Mucho se ha escrito y se ha dicho acerca de Julio Cortázar, el escritor argentino que es uno de los más importantes en la historia de la literatura escrita en español. Pero nada de lo que se ha comentado en torno a su vida y obra es suficiente. El autor de Rayuela no dejará de ser fuente inagotable de historias y biografías, así como de semblanzas y estudios sobre sus libros.
En 2022 se cumplen 108 años de su natalicio y tanto su vida como su obra siguen estando vigentes. Nacido en Bélgica, desde muy joven se fue a vivir a Barcelona y luego arribó a Buenos Aires. Allí terminaría de crecer y formarse como lector y principiante escritor. Con apenas nueve años ya los había leído a Julio Verne, Víctor Hugo y Edgar Allan Poe, autores por quienes desarrollaría una gran admiración y a cuyas obras dedicaría varias horas de estudio.
A muy corta edad se refugió en la escritura y estando en Banfield, en donde pasó su juventud, se graduó de la secundaria y entró a la universidad para luego titularse como Profesor en Letras. En esos años desarrolló una gran afición por el boxeo y a raíz de ello comenzó a escribir sus primeros cuentos sobre el tema. En 1944 se mudó a la ciudad de Mendoza y empezó a dar clases de literatura francesa en la Universidad de Cuyo. Mientras en los días daba clases, en las noches escribía, sin mayor ambición que esa: escribir.
Sus primer cuento publicado se dio gracias a Jorge Luis Borges, quien dirigía entonces ‘Los Anales de Buenos Aires’. El autor de El hacedor vio en Cortázar a un escritor con potencial y le dio el primer empujón. El cuento fue Casa Tomada, y podríamos decir que con ello todo comenzó.
Cortázar es uno los autores más originales que ha visto nuestro tiempo, uno de los nombres relevantes del Boom Latinoamericano y el mejor amigo de sus amigos. García Márquez dijo en algún momento sobre él que era un tipo que se hacía querer de todos, y respaldándolo, el mexicano Juan Rulfo comentó que tenía un corazón tan grande que “Dios necesitó fabricar un cuerpo también grande para acomodar ese corazón suyo”.
Sobre esta faceta suya, la del amigo y protector, el periodista y escritor colombiano, Juan Camilo Rincón, escribió un libro en que explora a Cortázar desde muy adentro de su corazón, a través de un recorrido por los amigos que hizo en vida y quienes siempre tuvieron la mejor opinión de él.
Viaje al corazón de Cortázar. El cronopio, sus amigos y otras pachangas espasmódicas, título publicado en 2015 por la Fundación Libros & Letras, cuenta con las bellas ilustraciones de Daniela Garavito ‘La Ramona’ y cuenta, a lo largo de nueve capítulos, las anécdoras más entrañables del escritor argentino con sus amigos; rememora la relación con la poeta Alejandra Pizarnik, la admiración que tenía hacia Borges, su cercanía con Octavio Paz, el descubrimiento de Lezama Lima y sus encuentros con Gabo y Carlos Fuentes; las conversaciones con Luis Buñuel y Elena Poniatowska, y la forma en que tocó el corazón de tantos.
Las voces de los protagonistas son las que nos cuentan las anécdotas, dirigidas por la pluma de Rincón, quien como un director de orquesta organiza la aparición de cada una. Entonces, aparece Cortázar fumando un cigarrillo, sonriendo, acariciando a su gato, hablando sobre Charlie Parker, mientras quienes lo quisieron tanto le escuchan atentos, felices del encuentro.
El libro permite acudir no solo a las anécdotas del argentino sino a la historia de toda una generación, la del Boom, que en realidad eran todos un montón de escritores que vivían su vida en torno a los libros y al deseo de escribirlos, que se encontraban, y bebían, y hablaban y se reían. Amigos, en últimas. Este recorrido los ubica a ellos en primer plano, y es una experiencia de lectura más que grata. El acierto de Rincón, vale la pena resaltarlo, es indiscutible.
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