“Su reacción fue tirarse hacia el pastizal que tenía enfrente, una leve pendiente donde trató de esconderse como pudo. Pegado al piso, sacó de su pantalón el teléfono, pero no sabía muy bien a quién llamar. Vio el último número marcado, era de un general de la Policía con quien había acordado verse más tarde. Si algo dicen sus amigos es que Calderón no se inmuta con nada, pero sentir la muerte tan cerca agita la vida de cualquiera. Tenía el corazón acelerado y sentía dificultad para respirar. Con el pulso tembloroso, marcó como pudo y sin dar mayor espacio a los detalles le dijo: “Me acaban de disparar”.”
Se dice que Ricardo Calderón ingresó a la revista Semana, medio de comunicación considerado uno de los faros periodísticos de Colombia en el pasado, como periodista de deportes y veinticinco años después llegó a su dirección, pero no fue algo que sucedió por inercia, Calderón se embarcó en la formación de una carrera en la que aprendió las claves de su oficio y progresivamente se convirtió en uno de los reporteros de investigación más intrépidos de su país.
Ricardo Calderón, aparte de sacar a la luz varios de los más sonados escándalos de corrupción en Colombia, también ha estado en los titulares de las noticias por las consecuencias de su revelador trabajo investigativo en el que ha llevado incluso al cierre de instituciones como el Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) que se transformaría posteriormente en la Agencia Nacional de Inteligencia con el anuncio de Juan Manuel Santos, presidente de Colombia en ese entonces “Vamos a liquidar al DAS (...) no es ni una transformación ni una reforma. Se suprime el DAS”, decisión que llevaría a que 3.000 de funcionarios de dicho organismo fuera trasladados al Cuerpo Técnico de Investigaciones - CTI de la Fiscalía, 400 a la Policía Nacional, 800 al ministerio de Relaciones Exteriores y 600 al del Interior.
Se dice también que en esta institución se privilegiaban los procesos que señalaban a violadores de derechos humanos como los militares detenidos en la Cárcel de Tolemaida y que las denuncias producto de sus investigaciones dejaron en evidencia a políticos, narcotraficantes, guerrilleros y paramilitares que hacían su voluntad con la justicia y dejaban sin problema sus delitos en la impunidad, esto y mucho más fue lo revelado por Ricardo Calderón hasta ser hostigado, amenazado y lograr sobrevivir a un intento de asesinato cubierto además por sus colegas.
“El general le preguntó si estaba bien y si tenía alguna idea de quién había sido. Calderón no lograba organizar sus pensamientos. No sabía bien si los disparos provenían de alguien del Ejército en represalia por lo que había publicado en la revista Semana unos días antes, o de alguien más, algunos de esos malquerientes que ha sabido ganarse por cuenta de un oficio que se convirtió en su razón de ser. Desde su improvisado escondite, a escasos metros de la vía de la que había rodado, lo invadió por segundos una mezcla de rabia, miedo, angustia y ansiedad. ¿Y si los tiradores todavía estaban ahí?”
En este libro, Diego Garzón Carrillo (Bogotá, 1974), exdirector de la reconocida revista masculina SoHo y de la franja de cine del Canal Capital; editor general de Plan B y redactor cultural de revista Semana cuenta de manera inédita la historia secreta y desconocida de los reportajes que hizo sobre la corrupción y el abuso del poder en Colombia en el último cuarto de siglo.
Garzón fue ganador del Premio Simón Bolívar de Periodismo en 2013, en la categoría de crónica en prensa por su trabajo “Qué pasó con Emma Reyes”, es autor de los libros Otras voces otro arte. 10 conversaciones con artistas contemporáneos colombianos (Planeta, 2005), De lo que somos, 110 obras clave del arte contemporáneo colombiano (Lunwerg, 2011) y de la guía Lo mejor de Bogotá, experiencias y lugares auténticos, Lonely Planet (Geoplaneta, 2021)
Ficha
Título: Ricardo Calderón: el reportero invisible
Autor: Diego Garzón Carrillo
Editorial: Planeta
Año: 2022
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