Jacinto Benavente, dramaturgo, director, guionista y productor de cine español, abandonó sus estudios de abogado para viajar por el mundo y dedicarse a la literatura.
Hijo de Venancia Martínez y Mariano Benavente, un reconocido médico pediatra, aficionado al teatro y la literatura, Jacinto parecía estar destinado a convertirse en abogado. El escritor narra en “Recuerdos y olvidos”, las memorias de su primeros años de vida, que fue en la biblioteca familiar donde descubrió los libros e historias dramáticas que utilizaba en sus juegos infantiles y que posteriormente marcarían su profesión.
El interés de su padre era que estudiara una carrera universitaria, así que primero intentó con la ingeniería, con poco éxito, así que terminó decidiéndose por la abogacía, e ingresó a la Universidad de Madrid en 1882. Sin embargo, la muerte del doctor Mariano, en 1885, no solo lo liberó de la obligación de pasar por la academia, sino que lo dotó con una generosa herencia, que le permitió hacer lo que realmente quería, recorrer el mundo.
Viajó por España, Francia y Rusia, se dedicó a la bohemia y, durante un tiempo, se desempeñó como empresario de circo. Algunos de los biógrafos de Benavente, como Fernando Lázaro Carreter y Ángel Lázaro, mencionan que terminó ejerciendo tan particular profesión porque se enamoró de una trapecista inglesa conocida como la “Bella Geraldine”, pero él siempre lo negó.
Su verdadera vocación era la lectura y la escritura y algunos sostienen que su experiencia en el circo determinó el camino de la literatura, especialmente su inclinación por el teatro.
“Teatro fantástico” fue su primera obra, publicada en 1892; le siguió un libro de poemas titulado “Versos”, posteriormente salió a la luz su libro de cuentos “Vilanos” y uno de crítica, “Cartas de mujeres”.
Fue el empresario teatral Emilio Mario quien le ofreció estrenar, en 1894, su primera puesta en escena, titulada El nido ajeno. Un poco exitoso debut, reconocido por el propio autor que comentó: “Mal acogida por el público y mucho peor por la crítica”, lo cual no lo desanimó. En 1896 estrenó Gente conocida, en 1987 El marido de la Téllez y en 1988 “La comida de las fierzas”, esta sí con un gran recibimiento tanto de la crítica como de la audiencia. En total escribió más de 170 obras y es considerado uno de los principales renovadores del teatro español.
Paralelamente, colaboraba en en periódicos y revistas literarias como La Época, Revista Contemporánea, Madrid Cómico, Germinal, Vida Nueva y Revista Nueva. En enero de 1899 salió a la luz el primer número de su revista La Vida Literaria, que dirigió durante un año y, junto con Valle-Inclán y Gregorio Martínez Sierra, entre otros, creó, en 1899, un poco duradero proyecto de compañía teatral conocida como el Teatro Artístico, que duró poco y tuvo poca trascendencia.
Algunos mencionaban que el escritor era homosexual, pero nunca hizo declaración alguna sobre sus preferencias sexuales, aunque sus novelas sí fueron censuradas durante un periodo tras la Guerra Civil, además de haber sido cofundador de la Asociación de Amigos de la Unión Soviética.
Después de ganar fama decidió viajar por el mundo, visitando Tierra Santa y Egipto, pero cuando regresó a España todos sus bienes habían sido confiscados por el ayuntamiento madrileño, el cual se dice que fue debido a un incumplimiento del pago de impuestos. Con este problema Jacinto decidió devolver los premios que recibió del ayuntamiento.
Algo que no se tenía contemplado sobre el autor es el apoyo que dio hacia las guerras como el apoyo que dio a la tropa alemana el cual causo un gran impacto en toda la comunidad nacional.
En 1922 Jacinto Benavente ganó el Premio Nobel de Literatura mencionó que realiza un trabajo magnifico en la literatura.
SEGUIR LEYENDO: