Según Alberto Rojo, Borges fue el primer escritor que incursionó en los mundos paralelos. Antes que ningún otro escritor de ciencia ficción. Así como suena. Y no es que Alberto Rojo sea un delirante fanático de Jorge Luis Borges (bueno, fanático de Borges sí es) sino que se trata de un reconocido doctor en Física nacido en Tucumán y que fue investigador en la Universidad de Chicago y hoy es profesor en la Universidad de Oakland.
Rojo publicó más de 90 trabajos de investigación en las más prestigiosas revistas científicas y también es autor de La física en la vida cotidiana, El azar en la vida cotidiana y Borges y la física cuántica (Siglo XXI Editores). También es músico y grabó tres discos: De visita, Para mi sombra y Tangentes. Tocó junto a Mercedes Sosa, Charly García y Pedro Aznar. Esta vez no tomó la guitarra, sino que en el Festival Borges, auspiciado por BajaLibros, Rojo arribó para conversar con el público acerca de cómo adentrarse en los cálculos y maravillas que existen entre la ciencia y la literatura borgeana.
Estas son algunas de las cosas que dijo:
Borges y sus precursores
Borges es un milagro que ocurrió en el Río de la Plata y es un milagro que gravita sobre otras disciplinas, en particular la ciencia. Hace un tiempo, bastante tiempo ya, puse el nombre de Jorge Luis Borges en una herramienta de búsqueda que usan los científicos para ver en cuántos trabajos aparecen, lo cual sirve para la carrera científica. La sorpresa que me llevé entonces se debió a que, como científico, Borges aparecía 4400 veces.
En aquella época yo cursaba Física en el Instituto Balseiro y había leído a Borges, tanto como mis compañeros y amigos que lo habían leído en sus cuentos y poemas. En esa época usábamos el libro llamado Thermal physics. que explicaba aquel problema que dice cuál sería la probabilidad en una medida de tiempo de que un mono teclee azarosamente un teclado y escriba, de ese modo azaroso, el Hamlet. En el libro que explicaba el problema, una nota al pie citaba La Biblioteca de Babel, el cuento de Borges, no como cita de ficción, sino como cita de autoridad científico literaria.
Algo así había pasado con Jonathan Swift en Los viajes de Gulliver, donde propone que Marte tiene dos satélites que están ubicados, en su libro, muy cerca de los que se descubrirán recién muchos años después. Es una sintonía extraña del arte y la literatura con la ciencia del momento. Borges también podía tomar una idea leída en algún lugar y luego convertirla en una gran obra borgeana, como por ejemplo, La Biblioteca de Babel, que toma una parte de la idea de The Universal Library, de Kurd Lasswitz, que es un cuento de 1901. Es la misma idea de Borges, pero varía el número de páginas de cada libro de cada biblioteca. En la de Borges coexisten entonces la Biblia con Hamlet en algún lugar, junto a libros azarosos. El cuento de Lasswitz no fue tan conocido porque está escrito de modo matemático, Borges es más alusivo. Borges toma, entonces, una idea matemática ya existente y le da una forma borgeana.
Otros fans
El dilema de Borges es un caso muy interesante, que escribe Stephen Jay Gould y que llama así a la incomprensibilidad de una eternidad sin un comienzo. El libro de arena es un libro que no tiene comienzo ni fin, que tiene infinitas páginas.
Un caso que me interesa es el del economista Herbert Simon que visitó a la Argentina en 1967, cuando no era aún premio Nobel, y que pidió conocer a Borges y que le dijo que había contribuido a su teoría de las diversas posibilidades de decisiones. Se juntan y la entrevista es publicada en la revista Primera Plana, se realizó en su casa y le contó como esa toma de decisiones está inspiradas en los laberintos a los que Borges recurre.
Funes y el error
En mi libro el primer capítulo está escrito sobre Funes y comento que para Funes no hay tiempo, el tiempo es microscópico. No me voy a detener en eso pero quería hacer notar también que a veces Borges podía cometer pequeños errores sobre la física.
En El libro de arena se plantea como un hecho curioso que en el libro aparezca, digamos, la página 40.000 y la siguiente sea la 999. Pero en realidad, ese sería algo regular y no extraordinario ya que si para mí hay un número infinito de páginas, la numeración va de 1 a infinito y si entonces se eligen unas páginas al azar, lo más probable es que sea un número entre 1 y 1000, es muy probable que sea algo entre alrededor de 500 o 400 páginas porque comparado con infinito son números más comunes de ser azarosamente elegidos.
Por ejemplo, si Clara y Alicia tiran una moneda al aire para elegir entre cara y ceca, Alicia no sabrá qué posición tendrá la moneda hasta que Clara abra la mano y descubra esa posición. Sin embargo, se debe a nuestra ignorancia de un montón de variables: el ángulo, la masa de la moneda y tantos más que no sabemos, no tenemos acceso, son tantas causas que se entreveran. Si tuviera el conocimiento de esas variables físicas Alicia podría usar la mente humana con los ojos simultáneamente.
Un encuentro con Estela Canto
Una vez habíamos ido con mi familia de vacaciones a Mar del Plata y en el hotel Dorá, Borges daba una conferencia. Al lado suyo, en la mesa, estaba Estela Canto, quien fuera una persona muy importante en su vida. Yo en ese momento no lo sabía. Luego en una biografía de María Esther de Miguel, cuenta esa conferencia el Dorá, que Estela Canto había ido a pedirle permiso para vender los originales de El Aleph, que Borges le había regalado cuando lo escribió y que se ve que necesitaba el dinero.
María Esther de Miguel cuenta que Estela Canto tomó una botella de vino blanco y en una foto que tengo del momento, está la botella, así que creo que sea muy posible que se refiera a esa conferencia. Mi papá me animó a acercarme a preguntarle alguna inquietud a Borges, pero a mí me daba pudor. Él, que era filósofo, se acercó y le hizo unas preguntas realmente muy interesantes. Salvo que a mi papá le gustaba Ortega y Gasset y le preguntó por el filósofo español y Borges le contestó que lo había conocido y le había parecido un cero. Yo aproveché para decirle si sabía que en el mundo de la física era muy estudiado, muy leído y que era provechoso para nuestros estudios. Borges se río y dijo: “Qué ingeniosos, los físicos”.
* El festival Borges sigue hasta el viernes 12, siempre online. Las charlas son gratuitas pero se requiere inscripción previa en la página del Festival. Su programación completa del está disponible en https://www.festivalborges.com.ar/.
SEGUIR LEYENDO