A las 8:45 de mañana del 31 de julio de 1944, Antoine de Saint-Exúpery, un experimentado piloto al servicio de la fuerza aérea de la Francia Libre, el gobierno de Charles De Gaulle en el exilio, abordó un caza Lockheed P-38 Lighting en una misión de reconocimiento sobre el mediterráneo, al sudeste de Francia de la que nunca regresó.
El también escritor nació el 29 de junio de 1900 en una familia perteneciente a la aristocracia francesa del siglo XX. Su pasión por la aviación surgió cuando contaba con apenas doce años, cuando voló por primera vez en el campo de aviación de Belliévre, desde entonces viajo por medio mundo, como parte de su servicio militar y en distintos servicios postales. La experiencia adquirida, enriqueció su acervo anecdotario, lo cual le sirvió para desarrollar su carrera como escritor con títulos como “Sur”, entre otros
Tras escribir “Vuelo Nocturno”, en 1931, después de la ocupación nazi, el escritor, se exilió en los Estados Unidos de América junto a su esposa, Consuelo. Fue en Nueva York donde escribiría su más famosa obra, “El Principito”.
En 1943 decidió regresar a Europa para unirse a un grupo de pilotos libres que se oponían al nazismo. Tenía casi 44 años, demasiado “viejo” para sentarse al mando de un avión de combate, pero su terquedad, más los contactos de su familia, lograron que le permitieran a la resistencia francesa unirse como piloto de reconocimiento, con lo cual participó en varias misiones, su ultimo vuelo fue el 31 de Julio de 1944, cuando despegó de una base ubicada en la isla de Córcega, al sur de Francia, en un vuelo de reconocimiento.
La nave de fabricación estadounidense tenía combustible para una hora de vuelo; sin embargo, a los pocos minutos de despegar, el avión de Saint-Exúpery desapareció del radar. Posteriormente una mujer reportaría la caída de una aeronave de combate cerca de Tolón y a los pocos días se encontró en el mar un cuerpo con lo que quedaba del uniforme de un piloto francés. Sin embargo, el cadáver nunca se identificó y terminó en una fosa común en Carqueiranne, una pequeña población de la costa azul francesa.
Durante cinco décadas el destino del escritor fue un misterio para el mundo, hasta que en 1988, cerca de las isla de Riou, frente a la costa de Marsella, el capitán de un pesquero encontró en sus redes, entre pescados y basura marina, un brazalete que aún conservaba grabado el nombre de Saint- Exúpery. El misterio parecía aclararse; sin embargo, la familia del piloto y escritor no creyó la versión e incluso amenazaron con demandar al pescador por intento de estafa.
Tampoco confiaron en un principio en la veracidad de los hallazgos del buzo Luc Vanrell, quien en el año 2000 descendió 60 metros hasta ubicar lo que parecían ser los restos de una aeronave. Tuvo que esperar 19 meses para conseguir los permisos necesarios para volver a bajar, y confirmar que parte del tren de aterrizaje y de la carlinga halladas pertenecían al Lightning P38 que piloteaba Saint Exupéry.
A Finales de 2004 el gobierno francés interviene y confirma el hecho, investigadores del Departamento de Arqueología Subacuática confirmaron que los restos eran de la nave de Saint-Exúpery. Se encontraron otras partes del avión. Ninguna presentaba orificios producidos por balas, por lo que se concluyó que Antoine de Saint-Exúpery se estrelló contra el mar, accidente despedazó la aeronave en varias partes.
Actualmente, los restos del avión se encuentran en un espacio dedicado al escritor dentro del Museo del Aire y el Espacio, a las afueras de París.