La industria editorial en Colombia, a lo largo de su historia, ha tenido grandes representantes, tanto en lo que corresponde a la edición de libros, como lo que comprende a otros frentes, a saber, la prensa o las publicaciones académicas. Los hombres han ocupado gran parte de esta historia de la edición en el país, pero el papel de las mujeres ha sido igual o más importante.
Se ha convertido en una característica lamentablemente normalizada, dicen Margarita Valencia y Paula Andrea Marín en su libro Ellas editan (2019), en el panorama histórico referente a cualquier tema el que la participación de las mujeres siempre aparezca como un hecho excepcional o marginal que se inserta posteriormente a manera de rescates al estudio de los grandes hombres protagonistas.
“(...) si bien no es posible determinar cuántas de las aproximadamente cinco mil personas que trabajan en el sector editorial en Colombia son mujeres, la historia de la edición ha revelado el mayoritario número de ellas en el sector del libro” (Ellas editan, 2019, p.13). Han trabajdo en casi todos los eslabones de la cadena y han conseguido fomentar y fortalecer el sector editorial en el país, poniendo a funcionar ideas novedosas y desafiantes para sus respectivas épocas.
“El territorio que cubre el trabajo de estas mujeres es amplio: el sector público, el sector privado, la música y la prensa, la edición infantil, la edición digital, entre otros, y su trabajo se extiende a lo largo de la mayor parte del siglo XX y lo que va del XXI” (Ellas editan, 2019, p. 16).
Nombres como los de Silvia Castrillón Zapata, Margarita Valencia, Ana María Cano, María Osorio, Ana Roda, Pilar Gutiérrez, María Fernanda Paz Castillo, Lucía Donadio, Catalina González Restrepo y Pilar Reyes, entre muchos otros, han permitido que hoy en día la industria del libro en Colombia tenga más apertura para las mujeres que en años anteriores. Sus aportes, más que importantes, sembraron los primeros hitos de una historia de la edición en Colombia que no ha sido ajena a la visión femenina.
Actualmente, muchas son las editoras que se destacan por su trabajo, tanto dentro como fuera del país, y abordan todo tipo de contenidos. Cada vez surgen más y todas vienen cargadas de ideas innovadoras y necesarias. Solo por plantear un panorama que permita entender el rumbo de la edición en Colombia, aquí reseñamos algunos nombres.
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En el terreno de la edición de libros infantiles y juveniles, dos son las editoras que marcan la pauta, al margen de las ya reconocidas. Una de ellas recién empieza, pero promete por su rigurosidad y el gran ojo para lo gráfico que ha podido desarrollar en poco tiempo. La otra es ya un referente, ha pasado por el periodismo y comprende casi mejor que nadie el curso actual de la literatura infantil.
Noelia Fajardo
Es literata con énfasis en edición de la Universidad de Los Andes. Los libros han sido su pasión desde que tiene memoria. Fue la encargada de la sección infantil de la librería Tornamesa, en 2019, y a finales de ese año se decidió por iniciar su propio proyecto editorial, en sociedad con Laura Daza.
Su atracción y fascinación por los contenidos ilustrados y las historias silentes que narran las imágenes la llevaron a iniciar ilona Libros, una editorial para lectores entre los 0 y los 99 años. Con muy poco tiempo encima, su propuesta gráfica y la calidad de sus contenidos les han permitido abrirse paso entre las estanterías y ganar lectores a nivel nacional.
Fajardo tiene una obsesión especial por la finura de los contenidos gráficos, lo que la ha llevado a no descuidar este aspecto en su editorial. Sus trabajos la ubican como una de las editoras de literatura infantil más prometedoras del país.
Carolina Venegas Klein
Actualmente es la editora de la línea infantil y juvenil de la filial colombiana del Grupo Planeta. Llegó en 2019, luego de su paso por la revista Bakánika y tras un amplio recorrido como periodista, que le fue reconocido en 2016 con un Premio Simón Bolívar.
Bajo su cargo, la línea gráfica y de contenido de Planeta Colombia ha tomado una fuerza especial. Su agudeza e interés por los contenidos que aborda la han hecho una de las editoras con mejor ojo para la literatura infantil en nuestro país. Está obsesionada con lo distinto, y bajo esa premisa trabaja. Es, hoy por hoy, probablemente una de las referentes en la industria para las editoras más jóvenes.
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Si de gestión editorial hablamos, y de la gran habilidad para crear autores desde cero, probablemente esta sea una de las editoras que mejor sabe hacerlo en estos días, amparada por la gran acogida que el sello editorial para el que trabaja ha tenido casi desde el inicio.
Alexandra Pareja
Licenciada en Sociología por la Universidad de Antioquia. Trabajó durante más de diez años como profesora de inglés. Se ha desempeñado como correctora independiente y ha realizado traducciones de textos académicos para universidades colombianas y editoriales estadounidenses.
Desde 2016 es la cabeza detrás de la editorial Angosta Editores, que dirige junto al escritor Héctor Abad Faciolince. Su buen ojo para los contenidos literarios y de no ficción le han permitido gestar un catálogo que nada tiene que envidiarle a los grandes sellos. Es experta trabajando autores noveles, siguiendo la impronta de la editorial: “A nuestros autores les prometemos apertura, a nuestros lectores, selección”.
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En materia de ficción y poesía, estas dos editoras han sabido pasar de la edición independiente a la de masas sin mayor inconveniente. Una de ellas ha hecho y deshecho en poco tiempo, pues para el recorrido que tiene, es bastante joven. La otra se proyecta con bastante fuerza, producto de su intensidad y agudeza.
Salomé Cohen Monroy
Un prodigio de la edición en Colombia. Politóloga y literata, se inició desde muy joven como editora. Durante un buen tiempo fue la encargada de la línea de ficción de la editorial Laguna Libros, y ahí se dio a conocer por su capacidad como lectora del medio. Tras varios años en el sello, y habiéndose destacado por sus rescates editoriales, se fue a estudiar a España y a su regreso asumió como la editora de ficción de la filial colombiana del Grupo Planeta, bajo la batuta de Juan David Correa.
En una entrevista con Rocío Cely, para la revista Canéfora, mencionó que para ella “el ser editor tiene que ver con un entusiasmo y un amor por la literatura y por los libros, tiene que haber una sensibilidad por lo que uno lee, pero también por lo que quiere leer la gente. Un editor necesita un buen oído para publicar libros bellos, gracias a mi experiencia he aprendido a escuchar a las personas correctas”.
Hoy trabaja para Penguin Random House y está llamada a seguir los pasos de editoras como Ana Roda o Pilar Reyes.
Alejandra Algorta
Fue la heredera de Salomé Cohen en el Grupo Planeta, en donde trabaja actualmente. Es la fundadora de la editorial Cardumen, un sello independiente especializado en la publicación de poesía.
Además de editora, es escritora. Suyo es el libro infantil Pez quiere ir al mar (SM, 2012), con el que consiguió estar entre los finalistas del Premio Barco de Vapor de ese año; y nuncaseolvida (Babel Libros, 2019), seleccionado como uno de los mejores libros de 2020 por el Banco del Libro de Venezuela; su versión en inglés, Neverforgotten (Levine querido, 2021), fue elegida por la American Booksellers Association (ABA) para el programa “Indies Introduce” como uno de los libros recomendados por la Association of Independent Booksellers of the USA.
Su juventud le permite ser permisiva con la apertura de contenidos. Es curiosa y víctima evidente de lo distinto. Su sensibilidad para los contenidos literarios le auguran un gran futuro en la industria editorial.
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Otras editoras como Natalia Jeréz Quintero, con Penguin, Rocío Cely, con su sello Sincronía Casa Editorial, Paula Guerra, con Lazo Libros, o Katerina Sierra Fiodorova, con Luna Libros, se destacan por sus trabajos con los textos de coyuntura y literatura contemporánea, la poesía, los libros ilustrados y el ensayo. Juanita Escallón o Paula Marulanda, que se mueven en la escena independiente, han sido editoras de prensa y en grandes editoriales.
En la gestión editorial, Catalina Martínez, con Palabra Libre, y María Elvira Jaramillo, con Siglo del Hombre Editores; y en prensa, Jineth Bedoya, que en la actualidad es la subdirectora del diario El Tiempo, Érika Fontalvo, que destaca por su trabajo en El Heraldo, Johana Fuentes, la editora general adjunta de W Radio, Vicky Dávila, nos guste o no, con la revista Semana, o Ileana Bolívar, a cargo de la revista Libros & Letras, que durante un buen tiempo fuera dirigida por el fallecido Jorge Consuegra.
Podríamos escribir todo un libro con los aportes de estas mujeres. Por ahora, este acercamiento basta para reconocer su labor y su importancia en el campo.
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