Murió la poeta y docente santafesina Estela Figueroa. Así lo confirmó Bajo la luna, la editorial responsable de publicar su obra, en Facebook un día antes de su cumpleaños. “Con una tristeza enorme, despedimos a la querida poeta Estela Figueroa. Abrazo fuerte a sus hijas” fue el sorpresivo e impactante mensaje. Tenía 75 años y residía en Santa Fe, la misma ciudad en la que nació en 1946. Fue escritora, poeta, docente, reconocida por recuperar en su obra lo mínimo y lo intimo con solidez y por las actividades culturales que desarrollaba con gran compromiso social.
“Obras pequeñas, escritas en la intimidad y como con vergüenza”. Esas fueron las palabras de Figueroa para definir su trabajo. Sus primeros libros fueron Máscaras sueltas —que fue editado y traducido al italiano—, El libro rojo de Tito, A capella, Un libro sobre Bioy Casares y La forastera. En 2016 publicó El hada que no invitaron, un volumen que reúne su obra poética entre 1985 y 2016. También incluye poemas y relatos inéditos. Junto a otros colegas, en 1994, dirigió y recuperó la obra del poeta santafesino Juan Manuel Inchauspe, que luego editaron por la Universidad Nacional del Litoral en 2018.
En el campo cultura también desarrolló numerosas actividades. Figueroa trabajó para cine y realizó versiones teatrales de aguafuertes de Roberto Arlt. También coordinó los textos y puesta en el aire de dos radionovelas. Pero fueron los talleres literarios los que marcaron el gran compromiso social de la poeta argentina. Por ejemplo, coordinó espacios de escritura en el Pabellón de menores de la cárcel de Las Flores y en la Universidad Nacional del Litoral. Editó la revista Sin alas y dirigió la revista La Ventana desde su aparición, en 2001. Colaboró en el diario El Litoral y sus poemas aparecieron en diversas publicaciones del país y el extranjero.
El mundo de las letras, conmovido por el fallecimiento, recordó a la poeta santafesina con sentidos mensajes en redes sociales. María Teresa Andruetto, Selva Almada, Fernanda García Lao, Graciela Cros y Gloria Peirano fueron algunos de las escritoras y poetas que homenajearon a Figueroa.
Aquí, tres poemas de su autoría para recordarla:
Los versos de Estela Figueroa
Todo amor nace
a partir de una pequeña confusión.
Nadie puede decir con certeza
si es el muro el que sostiene a su enamorada
o es la enamorada
la que sostiene el muro.
Y todo amor crece
a partir de pequeñas carencias:
La enamorada del muro no florece.
Tampoco el muro.
*
Visto desde afuera
la impresión general es de una gran belleza.
¿Pero quién puede alejarse para mirar
cuando está enamorado?
El muro no ve el hermoso conjunto.
Ve pequeños tentáculos
que se clavan en él.
La enamorada ve el muro descarnado.
“El es el hueso que me da forma.
Yo soy la carne que le da vida”.
*
Ningún jardinero
la recomendaría.
La enamorada del muro
tan pródiga con el muro
tiene un rol muy cruel en el jardín.
Está en su naturaleza apropiarse
de toda la humedad del terreno.
De modo que mientras ella se expande
y se demora tiernamente en el abrazo
las otras plantas mueren.
¿Qué puede importarle?
Una mujer enamorada es capaz
de atravesar sin ver una ciudad bombardeada.
Los ojos fijos en los labios de su amor.
No hay culpa
en la pasión.
“No permitiré que nada
ni nadie
te haga daño
amor mío”
Sentimental
Mis sentimientos rodean
la cintura del mundo
como dos largas manos
cuyos dedos se rozan.
O como un elástico
demasiado tensado
que de pronto se corta.
Mi cuerpo
Hay momentos en que mi cuerpo me parece
como una casa abandonada.
Y no sé si soy yo
o es mi fantasma
que ha entrado en él
por error.
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