En el marco de celebraciones del FILEM 2022 (Feria del libro del Estado de México) fue presentado “La misión de Tsikuarma”, un libro escrito por el antropólogo Felipe González que, en forma de cuento, busca hacer un homenaje a las tradiciones, los dialectos y lenguas originarias de los pueblos indígenas del centro de México y las comunidades antiguas del sur y norte del continente americano, en una aventura protagonizada por un niño que buscará incansablemente restaurar el orden y el balance del universo, en una alegoría que puede trasladarse a los panoramas actuales.
Esta historia fantástica se desarrolla dentro de lo que comprende la región Mazahua, ubicada originalmente en la periferia de lo que hoy es la Ciudad de México. El joven protagonista, Tsikuarma, crece en medio de la cultura otomí, lo que le permite interactuar con seres fantásticos, míticos, reales e imaginarios del folclore indígena.
La historia está dividida en fragmentos, que al final se convierten en una sola, en los pasajes de estos episodios históricos el autor busca mover emociones, pensamientos y reflexiones, dentro de este mundo de tlacuaches y guerreros de origen mexica, un texto lúdico dirigido a despertar el niño que se lleva dentro.
Tsikuarma recibe el toque de una centella y se vuelve parte de los hombres curadores de personas y del ambiente, esos de los que se habla en las leyendas y que rondan a la figura del chamán. Su contacto con los extraordinarios sanadores del clima le da la oportunidad al protagonista, no solo de trabajar de la mano con las figuras sanadoras, sino que conoce a Tlacuache, un osado animal que posee el fuego peculiar, hurtarlo de los aposentos de los dioses. El concepto del fuego primigenio es parte de un el mito antiguo, que relata cómo surgió la planta de maíz, la base alimenticia de aquella región.
El presente se ve enmarcado en el pasado dentro de las páginas que conforman “La misión de Tsikuarma”, el nombre del pequeño protagonista, significa hermanito en otomí. Con este libro, el autor buscó alejarse de las narrativas actuales y, desde su experiencia como antropólogo, aprovechó todos los contenidos que ha recabado con el tiempo para redactar una historia basada en la cultura mesoamericana, rescató la distribución de los elementos, raíces, relatos y deidades mitológicas en un recorrido desde el sur del continente con Los Collas y otros pueblos antiguos, que se suman a una peregrinación, para culminar en una batalla, al borde del precipicio y el colapso social, antesala provocada por el agotamiento de los recursos.
El escritor Felipe González es un académico que se aventuró a escribir sobre la historia de fantástica, de Tsikuarma, un personaje que invita, a través de su misión, a explorar las propias de los lectores, con un emotivo mensaje; el libro cuenta con las ilustraciones de Irma Bastida Herrera, ha sido bien aceptado en Perú, Chile y Argentina; de igual forma este texto cobra importancia, porque a lo largo de su desarrollo rescata el papel y la importancia de la mujer en la antigüedad de estos pueblos.
Tsikuarma y sus amigos buscan rescatar el ambiente deteriorado, ya que los cuatro postes que sostienen el universo están erosionados. Este es otro mito histórico de los que Felipe González tomó inspiración. Fabula de la antigüedad, que, de acuerdo con la cosmovisión mesoamericana, los pilares en forma de torzal sostienen toda la existencia, mantienen el flujo de energía y el balance del mundo; Este recorrido literario por el mundo de fantasía, cuenta con la aparición de Los Collas, Mazahuas, Otomíes y hasta los Siux, el pueblo nativo de Norteamérica; el cuento de Gonzáles se convierte en una alegoría entre las culturas profundas de hace 10 mil años, en paralelismo con la actualidad.
El autor comentó durante la presentación, que se encuentra motivado por el buen recibimiento de su texto, y la retroalimentación que ha recibido en sus redes sociales, por lo que no descarta la posibilidad de seguir incursionando bajo la misma línea de escritura; así mismo dijo que para redactar su texto se basó en las reflexiones de la sociedad de consumo, que antepone todo lo material, antes que los valores humanos. El texto busca hacer enfatizar en ser más bondadosos con la madre tierra, desde la formación temprana, desde la perspectiva heroica de Tsikuarma, que retoma distintos elementos de otros pueblos originarios del Cóndor y el águila, se convierte en una historia de unidad cultural, rescate de la identidad y reflexión sobre el impacto humano.
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