El Ministerio de Educación y Ciencia de Ucrania ha retirado a los autores rusos y bielorrusos del programa de la enseñanza secundaria de cara al curso que empieza, según anunció en un comunicado. Según el temario actualizado, en la asignatura de literatura extranjera sólo se estudiará a partir de ahora a los autores de obras en lengua rusa nacidos en la actual Ucrania o que tuvieran una relación especial con este país.
“Revisar y actualizar el contenido del currículum general de la educación secundaria es una reacción ante los retos surgidos en relación con la agresión armada a gran escala de la Federación Rusa contra Ucrania,” afirmó el Ministerio en el comunicado.
Según destacó la agencia ucraniana “Unian”, ello implica que los alumnos ya no estudiarán al poeta nacional ruso Alexander Pushkin, aunque el programa sí que incluirá a Nikolái Gogol y Mijaíl Bulgákov, ambos nacidos en el territorio de la actual Ucrania aunque escribían en ruso.
Las horas lectivas destinadas hasta ahora a autores rusos se dedicarán por el contrario a escritores, poetas y dramaturgos europeos, entre ellos Jean de Lafontaine, Robert Burns o Johann Wolfgang von Goethe.
La eliminación de los autores rusos no es la única modificación del temario, cuya revisión según el Ministerio fue llevada a cabo en cooperación con representantes de los institutos de educación superior, diputados, docentes y ONG, entre otros.
Así, en referencia a la asignatura de Historia, “los temarios actualizados ofrecen una visión de la Unión Soviética como un estado de tipo imperial”, señala el comunicado, que destaca que los alumnos también se verán confrontados con una enseñanza más detallada de la historia reciente.
En relación al conflicto armado que comenzó en el Donbás en 2014, “se subrayan las acciones genocidas de los líderes políticos y del Ejército ruso contra los ucranianos, la resistencia nacional contra la agresión rusa y el apoyo internacional a Ucrania,” remarca el comunicado.
Además, en la asignatura “Defensa de Ucrania” se reforzará el componente “patriótico-militar”, con informaciones sobre la guerra actual y sobre sus “héroes”, mientras que los alumnos de “Sanidad Básica” aprenderán conceptos relacionados con la protección en tiempos de conflicto.
La determinación de la cartera que se ocupa de la educación y la investigación científica en Ucrania llega después de otras señales que ese Estado ya dio en favor del proceso que llaman “desrusificación”. En mayo de este año, unos tres meses después de que la Rusia de Putin invadiera Ucrania, la directora del Instituto del Libro de Ucrania había defendido la importancia de retirar de las bibliotecas públicas del país los libros escritos por autores rusos.
Oleksandra Koval, la funcionaria a cargo de ese área, sostuvo en ese momento: “Los libros son un arma: tanto para atacar como para defenderse”. Según su mirada, lo más urgente de erradicar de las bibliotecas ucranianas eran en ese momento los volúmenes que incluyeran “narrativas imperiales y propaganda a favor de la violencia y de políticas chovinistas prorrusas”.
En rigor, unos 100 millones de ejemplares -algo así como la mitad del acervo de las bibliotecas públicas de Ucrania- cumplían con la definición de lo que para Koval debía ser eliminado del alcance de los lectores. Entre esos ejemplares se contaban clásicos de la literatura universal, como los escritos por Pushkin -finalmente retirado de la currícula escolar-, Dostoievski o Tolstoi.
“No es cierto” que se trate de libros “en el pináculo de la literatura mundial”, sostuvo en ese momento la funcionaria dependiente del Ministerio de Cultura de Ucrania. Según su mirada, esa creencia está basada justamente en su inclusión en las currículas escolares, algo que de cara al inicio de un nuevo ciclo lectivo, Ucrania acaba de revisar. “En todo caso deben ser estudiados por expertos”, señaló Koval sobre estas obras.
En junio también hubo movimientos que entrelazaron el mundo de la literatura con el clima desencadenado tras la invasión de Rusia a Ucrania. Un autor del país atacado presentó una petición a las autoridades para que todas las calles llamadas Pushkin pasaran a llamarse Stephen King, en honor al novelista de terror estadounidense que expresó su apoyo a Ucrania apenas se produjo la invasión.
En la localidad de Vinnytsya, en el centro geográfico del país, una calle que se denominaba Alexander Blok en honor a un poeta ruso pasó a llamarse Héroes de la Policía. En Kiev, la capital nacional, el ayuntamiento aprobó que la calle llamada León Tolstoi cambiara su nombre por Héroes de Ucrania. Ese mismo ayuntamiento recibió las respuestas de 6,5 millones de ucranianos que fueron expresando su voto respecto de qué hacer con 296 topónimos -nombres de calles, de parques, de espacios públicos- relacionados a Rusia.
El cambio en la currícula de las escuelas secundarias es un paso más en dirección a la “desrusificación”. La desaparición de determinadas obras y autores de la formación educativa de los estudiantes se convierte así en un efecto colateral de un conflicto armado que lleva prácticamente medio año.
Con información de EFE.
SEGUIR LEYENDO: