira de promoción, con la que llegará varias ciudades y ferias del libro, entre las que se encuentra la presentación que tendrá próximamente en las celebraciones de la FIL 2022 en Guadalajara.
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