“El amor real puede ser regalar una milanesa con limón”, dice el humorista gráfico argentino Tute mientras toma mate en su casa de San Telmo y agrega: “se construye algo más real que pensando que todas las mujeres quieren flores y bombones”. Con un tono reflexivo, el artista polifacético se propone recorrer los senderos del amor, el tema central de su libro más reciente Mabel y Rubén (Sudamericana).
Y pronto recibe una llamada en su teléfono que interrumpe la conversación con Infobae Leamos y, en un giro poético espontáneo, del otro lado de la línea le consultan por el corte para milanesas. “Que sea tierno”, decide, mientras asoman dos de los personajes más emblemáticos que creó Caloi, su padre: El hincha de Camerún sobre una pila de cajas y un Clemente en la biblioteca.
Más lejos hay un cubo lleno de pinceles y dos Mafaldas, el entrañable personaje de Quino: una ilustración a mano y una muñeca sobre el escritorio. También cuenta que está leyendo una de las últimas antologías de cuentos de Roberto Fontanarrosa, publicadas hace unos días. Un escenario ideal para hablar sobre su nuevo libro y el sentimiento más aclamado del mundo. Y la historia del humor gráfico en Argentina se hace presente, esa de la que Tute supo aprender y construir un propio estilo.
Mabel y Rubén indaga en el amor, sus altibajos, cómo influye la tecnología en la construcción de las relaciones, la individualidad, los vínculos después de la pandemia y esas ganas de acercarnos pero no tanto, la convivencia, la comunicación en la pareja, el poliamor, los desencuentros y, como en toda la obra de Tute, sobre el psicoanálisis y la muerte. Una sonrisa pronto se dibuja en la cara porque es imposible no sentirse identificado con estos personajes, que condensan un imaginario colectivo.
Con más de 250 páginas, el libro reúne ilustraciones que el artista publica en medios, en sus redes e inéditas, en una edición delicada y, que desde la tapa, invita a encontrarse, con la presencia de una rueda, generando una especie de “Elige tu propio Mabel y Rubén”. Un guiño humorístico antes de adentrarse en los distintos escenarios y climas que nos propone el humorista gráfico para recorrer los misteriosos y complejos caminos del amor.
“El humor gráfico actual tiene más de de libertad que el de antes en todos los sentidos”, dice Tute al analizar el escenario artístico actual y continúa: “Es un humor que puede permitirse la ausencia de un remate, ser más poético o más filosófico, permitirse sin sonrojarse la ternura.” En Mabel y Rubén no importan la edad, el color de pelo, los gustos y los colores, a todos nos salpican las pinceladas del sentimiento más universal.
—¿Por qué el amor es un vehículo para el humor?
—Porque es uno de los motores de la vida y uno de los temas centrales de la existencia, como la muerte y el paso del tiempo. A través del tema del amor, puedo investigar las conductas humanas, que es lo que más me interesa. Por qué actuamos como actuamos y qué se que se esconde detrás de las palabras, los sentidos. El amor pone de manifiesto contundentemente el problema de la comunicación. Todo es humorístico y al mismo tiempo todo lo es en el amor.
—¿Qué condensan los nombres del título del libro, Mabel y Rubén?
—Es interesante lo que pasó con ellos. A diferencia de de cómo se hace habitualmente que buscas los personajes, acá se dio el camino inverso, es decir, los personajes me encontraron a mí. El otro dato curioso, que es la primera vez en la historia universal de la historieta que sucede que son dos personajes, pero no existen, es decir, no hay una Mabel y un Rubén. Todos somos Mabel y Rubén. Son conceptos y funcionan como la parte por el todo.
—¿Mabel y Rubén funciona como un registro histórico de los vínculos de la época?
— El libro funciona como un espejo social y creo que va acompañando con mucha naturalidad los cambios de la coyuntura. En mis dibujos, por ejemplo, empezaron a desaparecer los exteriores, los personajes empezaron a invadir interiores de casas, aparecieron barbijos, la cuestión del mucho tiempo en convivencia. Si uno agarra un humorista gráfico popular de la década del 50 o de los 70 y un poco podemos ver cómo era la realidad en aquellos años.
—¿Qué vemos de la actualidad a través del humor gráfico?
—Hay muchas aristas. Una es la política y económica, que está compleja. Después hay algo también de de un efecto postpandemia. Por un lado, hay una necesidad imperiosa de volver a las calles, de encontrarse, de ocupar los espacios públicos y, por otro, cierto recelo a la hora del contacto. Hay como una contradicción interesante ahí. También está la revolución tecnológica en la que vivimos. el paisaje es bien distinto al de hace 20 años: todos con un teléfono en la mano, mirando hacia abajo. Hay algo del orden del individualismo que se presenta con mucha fuerza a través de los dispositivos celulares.
—¿Cómo influye la tecnología en el proceso creativo y a la hora de ilustrar?
—Yo dibujaba siempre pensando en el papel. El formato Instagram influyó porque mi rectángulo, que es una tira apaisada, se terminó concentrando hacia el medio para lograr un cuadrado que se balancee a la hora de ver bien en el teléfono. Lo que publicaba en el diario me quedaba desbalanceado en en las redes sociales y me molestaba, entonces empecé a hacer como un reacomodamiento de los elementos de modo tal que todo funcionara.
—En las viñetas, las distintas Mabeles parecen más fuertes, más determinadas, con las cosas más claras, ¿fue intencional?
—No, pero supongo que responde a una idea personal respecto de la mujer en general. Todas las mujeres son distintas pero hay algo de responsabilidad en la vida de la mujer que la obliga a cierta madurez y fortaleza que el hombre no tiene en términos generales.
—Mabel dice en una de las viñetas que el amor romántico, la idea de la felicidad y el éxito son los grandes flagelos de la época, ¿qué opinás?
—El amor romántico se instaló con una fuerza tremenda desde hace siglos y generó una idea de raigambre machista, que estropeó la posibilidad real de que sucediera un amor más maduro y más equitativo. El amor romántico es una versión tonta, ñoña e inmadura del verdadero amor. Además, es muy irreal y el enamoramiento es un momento idiota, enloquecedor. El amor verdadero es una construcción, complejo, con luces y sombras, bancarse eso del otro.
—En el libro también hay viñetas con niños, ¿por qué?
—Siempre te dan la posibilidad de decir de manera descarnada, directa y sin rebuscamientos lo que sea. Tienen esa posibilidad de salirse de los surcos de los adultos. Conecto con una parte muy lúdica, es una conexión con el niño que está dentro nuestro y que tiene algo de verdad y de pensamiento lateral.
—Se cumplieron 10 años del fallecimiento de tu padre, Caloi, ¿cómo lo recordás? ¿Qué es lo que más extrañás?
—La charla extendida. Los dos disfrutábamos mucho de de compartir un vino, de charlar de cualquier cosa: del oficio, de la poesía, de los artistas que consumíamos —que coincidíamos mucho—. Puedo sublimar un montón de cosas a través del dibujo, y de esa manera, buscar el material en la herida personal y en la existencial.
—¿Alguna vez sentiste el peso de “ser el hijo de”?
—Sí, en algún momento, sobre todo cuando estaba con mucha influencia y estaba muy identificado con mi viejo. Fue un gran estímulo pero también un peso cuando tenía que encontrar mi propio estilo. Fue tema de diván la desidentificación de un padre artístico y padre sanguíneo, más siendo quien es dentro del humor gráfico.
—¿El humor gráfico es un género denostado?
—Sí. El humor gráfico es un arte popular y entonces siempre lo popular es denotado por las Bellas Artes. Estuve a punto de tener un lugar en la Academia de Bellas Artes pero rechazaron mi sitial. Nosotros tenemos a favor el beneplácito del pueblo, es decir, la atención popular.
—¿Cuánto tiene Tute de Rubén?
—Muchas veces me siento más identificado con Mabel que con Rubén.
—¿Tuviste muchas Mabeles?
—Si Mabeles son amores, no.
Quién es Tute
♦ Juan Matías Loiseau nació en Buenos Aires en 1974.
♦ Es el creador de Batu, el personaje de la tira gráfica que ya tiene siete libros y saltó a la pantalla en micros televisivos (Pakapaka), y de Trifonia & Baldomero.
♦ Fue distinguido con el Premio Konex 2012 y elegido como uno de los 100 argentinos más innovadores por BGH, entre otros reconocimientos. Varios de sus libros obtuvieron el premio BD al mejor libro de historieta en la Argentina.
♦ Condujo el ciclo televisivo Tutelandia en UN3TV.
♦ Lleva 18 libros publicados, entre los que se encuentran su primera novela gráfica, Dios, el hombre, el amor y dos o tres cosas más; Diario de un hijo, una autobiografía dibujada; Superyó; Humor al diván y El amor es un perro verde.
♦ Desde 1999 publica en el diario La Nación una página en su revista dominical y el cuadro Tutelandia en la contratapa del diario. Sus dibujos también se publican en medios del exterior (México, Colombia, Perú, Nicaragua, Ecuador, Honduras, Costa Rica, Panamá y Estados Unidos).
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