Un cuento de la literatura infantil que incentiva la búsqueda de la identidad y encontrar voz propia en medio de un mundo sumido en las repeticiones de la digitalización. El libro “Cuento del Sinsonte Olvidadizo” fue escrito por Antonio Orlando Rodríguez e ilustrado por Israel Barrón y busca despertar el interés de niñas y niños en el mundo de la lectura. Un texto de carácter simple que contiene un gran mensaje sobre la búsqueda personal, el cuento fue presentado en el marco de la Feria Internacional del Libro Universitario, FILU 2022 , celebrada en la capital del estado de Veracruz, México.
El escritor Antonio Orlando Rodríguez, durante la presentación, reveló que “Cuento del sinsonte olvidadizo” es un texto muy cercano y personal que surgió a finales de los años 70. Rodríguez redactó este cuento como un ejercicio lúdico que surgió de la inquietud sobre lo que pasa cuando todo el mundo aconseja sobre nuestro actuar. Así mismo, Rodríguez recordó que, al releer el libro, se dio cuenta de que es un texto sobre encontrar la voz y no dejarla ir, especialmente en el contexto que impera en la actualidad, de imitación y repetición, creado por la vida digital.
Este cuento vio por primera vez la luz en Cuba y ahora se complementa como una lectura visual con las creaciones de Israel Barrón. El autor afirmó que él rescata la comunicación con el lector y deja detrás el estilo y el lenguaje metafórico; que su objetivo es sostener una conexión con los jóvenes lectores; igualmente, explicó que acompañar su texto con ilustraciones no es para él solo un trabajo colaborativo, sino que actualmente, la intervención visual se ha convertido en un sistema de coautoría,
El autor declaró que este título, y los demás que ha escrito, surgen de la figura del primer vistazo de muchos mundos y realidades en los libros. Rodríguez ve al público infantil como un ente social respetable ante el panorama que envuelve a la literatura juvenil e infantil, que ha cambiado en un sistema de cuentos arriesgados, para incentivar a la reflexión y la generación de ideas, lejano al modelo del pasado, basado en el aleccionamiento. Es así que con “Cuento del Sinsonte Olvidadizo” busca despertar la imaginación y que los lectores adquieran un carácter crítico para que exijan mejores textos.
Por su parte, el ilustrador Israel Barrón expuso lo complicado que es lograr la atención del público infantil expuesto al consumo de contenidos digitales, que pueden verse llamativos pero que, a veces, carecen de trasfondo artístico y cognitivo. Barrón ve este relato como una construcción imaginativa que representó un reto al querer unir las ilustraciones con el texto y aseguró que, al contrario de lo que se piensa, requiere un gran compromiso hacer textos para niños. Finalmente el ilustrador reveló que su emocionalidad se ve reflejada en sus creaciones sobre el relato de este característico Sinsonte sin voz.
Antonio Orlando Rodríguez declaró que crear este cuento fue una especie de homenaje a la historia de la escritura, a los jeroglíficos, papiros y el futuro digital de los compendios literarios, aseguró que percibe los libros como los soportes de las ideas escritas. Rodríguez sostuvo que le apasiona pensar en el futuro del libro y admira cómo se han convertido en objetos de arte y culto de la sociedad moderna. Afirmó finalmente que su existencia gira en torno a los libros, la palabra escrita y que no podría imaginar su vida sin los mundos literarios.
Esta no es la primera vez que Rodríguez trabaja con Barrón; anteriormente colaboraron en “Cuentos de cuando La Habana era chiquita”, un texto que se sitúa en ciudad colonial, entre costumbres y leyendas que rodean la historia de Pitirre, un niño que vive en la vida cotidiana de este lugar. Antonio Orlando Rodríguez cuenta con más de cuarenta obras publicadas, en su mayoría cuentos infantiles, entre los que se encuentran “Chiquita”, “Fiesta en el zoológico”, “El rock de la momia y otros versos”, “El león y la domadora” y “Aprendices de Brujo”, entre otros.
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