La autora Ximena Santaolalla se inspiró en los hechos violentos ocurridos en Guatemala durante el mandato de terror instaurado por el general Efraín Ríos Montt, a mediados de la década de los ochenta, para crear un relato crudo y sombrío del estrés postraumático que dejaron los actos del ejército guatemalteco, que se manchó las manos con la crueldad, la desaparición de civiles, secuestros de niños y la violación de mujeres torturadas; infortunio y angustia fueron retratados a forma de ficción en “A veces despierto temblando”; texto que recibió el Premio Mauricio Achar en 2021.
La narrativa de Santaolalla surge de la mano de sus estudios en derecho. A lo largo de 300 páginas la joven escritora detalla y enfatiza con datos duros el proceder de este amargo pasaje guatemalteco, que, a pesar de haber durado alrededor de un año y medio, dejó estragos por sus más de 100 mil víctimas.
La inspiración tomó por sorpresa a Ximena Santaolalla. Al leer la sentencia de la jueza Yassmin Barrios sobre el genocidio cometido bajo las órdenes de Ríos Montt se aventuró a una extensa investigación sobre la masacre, en documentos, lugares y hasta testimonios de personas que vivieron el oscuro evento.
Los sucesos de esta ficción, suceden en el periodo de la llamada Operación Sofía, con la que se implementó un operativo para erradicar una gran parte de los pobladores de origen Maya Ixil, del norte de Guatemala; con el fin infame de recuperar las tierras ocupadas por estos habitantes indígenas y devolverlas o vendarlas a empresas privadas, que explorarían el terreno con la esperanza de que existieran yacimientos fructíferos de petroleó; que representaba la promesa de grandes ganancias para empresarios y políticos; durante el despojo de las tierras se erradicó a aproximadamente un 33 porciento de la población, a manos de la dictadura de Ríos Montt.
Fue así que de las historias reales y de violación de derechos humanos, creó la historia protagonizada por 13 personajes, entre ellos, tres soldados que son enviados a un entrenamiento militas en Texas, Estados Unidos, con la finalidad de ser capaces abatir actos comunistas, las guerrillas y los pueblos originarios de la tierra del quetzal, su juramento de lealtad los doblega al servicio de la patria y las órdenes de comandante Chinchilla; son arrastrados a actos de tortura contra su propio pueblo. En el texto, Santaolalla expone las graves consecuencias de la dictadura y al tiempo que sale a flote, la violencia sexual y de género.
Los kaibiles entrenados quedan sumamente traumatizados por los actos inhumanos cometidos, su entrenamiento para erradicar un supuesto comunismo, penetró de forma hiriente en muchos corazones y recuerdos de la población indígena inocente. En el protagonismo de sus trece personajes, Santaolalla incluye las voces de las mujeres recluidas, obligadas a estar a disposición de sus verdugos; las voces de los testigos de la barbarie y la de asesinos, con una perspectiva sanguinaria, movida por aspiraciones mezquinas. La escritora realiza una hazaña casi histórica, con descripciones precisas entre cuerpos mutilados, calles que se convirtieron en ríos de sangre y rostros de inocentes que perecieron a causa de un mal, proveniente del poder.
Para recrear los hechos de esta novela, Ximena Santaolalla tardó poco más de cinco años para investigar, documentarse y escribir sobre uno de los hechos macabros que marcaron la historia de América Latina y en especial al pueblo de Guatemala; dedicó esta parte de su vida a darle voz y cara a las víctimas y a los victimarios, para deshilar sus más profundos deseos y verdades que se encontraban en extensos compendios testimoniales impresos, como revistas y libros; “A veces despierto temblando” explora en el género de la No-Ficción, el thriller; desde hechos históricos con consecuencias atroces.
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