Hablar de Truman Capote es traer a la memoria seguramente dos de los títulos que lo convirtieron en una leyenda de la escritura: “Desayuno en Tiffany’s” y “A sangre fría”, relatos imprescindibles que funcionan como clave para entender la mente de uno de los máximos exponentes de la literatura estadounidense del siglo XX. Capote es considerado el padre de la novela de no ficción (Non-Fiction), por trasladar a un libro, los hechos reales que rodearon los asesinatos de la familia Clutter, escrito en el que incluyó testimonios de los asesinos, que consiguió como reportero, al visitarlos en prisión. La investigación originalmente formaba parte de un reportaje para The New Yorker.
Entre sus textos más famosos se encuentran “Plegarias atendidas”, “Crucero de verano” y “Los perros ladran” entre otros. El enigmático escritor, tomaba inspiración de relatos tangibles y los mezclaba con hechos de su imaginación, pero sin perder la línea cruda que lo caracterizó; textos en los que se convertía en testigo de las realidades ajenas. El extravagante y dramático escritor, se mantuvo muy cercano a la farándula de Hollywood, donde conoció a su entrañable amiga Marilyn Monroe, a quien incluiría en su colección de cuentos de 1980.
Una de las obras donde se percibe de forma más clara su maestría para trasladar hechos reales a relatos novelados es “Música para Camaleones”, una serie de cuentos cortos donde Capote se convertía en observador cercano, para posteriormente tomar el papel de narrador de crónicas, en un libro que también es un emblema del reconocido periodista y escritor. Es en este anecdotario donde su labor periodística juega un gran papel. Se trata de un libro dividido en tres partes: la primera incluye seis piezas breves; la segunda comprende la novela corta “Ataúdes tallados a mano” y, finalmente, siete relatos que se desarrollan desde una perspectiva más real.
El texto da comienzo con un prefacio, considerado como magistral, en el que Capote profundiza en una revisión sincera de lo que hasta el momento había publicado a lo largo de su carrera, todo esto mientras se encontraba escribiendo “Plegarias Atendidas” y lo abrumaba la ola de éxito que representó “A sangre fría”. En esta entrada confiesa a sus seguidores lo difícil que fue tomarse una pausa, ante la presión por cumplir y satisfacer las altas expectativas de los lectores y la crítica, sobre lo existente y lo que se venía en sus futuros párrafos.
El prefacio se convierte en una rendija para imaginar la crisis personal y creativa por la que atravesaba, proceso que le dio la oportunidad visibilizar lo denso que se estaban volviendo sus textos, al tiempo que confesaba lo difícil que fu escribir sobre el caso de la familia Clutter y que sus sentimientos no se vieran involucrados, ni con las víctimas y mucho menos con los victimarios y fue aquí donde reflexionó sobre el papel que quería jugar en sus siguientes publicaciones, solo como observador y testigo. Así nace “Música para Camaleones” una crónica realista sobre la cotidianeidad.
A lo largo de las páginas, los fragmentos son inundados de escenas mundanas. “Ataúdes tallados a mano”, rescata una descripción minuciosa y analítica de sobre un asesinato real. El fragmento se basa en el encuentro que Capote, tiene con un amigo encargado de investigar el homicidio; en una oscura narrativa ante la noticia que el investigador no ha dejado este caso tras cinco años de inconsistencias, por la fuerte sospecha de que otros casos dispersos en la zona, guarden conexiones directas con su perpetuador que es difícil de atrapar por su poder e influencias.
Otro de las historias incluidas que cobra relevancia por la participación del escritor. “Un día de trabajo”, es el relato en él acompañó a una mujer, que se desempeñaba como trabajadora doméstica. Capote se adentró con ella en hogares de desconocidos y la mujer lo lleva de casa en casa por los suburbios privilegiados, en su tiempo de convivencia comienzan a conversar sobre la las excentricidades y secretos de las personas que pagaban su sueldo.
El libro “Música para camaleones”, cobra fama por que en sus últimas páginas contiene un texto completamente dedicado a su amiga Marilyn Monroe; en el que el escritor estadounidense rescata momentos y conversaciones, que muestran lo profundo que llego a conocer a la actriz de Hollywood. “Una hermosa niña” es un intento del escritor para presentar otro lado sobre la bomba de sensualidad, que representaba la protagonista de “Los hombres las prefieren rubias”, en un contacto íntimo alejado de los extenuantes reflectores de foros y alfombras rojas.
Finalmente, el texto termina como un ejercicio transparente en el que el autor de “Desayuno en Tiffany’s”, se entrevista a él mismo, en una conversación que versa sobre el sexo y el suicidio. Este compendio de cuentos cortos en el que Capote aborda misterio, humor, comicidad y autobiografía, desde un campo meramente estadounidense; “Música para camaleones” es un libro de tintes transparentes y en que el autor se declara alcohólico, drogadicto, un orgulloso homosexual y sobre todo un genio.
Truman Capote nació un 30 de septiembre de 1914, inició su camino editorial a los 17 años cuando consiguió un trabajo en la selección de tiras cómicas para The New Yorker, cuatro años después publicó sus primeros relatos “Miriam” y “Shut in a final door”, este último lo hizo ganar el premio O. Henry, después de ser rechazado por Harper’s Bazaar; tiempo después en 1948, publica su primera novela “Otras voces, otros ámbitos”, casi diez años después lanza “Desayuno con diamantes” y en 1966 fue aclamado por “A sangre fría”, de ahí en adelante la fama del escritor subió como espuma y lo acompaño hasta el final de sus días, finalmente muere con 59 años de edad el 25 de agosto de 1984.
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