El 7 de agosto de de 1994 murió la escritora Rosa Chacel, a los 96 años de edad, en el Hospital Ramón y Cajal de Madrid, a causa de una insuficiencia cardiorespiratoria. La representante de la literatura española, que vivió exiliada, tras la derrota de la República, establecida en el extranjero, publicó de esa forma la mayor parte de su obra literaria.
Chacel nació el 3 de Junio de 1898 en Valladolid, se crió en una peculiar familia con pensamientos liberales y gusto por la cultura, lo que desató en la joven un gusto y fascinación por las artes. A los 10 años se estableció en Madrid, junto a su familia, y en 1915, ingresó a la Academia de Bellas Artes, donde comenzó a interesarse por la pintura y la escultura.
Sus años de adolescencia y primera juventud no fueron fáciles, especialmente por cierto aislamiento autoimpuesto debido a la incomodidad que le significaba su falta de recursos económicos y su insatisfacción con su apariencia física, pues se consideraba bajita y con sobre peso. “No supe desenvolverme como mujer sin una peseta, cosa que tanto he visto realizar gloriosamente a mujer llenas de espíritu, de arte y de todo lo que quieras…”
En la capital española, la escritora contrajo matrimonió con el pintor Timoteo Pérez Rubio, a quién se le atribuye el rescate de los fondos del Museo del Prado durante la ocupación de la guerra civil. Tuvieron un solo hijo, criado en Roma, donde Chacel vivió entre 1922 y 1927 y se convirtió en discípula de José Ortega y Gasset, colaborando en múltiples ocasiones en la Revista de Occidente y La Gaceta.
A su regreso a Madrid, colaboró con los integrantes de la llamada Generación del 27, en reuniones y tertulias literarias que se celebraban en el interior del Ateneo de Madrid y en las residencias estudiantiles; poco después de sus primeras experiencias con el arte, en 1930 se dio a conocer como novelista con “Estación, ida y vuelta”, una obra a medio camino entre la novela y el ensayo, que, al tiempo que relata parte de su propia vida da a conocer su pensamiento sobre la situación de las mujeres en la sociedad española, con la cual estableció su propio estilo con gusto por el detalle y un cuidado especial en la descripción del espacio en el cual se desenvuelven sus personajes.
Al principio de la Guerra Civil Española, colaboró con publicaciones de izquierda y edito manifiestos y convocatorias que ocuparon gran parte de su tiempo durante el primer año de lucha, al mismo tiempo que desempeñaba como enfermera. Fue su trabajo en las letras el que la puso en el papel de opositora, hecho que repercutiría definitivamente en su vida más tarde.
En 1936 publicó un libro de sonetos bajo el título de “A la Orilla de un Pozo”, el cual, según su editora, Carmen Balcells, nació de una conversación de la escritora con Rafael Alberti. Este texto no solo significó una muestra de la habilidad de Chacel para pasar de prosa a rima y su conocimiento de la estructura clásica de la poesía, sino que marcó el comienzo de su exilio, que sin embargo, ella misma calificó de “destierro”, el cual diferencia del anterior al considerarlo un alejamiento voluntario. “El alejamiento voluntario no implica desarraigo, sino tensión: consiste en una prueba de elasticidad; consiste en tirar el muelle hasta ver adónde llega sin relajarse, sin perder la aptitud para retraerse y volver a su punto de partida”.
Ante la inminencia de una guerra civil, se vio obligada a emprender un largo viaje que incluyó lugares como Atenas, Ginebra, Río de Janeiro y, finalmente, la llevó a establecerse en Buenos Aires, ciudad en la que permanecería hasta 1974, cuando regresó definitivamente a Madrid.
Insistió a lo largo de su vida en que para ella el exilio no fue un problema. “Mi exilio fue un premio… En otros sitios no habría hecho una vida tan libre, tan cómoda... Del exilio no he sufrido nada, nada de contrariable, nada de nada […] porque yo no me fui nunca, el exilio no existió para mí”
Durante su estancia en Argentina, publicó “La Sinrazón”, la cuál fue descrita por los expertos como su mejor obra literaria, debido a su compromiso politico narrativo, algunas de su obras que no pudieron ser exitosas en esos años, comprometiron su economia familiar, hecho que no desalento a la autora, tiempor despues escribió la biográfia de su marido bajo el titulo “Timoteo Pérez Rubio” y sus Relatos de Jardín”, homenje en el que rescata su acto heroico con las obras del Museo del Prado.
Tiempo más tarde, logro obtener inspiración de la obra “Canto a Teresa” un romantico poema donde fue retratada por el escritor José de Espronceda, con el cuál obtubo “Teresa”, libro en el cuál logró impregnar sus sentimientos ante su exhilio y las miserias de la sociedad o bajo sus palabras “Endiosamiento, aventura, riesgo, crueldad, ambicióny, sobre todo, imaginación entroncada con la realidad, lejos de la literatura y el brillo social”.
En sus textos utilizo como herramienta narrativa el retrato del protagonista y lo perfiló a partir de un elemento circunstancial que definía su desarrollo, tornaba su obra en los cambios que experimento la sociedad española y europa a partir de los conflictos de guerra y la pdivisión ideológica del mundo y las ideas influenciadas por América, lo que se puede observar a lo largo de su obra “La Sinrazón”.
A pesar de sus multiples textos como “Icada, Nevda, Diada”, “Novelas antes de Tiempo”, “Los Ensayos: La Confesión” y “Los Titulos” entre otros, la fama de Rosa Chacel, llego de forma tardia hasta la vejez, trayectoria que la llevo a escribir Novela, Cuento, Poesia, Biográfia, Diarios y Ensayos.