¿Somos civilizados o bárbaros? La respuesta que dio Borges en su narrativa

La escritora María Rosa Lojo dio una clase magistral sobre el autor argentino en el marco del Festival Borges, que auspicia Bajalibros. “Caló muy hondo en las subjetividades femeninas”, dijo también.

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María Rosa Lojo en el Festival Borges. (Captura de pantalla)
María Rosa Lojo en el Festival Borges. (Captura de pantalla)

“Hay que apropiarse de Borges, como hacía él con todo lo que leía”, soltó, casi al final de su videoconferencia la novelista y académica María Rosa Lojo, una de las protagonistas centrales ayer de la tercera jornada del Festival Borges, online y gratuito, auspiciado por la tienda de libros electrónicos Bajalibros, y que por estos días homenajea al célebre escritor argentino.

Lojo, autora de La princesa federal y Amores insólitos de nuestra historia, disertó durante poco más de una hora sobre un aspecto clave, uno de los recortes posibles para analizar la obra del autor de El Aleph. Su exposición se tituló “La conversión del héroe (y de algunas heroínas) en los cuentos de Borges”.

Y debió aclarar varias veces ante las consultas de muchos de los asistentes virtuales -por momentos el número superó los 300- el alcance de esos términos. “Digo ‘héroe’ como el protagonista del relato, más allá de sus virtudes. Borges siempre nos está descolocando, planteando otra manera de ver las cosas, esto lo hace con sus héroes narrativos”.

Jorge Luis Borges en 1979 en París. (Ulf Andersen/Getty Images)
Jorge Luis Borges en 1979 en París. (Ulf Andersen/Getty Images)

También aclaró que usó el término “conversión” como un juego por sus resonancias: “Lo que les pasa tiene la fuerza de una conversión religiosa, se le hace la luz, a veces sucede con muchos de sus personajes, hay una cuasirreligiosidad. Eso que viven tiene en casi todos los casos algo de epifanía, de revelación, de iluminación sobre su destino, su esencia, sobre quiénes son y quién creen ser. Representan opciones humanas ante posiciones límite”.

Las mujeres

Antes de ir de lleno a las características de esa revelaciones, Lojo hizo la salvedad de que entre los héroes de Borges hay pocas mujeres. “Muchas veces me preguntan si considero que su literatura es misógina y no creo que ocurra ni veo esa intención, pero sí encuentro en sus materiales un reflejo de un orden cultural, con el que él tiene que ver. Estamos hablando de un país que se escenifica en sus textos como un país rural en guerra y con los varones en un rol predominante. Esto está instrumentado por una cultura patriarcal que a veces es matizada por las mujeres. Muchas veces, ellas son instrumentales o víctimas inmoladas como en La Intrusa”.

La especialista aclaró que las heroínas borgeanas tienden a vivir procesos antes que resoluciones repentinas: “Es el caso de Emma Zunz, personaje fascinante, que aparece y busca vengar la muerte de su padre. Empieza a armar esa escena para que culpen a quien, ella sabe, ha sido el causante de la muerte de su ser querido. Para lograrlo, tiene que someterse a un ultraje sexual y termina comprendiendo que ese ultraje lo han padecido todas las mujeres a manos de los hombres. Decide vengarse ya no por su padre sino por cuenta propia”.

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También citó el cuento El otro duelo, un relato que se ocupa de dos pintoras amigas, “dos señoras finas que tácitamente rivalizan entre sí toda la vida y reservan el juicio de quién ha sido la mejor para Dios. Con esos personajes y Emma Zunz, tan distintos, claro, Borges cala muy hondo en subjetividades femeninas. Sin dudas, hay una posibilidad de este autor de mirar desde dentro de las mujeres”.

El giro

Lojo brindó otras categorías claves del héroe borgeano. “Una que ocurre mucho -señaló-, es el que da el giro hacia el otro lado. Se trata de esos personajes que están alineados en una concepción del orden y descubren, mediante un vuelco o giro, que en realidad o han dejado de creer en esos valores u orden o pertenecen a otra cosmovisión”. Como ejemplos de este tipo, recordó, nada menos, los cuentos Historia del guerrero y la cautiva y El Sur.

“Dahlmann en El sur, como Borges, es bibliotecario y ha tenido un accidente. El se ve enfrentado en una pulpería con unos provocadores y un gaucho le ofrece una daga para que se defienda. No sabremos si lo hace alucinando o no, el cuento está abierto, acepta el desafío y considera que debe morir a cielo abierto”.

El otro clásico ejemplo de giros y conversiones que citó Lojo se da con Rosendo Juárez, el guapo de El hombre de las esquina rosada. “Resulta que vive una vergüenza pública porque se niega a aceptar el desafío que se le presenta y abandona el baile. Después nos enteramos que ha sentido asco por la violencia impuesta y se decide a emprender otra vida”.

Lo sobrenatural

Pero no todos son giros repentinos en los héroes borgeanos. Otra posibilidad se da por un elemento sobrenatural que se introduce en la narración. Lojo citó Funes, el memorioso: “Es un muchacho sin importancia que se dedica a tareas rurales y sufre un accidente que lo deja inválido y a partir de ahí empieza a recordar y memorizar todo lo que ve; incluso es capaz de hablar y de discurrir en latín. El otro caso muy claro es El Aleph, donde Borges personaje descubre el punto donde se concentra todo el universo y eso le cambia su mirada completamente”.

También hay otros personajes que hacen un proceso de autorreconocimiento. Son héroes que no estaban en otro lado, sino “que vuelven”: “Es lo que pasa en la historia de Tadeo Isidoro Cruz, que acompaña a Martin Fierro. O el caso del gaucho Pierre Damian, que dedica su vida a lo que llamaríamos hoy un trabajo anodino rogando que aunque sea al momento de su agonía pueda morir como un valiente y Dios le habría concedido el milagro”.

Civilización y barbarie

El camino de los héroes de Borges, dijo finalmente Lojo, se cruza con una problemática que es una de las fundamentales en sus libros, la civilización y barbarie. “Es una cuestión muy latinoamericana, y que Sarmiento puso en escena en el siglo XIX -señaló-. El tema de dónde estamos parados en la cultura, en qué medida somos bárbaros o civilizados. En parte, Borges se dedica a contar esto con su narrativa. Pero el autor va más allá de esa dicotomía; ambas son creaciones humanas, nos dice. No hay fronteras nítidas. Todos son civilizados o bárbaros según se vea”.

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“En Utopía de un hombre que está cansado, un cuento tardío, vemos por ejemplo, un mundo de profundo hastío y soledad donde hay personas que se dan cuenta de que han agotado la vida y deciden el suicidio por cansancio. En ese relato, se habla de un filántropo llamado Adolf Hitler que inventó la cámara de gas”,

Luego de una hora de charla, el chat del canal de YouTube “ardía” de elogios y preguntas. “Clase magistral”; “magnífica conferencia”, se leía. La moderadora de la charla, Agustina de Diego, leyó algunas de las inquietudes de los participantes quienes volvían sobre la cuestión de la figura del héroe: “En todos los casos -Lojo volvió a aclarar -, no son paladines, ni excelsos. Son los protagonistas que encabezan una historia que se está contando.”

Al final, antes de cortar, agradeció por formar parte del homenaje y cerró con una arenga: “Borges sin duda alguna nos pertenece a todos, más allá de las fronteras y nos está provocando siempre para que lo volvamos a pensar. Hagámoslo”.

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