“Las plataformas de televisión están normalizando el problema y volviendo a los narco-héroes”: Antonio Ungar presenta en Infobae ‘Eva y las fieras’

Este multifacético escritor colombiano brinda otra perspectiva de la historia del conflicto armado colombiano a través del relato del amor, las drogas, la fiesta y la maternidad en la década de los noventa

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Antonio Ungar, escritor colombiano (Bogotá,
Antonio Ungar, escritor colombiano (Bogotá, 1974) presenta Eva y las fieras. Editorial: Anagrama. Foto: María Teresa Slanzi

“Tal vez esa era su muerte: tendida en un charco de sangre en el fondo de una canoa a la deriva, en lo más profundo de las selvas del Orinoco. Sintió entonces una placidez muy dulce y recordó, antes de perder la conciencia, el viaje ligero de su primera dosis de heroína. Se rió en voz alta. Su primera dosis de heroína. Se rió más fuerte cuando oyó su propia risa. Y se dejó ir.”

Portada de "Eva y las
Portada de "Eva y las fieras", novela de Antonio Ungar, escritor colombiano (Bogotá, 1974) Editorial: Anagrama (2021)

Antonio Ungar se ha movido fluidamente entre la novela, los cuentos y la crónica, ve de lejos el recuerdo de las revistas que pagaban “lo que cuesta hacer una crónica”, ha pasado por la literatura infantil y juvenil, y también por la participación en numerosas antologías en Colombia y en el exterior, un camino que lo ha llevado a embarcarse en textos largos que terminan convertidos en una novela, como “Eva y las fieras”, un retrato del fin de una larga fiesta dura noventera y la búsqueda de un propósito en medio de la selva en tiempos de guerra.

El autor proviene de una familia de amplia tradición literaria y cultural en Colombia, sin embargo, aunque su incursión en la escritura fue temprana, su camino por la arquitectura marcaría una serie de detallados aprendizajes sobre la apreciación de la historia. Compara la lectura de un libro con la de un plano y así establece diversas relaciones entre la visión del territorio, las historias y sus recuerdos del tiempo que vivió en Puerto Inírida, un municipio selvático en Guainía, un departamento colombiano que ha sentido el rigor del conflicto armado, mientras trabajaba en una investigación y presenciaba el desenlace de diversas historias de vida, como la de aquellos de los que no se habla mucho, de los que huyeron de la ciudad para encontrar una nueva vida en la selva.

Eva y las fieras es una novela escrita en un español sencillo y contundente que genera atmósferas y emociones precisas, basada en hechos reales ocurridos en Puerto Inírida, según nos indica la portadilla del libro, entre el 17 y el 21 de noviembre de 1999, pleno cierre de década, de siglo, en medio de una ola de violencia causada por la guerra avivada por el Estado colombiano entre guerrillas, paramilitares y militares para mostrarnos la dinámica social en la que los pesares y horrores se repiten continuamente en un loop infinito resistente al paso del tiempo.

Antonio Ungar, escritor colombiano (Bogotá,
Antonio Ungar, escritor colombiano (Bogotá, 1974) Foto: María Teresa Slanzi

Antonio Ungar, oriundo de Bogotá y nacido en 1974 ha sido reconocido con diversos galardones como Premio Herralde de novela con su obra Tres ataúdes blancos (2010), obra que también resultó finalista del Premio Rómulo Gallegos 2011, una de las más recientes (entre una inmensa lista) publicaciones, incursionó también en la literatura infantil y juvenil con Corazón de león (2016); dentro de sus colecciones de cuentos figura Trece circos y otros cuentos comunes (1994-2001) publicada en 2010, donde también destacan sus novelas Zanahorias voladoras (2004), Las orejas del lobo (Ediciones B, 2006), su novela Mírame (2018) y su más reciente lanzamiento Eva y las fieras, publicada en 2021 por Anagrama, su casa editorial.

Cuénteme de dónde salió “Eva y las fieras”

— Yo viví en Puerto Inírida y la acción del libro sucede en Puerto Inírida, vivía allá desde el 98 al 99 y era arquitecto, trabajé en una investigación de vivienda indígena en esa región como un año y era la época de guerra entre las Farc, los paramilitares y el Ejército metido con los “paras”, entonces, vi situaciones parecidas a las que se cuentan el libro y vi personajes parecidos. En la selva en Colombia en estos municipios de selva, siempre hay gente que ha oído de la ciudad por cualquier motivo y que trata de encontrar una vida nueva en la selva, entonces había varios personajes como como la Eva que se cuenta en este libro.

— Los personajes que vio en aquel tiempo son parecidos a los del libro. ¿Cómo fue el proceso de construcción del personaje de Eva tanto en su fase de selva, como en la fase de mujer de ciudad?

— Crecí un poco como varios, soy de una familia de clase media alta, esas sutilezas en Colombia son muy tristes, de si es media, media, mediana, no sé qué. Crecí en una clase media privilegiada, fui a un colegio privado y vivía en una familia, digamos, de intelectuales en el Bosque Izquierdo, que es un barrio de intelectuales en Bogotá, y entre los amigos míos de esa época de infancia y adolescencia muchos eran como Eva, muchos se la pasaban de fiesta permanente y muchos se quedaron ahí.

Hay gente que conozco de esa época que nunca realmente hizo nada y se quedaron como enfiestados para siempre y ese es el temor de Eva, no salir de ahí y quedarse para siempre ahí, no poder darle a su hija una vida distinta y por eso huye de la ciudad a la selva, así conocí mucha gente parecida, gente que se iba y creía que la selva le iba a dar como un nuevo comienzo. Colombia está lleno de madres solteras por distintos motivos, entonces hay muchos ejemplos para intentar construirlo de la mejor forma siendo un hombre, pues tratando de entender cómo es eso.

— En el libro narra la vida del personaje de Eva, así como toda la historia previa a su fase en la selva y toca además mucho la temática del uso de drogas en una historia enmarcada en los años noventas…

— Sí, finales de los noventas que también era otra época en las drogas, se metían todas y muchas, era una época en la que la fiesta implicaba drogas, hay una salida que se cuenta de Eva que es como dos generaciones, la mía y la siguiente de más chiquitos, que era como la fiesta nuestra; mía, no, porque a mí nunca me interesaron las drogas, pero la fiesta de la gente con la que yo salía era mucha cocaína, marihuana, pepas y la fiesta de la generación siguiente era como fiesta techno era éxtasis y otras cosas, y Eva está tan metida con la experimentación que mete heroína también, yo nunca conocí esa experiencia en primera persona.

— ¿Cómo cree que las nuevas generaciones están viendo el relato de la violencia atravesado por una nueva humanización de quienes viven la guerra en el país, no solamente que están en medio de la zona del conflicto, sino también de todas esas historias humanas y emocionales en la mitad?

— Creo que hay dos peligros grandes. Cuando se vive en un país tan violento como Colombia o como México, también puede ser, por un lado, que está toda la industria creativa, por ejemplo, las plataformas de televisión que están normalizando el problema y volviendo a los “narco - héroes” o volviéndolo películas de acción muy superficiales y divertidas, digamos, y otro es la prensa misma, la prensa diaria que muestra cifras todo el tiempo, sabemos cuántos desplazados hay en Colombia, cuántos muertos, cuántas masacres, pero si eso no se cuenta en primera persona con historias reales, que yo creo que la gente como que no va a despertar un poco esa violencia endémica que tenemos y en ese sentido, por ejemplo, creo en el trabajo de Molano, Alfredo Molano fue tan importante, así como el de Castro Caycedo al mostrar esa violencia colombiana a partir de historias en primera persona y de historias contadas muy de cerca.

Alfredo Molano, periodista, sociólogo, historiador
Alfredo Molano, periodista, sociólogo, historiador y escritor colombiano (Bogotá, 1944 - 2019) Archivo particular

Entonces eso es lo que intenté hacer con el libro, en algunos de los borradores previos, la historia se me estaba yendo por el lado de la prensa diaria, de contar las escenas violentas del final, casi desde el punto de vista en tercera persona, desde un periodista neutral y pues era un error, me di cuenta que tenía que estar siempre pegado a la mirada de Eva para poder con ella y de los que la están esperando en el pueblo para poder contar la situación.

— ¿Cómo ha sido el manejo entre la arquitectura y la escritura? ¿Qué lugar tienen la escritura y la creación en su vida?

— Yo empecé a escribir muy peladito, como los 14 o 15 años y por ahí en mitad de carrera ya publiqué un libro de cuentos y después seguí publicando, tuve mucha suerte porque en Colombia publicar cuentos no es nada fácil y la arquitectura me ha servido para mucho, por un lado la arquitectura enseña una historia, creo que es la mejor manera de entender la historia es a través de la historia de los edificios y de las ciudades.

Por otro lado la arquitectura creo que me ha enseñado, y en este libro creo que funciona bien, a construir historias como a partir de una estructura que no es lineal, no se cuenta digamos, el lenguaje es de izquierda a derecha y de arriba abajo y no se puede uno salir de ahí, es una línea de acción en la que uno debe tener al lector, en cambio, un plano se lee en cualquier orden, cuando hay un plano arquitectónico es la mirada la que se va para cualquier lado y creo que eso ayuda a construir estructuras un poquito más complejas, como esta de la novela que se va contando, digamos, en un primer plano de Eva muriéndose y otros dos planos de contar la historia del pueblo y de contar la historia la vida de Eva en otra escala, creo que la arquitectura sirvió mucho para eso.

— ¿Cuál es ese género en el que se siente más cómodo para contar las historias que quiere contar?

— He vivido distintas épocas, durante muchos años escribí cuento muy cómodamente y los textos más largos me costaban mucho trabajo, pero desde hace unos diez o doce años para acá todas las historias me salen largas, trato de no forzar los los géneros, sino lo que me salga más fácil y crónica hace mucho no escribo, más por culpa de los medios (ríe), porque ya no se paga casi, cuando escribí existías SoHo que pagaba crónicas relativamente bien y Gatopardo que pagaba y un par de revistas españolas también. Con Internet se acabó todo, es muy difícil que paguen lo que vale hacer la crónica entonces, pues dejé de hacerla por ese motivo, tengo tres hijos, entonces no puedo hacerlo por el gusto de hacerlo.

— Este relato, aborda la guerra, el amor y la violencia. ¿Cree que un libro como “Eva y las fieras” aporta de alguna manera a la narración del conflicto armado en Colombia? ¿O cree que es una historia más sobre personajes que viven una realidad enmarcada por el amor y las dificultades de la vida? ¿Cómo lo podría describir?

— Creo que es ambas cosas, creo que cuento como las dificultades de la edad de Eva, que es los primeros veintes, digamos, pues es una época muy difícil en la vida, pero también tiene tener una intención, cuando vivía en oportunidad y historias parecidas a estas quería contarlas y no me salían bien, no pensé mucho tiempo escribirlas como crónica o como libro de crónicas y nunca funcionaban del todo y ese proyecto quedó dormido hasta que empezó a fracasar el Proceso de paz con las Farc, cuando empezaron a no cumplirles y el proceso se empezó a irse por cualquier lado y la violencia volvió, etcétera, pensé que es relevante acordarnos de cómo era esa época tan terrible, de que no podemos digamos volver a esos tiempos de guerra abierta entre “paras” y Farc porque era terrible, entonces por ahí fue uno de los impulsos para escribirlas, para que nos acordemos.

En el final del libro hay un mini epílogo en el que se mencionan datos de la guerra y cómo fue financiada por grupos legales e ilegales, acordarnos de cómo fue esa guerra y que no se nos olvide.

— ¿Cree que con este nuevo gobierno y el reinicio de esa puesta en marcha del todo el proceso de paz puede cambiar la narración de estas historias en el marco del conflicto?

— Yo creo que sí, ojalá, creo que hay un problema grande y es que mientras la droga, la cocaína sea ilegal es muy difícil que Colombia pueda como bajarle la intensidad del conflicto. Entonces creo que en este gobierno hay muy buenas intenciones, por ejemplo de proteger a los líderes sociales, pero es muy difícil porque son muchos grupos armados de distintos tipos y tienen muchos intereses.

04/09/2020 Colombia.- Capturado 'Álvaro Boyaco',
04/09/2020 Colombia.- Capturado 'Álvaro Boyaco', un líder de las disidencias de las FARC acusado de la muerte de líderes sociales. El director de la Unidad de Investigación y Acusación de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), Giovanni Álvarez, ha asegurado este miércoles que el narcotráfico "no puede ser un patrón para explicar" los casi 250 asesinatos de antiguos guerrilleros de las disueltas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) desde la firma de los acuerdos de paz en 2016. POLITICA SUDAMÉRICA COLOMBIA LATINOAMÉRICA INTERNACIONAL LOUIS WITTER / LE PICTORIUM / ZUMA PRESS / CONTACT

Por ejemplo, mirando las cifras en otro proyecto en el que estoy me sorprendí con el hecho de que matan más líderes por defender el medio ambiente que líderes sociales, digamos líderes que organizan grupos de pensamiento o de artes. Entonces cuando son las multinacionales de palma o de carbón o de petróleo las que están matando es muy difícil proteger a esos líderes y eso sumado a los carteles mexicanos y a los carteles colombianos, pues que siempre va a haber nuevos, si no importa que maten los líderes o los encarcelen siempre va a haber más y en toda la geografía colombiana tampoco se puede controlar la producción de coca.

Entonces yo creo que el problema pasa por la legalización y pasa por justicia social, también cuando no hay cuando no crecen regiones del campo que no hay nada más que la guerra, pues se mete a la guerra, no hay opciones.

— ¿Pensó en un público objetivo para escribir “Eva y las fieras”?

— No, creo que está escrita en un lenguaje en español muy básico intencionalmente muy un poquito neutro, incluso me se burlaron algunos amigos porque es legible en cualquier país en español, digamos, no es un español muy colombiano y creo que la historia aunque la estructura es un poco rara, esa estructura ayuda que se relea como un thriller, entonces es como emocionante saber qué va pasando y hay sorpresas todo el tiempo. Entonces creo que cualquiera lo puede leer.

Tiene descripciones de violencia muy fuertes, entonces me imagino que para públicos de niños dejen de jóvenes muy jóvenes, pues es un poco fuerte.

— En “Mírame” (2018) aborda la xenofobia siendo colombiano y también estando en el extranjero en este momento y también conociendo esa Colombia que está al fondo donde los noticieros no van a registrar lo que pasa, ¿cuál es su percepción acerca de cómo somos vistos afuera?

— En Colombia yo manejé un proyecto durante algunos años y después siempre seguí colaborando con Relata, que es un proyecto del Ministerio de Cultura con talleres de escritura creativa, casi todos esos talleres son en zonas muy apartadas y en zonas de guerra. Se ha dado cuenta que dentro de Colombia había el mismo problema del que hablas, es decir, en las ciudades no sabían qué pasaba en esos municipios, no tenían ni idea, no sabemos cómo funcionan las dinámicas y se cree un poco que se subvalora los actores de facto digamos, se cree que con políticas públicas ya se soluciona todo y realmente, pues los grupos ilegales son los que controlan estas regiones.

A mí vivir fuera del país me ha servido mucho para tener como objetividad para poder ver el país con distancia y con claridad, cuando estudié allá metido es difícil escribir sobre Colombia porque la calle es muy intensa, hay muchas ganas de estar en acción, de tener acción política, de estar en sí, en la vida. En cambio la distancia da mucha serenidad y pues vivo en una ciudad que es Berlín que es una ciudad en la que todo funciona perfecto, a veces demasiado perfecto, puede ser aburridísimo y eso hace que que toda la cabeza esté en el silencio necesario para ponerse a escribir sobre sobre Colombia.

—¿Qué está leyendo en este momento?

— No estoy leyendo nada (ríe), ahorita estoy metido en empezar otra historia, cuando empiezo a escribir un borrador prefiero no leer nada porque empiezo como a copiar el ritmo o el estilo del que estoy leyendo, entonces en este momento no, no estoy leyendo nada

— ¿Normalmente qué le gusta leer?

— Leo muchos norteamericanos y leo muchos latinoamericanos. Es como de lo que sé, de lo que me he dedicado a leer más.

— ¿A quién de los norteamericanos?

— Bueno, he estudiado mucho y me gusta mucho Truman Capote. No conozco gente muy joven, pero Música para camaleones que son unos cuentos, me parece genial, me parece que es una maravilla.

Música para camaleones, Truman Capote
Música para camaleones, Truman Capote (1980) Editorial Anagrama

— ¿Y de los latinoamericanos?

— Sigo siendo fan de Bolaño, a mi Roberto Bolaño me parece una maravilla de escritor, lo leí a medida que iban saliendo los libros y lo he releído ahora y me parece que sigue funcionando muy bien; porque tenía ese miedo como es una literatura muy nueva en su momento. Pensé que iba a quedar un poco obsoleta y no me parece que haya sucedido. Creo que Bolaño cambió las reglas claramente.

— Un libro de Bolaño…

Los detectives salvajes sigue siendo mi preferido, es una forma completamente nueva de contar, no importa que no haya historia, por ejemplo son una cantidad de historias entrelazadas chiquiticas y en ese sentido logra como imitar la vida de una forma muy nueva y muy directa, no hay no hay la historia, no hay una construcción de historia, es lo opuesto a Eva y las fieras, digamos, es como un libro en el que la lectura misma es lo que va halando en la narrativa, es la búsqueda de una poeta etcétera, hay como una excusa de acción, pero al final no importa si los personajes la encuentran o no, si la historia se desarrolla o no, porque al final es pura literatura es como el placer de leer.

Los detectives salvajes, Roberto Bolaño
Los detectives salvajes, Roberto Bolaño (1998), Anagrama

Ficha

Título: Eva y las fieras

Autor: Antonio Ungar

Temática: novela, conflicto armado, amor

Editorial: Anagrama

Año: 2021

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