“La República Argentina, simple asociación tácita e implícita por hoy, tiene que empezar por crear un gobierno nacional y una constitución general que le sirva de regla”, escribe el abogado, jurista, economista, político, diplomático, escritor y músico argentino Juan Bautista Alberdi en uno de los libros más fundamentales de su obra, Bases y puntos de partida para la organización política de la República Argentina. La intención de creación del Estado argentino existe.
En la semana del aniversario de su nacimiento -nació el 29 de agosto de 1810- Bajalibros pone a disposición de los lectores de Infobae Leamos una edición digital de sus principales textos. La entrega empieza con Bases... y Peregrinación de Luz del Día en América, que se pueden descargar desde esta página o directamente en el sitio de Bajalibros.com.
Si Bases es su gran obra política, Peregrinación... es una novela en la que un Alberdi tal vez inesperado usa el humor, la parodia y la sátira para mostrar la realidad de América Latina hacia el último cuarto del siglo XIX.
Nacido en San Miguel de Tucumán —en una casa frente a la plaza principal el mismo año de la famosa “Revolución de Mayo”—, a Alberdi también podríamos definirlo como uno de los mayores intelectuales del país del siglo XIX. Pero la asociación inmediata al escuchar su nombre es certera: fue el autor intelectual de la primera Constitución Argentina, dictada en 1853, la segunda más antigua de América y la quinta en el mundo.
Su actividad política, cultural y social desarrollada en Buenos Aires, l y creación junto a Juan María Gutiérrez y Esteban Echeverría de “el Salón Literario”, son algunos de los hitos de su vida. También son parte de su legado la oposición al gobierno de Juan Manuel de Rosas, la persecución y el exilio, la ferviente condena a la guerra de la Triple Alianza, el reconocimiento de la importancia internacional de los Derechos Humanos y una vasta obra literaria, entre otros.
Sin embargo, poco se recuerda y se conoce sobre Alberdi, ese prócer argentino al que se lo define como liberal. Entonces, podemos hacernos algunas preguntas sobre su figura y su obra literaria: ¿Qué tipo de liberal era? ¿Cuál fue su aporte para la construcción del Estado nacional? ¿Cuán vigentes son sus ideas y libros para comprender el escenario actual? Y una pregunta clave: ¿Por qué es el gran olvidado de la Historia argentina?
Alberdi, el liberal
Según Juan Pablo Lichtmajer, ministro de Educación de la provincia de Tucumán y autor del libro Alberdi. La noble igualdad, el padre de la Constitución Argentina era un liberal, sí, “cuya principal lucha política fue contra el liberalismo porteño”. Y agrega que “reconoce el lugar insustituible del estado para equilibrar las asimetrías y corregir desigualdades, las vinculada a la distribución de la riqueza y que hace suyas las causas del interior, de la Argentina profunda”.
El divulgador, profesor de Historia y escritor argentino Felipe Pigna señala que “Alberdi propuso un modelo de país del mercado interno, basándose en la experiencia de los Estados Unidos”. Alberdi mostró su adhesión a las teorías liberales de Adam Smith y David Ricardo y su visión contra el monopolio en dos de sus ensayos: Sistema económico y rentístico de la Confederación Argentina y De la integridad argentina bajo todos los gobiernos.
Lichtmajer explica que “esgrime un liberalismo que combinado con el romanticismo político y el federalismo es a la vez nacional y popular en sentido estricto”. ¿Pero qué significa? “Alberdi es nacional y popular por su mirada federal, desde la cual propone una organización constitucional que garantice los derechos del interior y rompa el molde del monopolio comercial, económico, político y cultural porteño”, aclara el ministro.
Por su parte, el escritor y profesor de Historia Eduardo Sacheri, quien publicó en junio su primer libro de ensayo histórico Los días de la revolución, hace foco en la relevancia de la figura de Alberdi. “Su influencia en la construcción del Estado nacional es gigantesca”, dice apenas aterriza en Comodoro Rivadavia para participar de la Feria del Libro en esa localidad.
Cuando Argentina empezaba a pensarse como Argentina
Bases y puntos de partida para la organización política de la República Argentina es el libro que destaca entre los tantos que tiene Alberdi en su haber. Alberdi, exiliado en París, lo define como “de acción”. Y logra convertirse rápidamente en una referencia ineludible de la política argentina. En sus casi 200 páginas, enumera las cuestiones que considera fundamentales para este nuevo proyecto político en un momento clave: la derrota de Rosas en la Batalla de Caseros. Así, la sanción de la Constitución la considera como punto inicial de una nueva etapa histórica. “Alberdi fue un pensador fundamental que tuvo muchísimo en la confección de la Constitución Nacional”, señala Pigna.
“En su proyecto de Constitución”, cuenta Lichtmajer, “están contenidas las demandas históricas de ‘los pueblos’, es decir, del interior del país”. Sacheri sigue sobre este punto y dice que “aporta con un equilibrio entre las tendencias autonómicas de las provincias y la necesidad de construir un Estado fuerte y la consagración de los derechos del artículo 14, los liberales, los propios de la sociedad burguesa después de la Revolución francesa.” Y agrega que “cuando piensan en una Constitución les interesa muchísimo limitar el poder del Ejecutivo y que la división de poderes sea concreta, seria, real, que nadie pueda establecer un despotismo sobre los ciudadanos”.
Para el ministro de Educación de Tucumán Bases y puntos tiene “una absoluta vigencia” porque lo considera una invitación a retomar ciertos ejes del pensamiento Alberdiano y llevarlos a la práctica. ¿Cuáles? Lichtmajer señala que hay que atender a las deudas pendientes que con el modelo de país que imaginaba el prócer tucumano que resuenan hoy: una Argentina verdaderamente federal, con una equitativa distribución de la riqueza, que rompa el molde de la supremacía porteña.
Para el ministro de Educación de Tucumán Bases y puntos tiene “una absoluta vigencia” porque lo considera una invitación a retomar ciertos ejes del pensamiento Alberdiano y llevarlos a la práctica. ¿Cuáles? Lichtmajer señala que hay que atender a las deudas pendientes que con el modelo de país que imaginaba el prócer tucumano que resuenan hoy: una Argentina verdaderamente federal, con una equitativa distribución de la riqueza, que rompa el molde de la supremacía porteña.
Sacheri sueña con revisar la Constitución y cómo se hizo porque “en una sociedad donde hay tan fuertes tendencias a ejercer y defender poderes personalistas por encima de las reglas, en un país con tendencias tan fuertes a ese tipo de liderazgos, pensarla como un reglamento que limita el poder sería un hermoso debate que no se va a producir”.
El gran olvidado
Con más de 20 años de trayectoria como profesor de Historia del nivel secundario, Sacheri hace referencia a la incidencia de la enseñanza de Alberdi en las aulas. “En las escuelas no se enseña prácticamente nada sobre Alberdi. Lo mismo sucede con el estudio de la Constitución Nacional, que ha desaparecido de la currícula”, afirma. Y cuenta que lo que era ‘Educación Cívica’ o ‘Instrucción cívica’ hoy es una materia desaparecida de los programas escolares a principios del siglo XXI.
El autor de El funcionamiento general del mundo, Lo mucho que te amé y La noche de la usina da cuenta de una situación para prestar atención: “La revisión y materia desapareció y los alumnos argentinos de secundaria actuales no tienen idea de cómo es la Constitución Nacional y es una verdadera lástima porque lo merecería porque es algo que ni ellos ni los adultos conocen.”
Pigna, por su parte, considera que “Alberdi es poco citado por sus posturas políticas posteriores a la publicación de Bases y puntos —que se editó en Chile—, por su oposición a la guerra del Paraguay, por su crítica a la política de Sarmiento y de Mitre. Eso influyó en que lo dejaran cesante en su cargo diplomático frente a varias potencias europeas al asumir Mitre”.
Lichtmajer asume que “debería enseñarse más sobre Alberdi en todos los niveles educativos, incluido el universitario”. Y agrega otro dato llamativo: “No es casual que Alberdi no ocupe el lugar que merece, porque su pensamiento pone en cuestión muchas de las dicotomías sobre las que se edificó la Argentina, empezando por esta y barbarie”.
Pero lo que debemos descubrir de Alberdi no termina en el ámbito escolar. “Hay ‘otro’ Alberdi, nacional, popular, federal que ha sido menos estudiado, publicado, trabajado, pensado y puesto en acción”, afirma el ministro de Educación tucumano. Y propone ahondar en ese Alberdi que nos brindan otros de sus textos, no tan conocidos como El Fragmento Preliminar al Estudio del Derecho, el de las Cartas quillotanas, el de La organización política de la Confederación argentina, el de La Anarquía y sus causas principales y el de Proceso a Mitre, entre tantas otras de sus obras que tienen la misma relevancia que las más conocidas.
Los desafíos de la identidad argentina invitan a revisitar una de las figuras de la Historia argentina trascendente que no tiene suficientes debates y páginas en los libros escolares.
Esta semana, Infobae Leamos y Bajalibros acercan su pensamiento a todos.
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