Tres lecciones de “La Scaloneta” para mejorar las relaciones familiares y laborales

El Seleccionado argentino atraviesa un gran momento deportivo pero también humano. Hay mucho que aprender de eso.

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"La Scaloneta" celebra la Copa América en el Maracaná, en 2021.
REUTERS/Amanda Perobelli
"La Scaloneta" celebra la Copa América en el Maracaná, en 2021. REUTERS/Amanda Perobelli

El Seleccionado argentino de fútbol, dirigido por Lionel Scaloni y conocido bajo el mote de “La Scaloneta”, ha venido acuñando 33 victorias consecutivas, mostrando un gran nivel futbolístico que alimenta los sueños de Argentina de cara al Mundial de Qatar que se disputará a fin de año. Dicha marca es la mejor histórica de ese Seleccionado. En estos últimos años, Argentina se consagró campeón de la ultima Copa América, ganándole a su archirrival y campeón mundial, el Seleccionado de Brasil comandado por Neymar. “La Scaloneta” despierta la pasión y admiración del mundo entero debido a ser un conjunto compacto, sólido y lleno de estrellas que juegan en equipo, con potencia, garra y de forma vistosa.

Hay otro factor que despierta la alegría, relajación y admiración del mundo entero y es el clima emocional que impera en este Seleccionado argentino, que parece haber alcanzado una perfecta armonía entre su convivencia dentro y fuera de la cancha. El ambiente que hay en la Selección argentina pareciera ser perfecto, y la relación de sus jugadores es ideal, estando el equipo más unido y cohesionado que nunca de cara a su mayor desafío que es el Mundial de Qatar 2022. Prueba de ello son los numerosos posteos que muestran los festejos y celebraciones de cumpleaños que los jugadores comparten entre sí, donde se muestran relajados, divertidos y compañeros entre ellos.

Hay tres lecciones que podemos aprender de este gran momento anímico y emocional que está pasando la Selección argentina de fútbol para nuestra vida personal y profesional.

Lección 1: el clima emocional optimiza el rendimiento

Este supuesto lo sabemos quienes trabajamos en consultoría empresarial. Una de las habilidades más importantes de un líder para impulsar a su equipo es generar un clima emocional adecuado que permita que sus integrantes se sientan a gusto, puedan brindar sus talentos en favor de una meta común, y relajarse, mostrándose tal como son. Esto mismo es aplicable para nuestra familia o relación de pareja.

Colocar como prioridad el invertir tiempo en construir un buen clima familiar, amoroso o profesional es esencial. Tan solo reflexiona si estás dentro de un grupo, equipo o familia en donde te sientes querido, aceptado y apreciado… ¿Qué no harías por ese grupo de personas al cual perteneces? ¿Cómo no dar tu máximo potencial en relación a tus habilidades y cualidades cuando te sientes estimulado y querido? Uno de los grandes errores en el trabajo en equipo en una empresa así como también en una relación de pareja es pretender experimentar un estado de felicidad, logros y muy buen rendimiento cuando no estamos comprometidos en crear un buen clima emocional. Sin el clima adecuado, es difícil florecer.

Las preguntas para esta primera lección son ¿cuáles son las actitudes y conductas que te ayudarían a promover un buen clima emocional en tu trabajo, familia y relación de pareja? ¿bajo qué condiciones familiares, amorosas y profesionales te sentirías estimulado, alegre y relajado para dar lo mejor de ti mismo?

Lección 2: la celebración es necesaria para sentirnos a gusto y vivos

En un mundo tan exitista como el nuestro, sobre todo en el ambiente futbolístico donde solamente quien gana un Mundial es denominado campeón mientras el resto son percibidos como perdedores, resulta indispensable conectarnos con nuestra capacidad de celebrar y festejar a diario, sin esperar a obtener grandes logros. Todo puede ser motivo para celebrar y por ende conectarnos con la alegría y placer de estar vivos. A fin de cuentas, cuando nos vamos acercando a la muerte (desde que nacemos, todos iniciamos este proceso de acercarnos a la muerte con cada día que trascurre), una de las memorias que siempre recordaremos son aquellas en las que nos hemos conectado con el placer y la alegría.

Cuando vemos a esta Selección argentina y a sus jugadores que sonríen de manera natural y distendida, podemos percibir la importancia de conectarnos con la celebración. Está comprobado que en una empresa cuando sus líderes manifiestan capacidad de celebrar cumpleaños y eventos personales de los empleados, esto mejora la unión, pertenencia y desempeño de sus equipos. En mi libro Inteligencia emocional en la empresa, lo detallo a través del capitulo referido a las 7 habilidades necesarias para un líder óptimo. Esto mismo podemos aplicarlo a nuestra vida familiar y amorosa. Festejar los logros de nuestros seres queridos, así sean pequeños y sencillos, trae un sentimiento de alegría, autoestima y cercanía emocional que potencia nuestras ganas de vivir y crecer.

Para poner en práctica esta enseñanza conviene preguntarse: ¿Qué eventos y pequeños logros en tu vida puedes comenzar a festejar solo o acompañado? ¿Qué cosas simples y sencillas estás dejando pasar sin darle el reconocimiento apropiado? ¿Cómo puedes conectarte con la alergia de estar vivo sin esperar que algo trascendente suceda en tu vida?

"Messi sigue siendo el líder de la Selección pero los jugadores ya no juegan sólo para él, y eso ha contribuido a sacarle un enorme peso de encima", dice el autor de esta nota. EFE/ Juan Ignacio Roncoroni
"Messi sigue siendo el líder de la Selección pero los jugadores ya no juegan sólo para él, y eso ha contribuido a sacarle un enorme peso de encima", dice el autor de esta nota. EFE/ Juan Ignacio Roncoroni

Lección 3: dejar de esperar que el mesías (Messi) venga a salvarnos de nuestras frustraciones

Durante muchos años el armado de la Selección argentina recayó en Messi, considerado uno de los mejores jugadores de fútbol de todos los tiempos. Como argentinos con una mentalidad exitista e infantil, siempre hemos pretendido que Messi fuera nuestro mesías y obtuviera uno o varios Mundiales. Esta pretensión inadecuada e inmadura tiene su precedente histórico en Maradona y sus logros futbolísticos, que han estado muy reñidos con su lamentable historia personal plagada de violencia, adicciones y conflictos familiares.

Los argentinos nos hemos mal acostumbrado a desear que un hombre de carne y hueso sea el salvador de nuestras frustraciones y falta de crecimiento como país. Por supuesto que bajo esta óptica el resultado siempre será negativo ya que nadie puede salvarnos si no lo hacemos nosotros mismos.

Afortunadamente, bajo el liderazgo del técnico Lionel Scaloni, Messi sigue siendo el líder de la Selección pero los jugadores ya no juegan sólo para él, y eso ha contribuido a sacarle un enorme peso de encima a la estrella, a quien se lo ve relajado, sonriente y distendido dentro y fuera de la cancha. Y esto es una bella lección que podemos llevar para todos los ámbitos de nuestra vida. En vez de esperar que algo o alguien venga a salvarnos de nuestra miseria, frustraciones y falta de logros, asumamos la responsabilidad y pidamos ayuda.

Por ejemplo, muchas personas que se sienten solas y angustiadas por no estar en pareja pretenden encontrar aquel amor que las salve de sus frustraciones y vida escasa. Y si apareciese esa persona con las cualidades ideales, pueden llegar a experimentar momentáneamente una dosis de adrenalina y energía para luego darse cuenta de que eso era una droga momentánea. En mi libro Inteligencia emocional en el amor explico que hemos sido criados y programados desde la mirada judeo-cristiana occidental para sentirnos incompletos, como mitades andantes, y creer que solamente cuando encontremos aquel amor soñado estaremos completos y por ende “seremos felices y comeremos perdices” (como en los cuentos de hadas).

Esta creencia cultural, que está profundamente arraigada en nuestra psiquis colectiva, nos lleva a pensar que solamente si tenemos el trabajo anhelado, el viaje soñado, el número ambicionado de likes en redes sociales, experimentaremos plenitud y felicidad. Algo que es mentira. Por ello, un primer paso maduro para vivir esta tercera lección es dejar de esperar la carroza de Cenicienta y asumir adultamente la responsabilidad en nuestra vida.

Pablo Nachtigall es autor de "Inteligencia emocional en el amor".
Pablo Nachtigall es autor de "Inteligencia emocional en el amor".

La Selección argentina no debe salvarnos de nuestro dolor y amargura por la falta de logros como país. Comencemos por nuestra vida sin esperar un mesías que nos salve. Procuremos jugar en equipo con personas que puedan ayudarnos, sean eficientes, humildes y potentes en sus propias vidas. Hagamos equipo con personas saludables y equilibradas para poder avanzar y ganar nuestras propias copas.

Conviene preguntarse: ¿Cuáles son los pasos que darías para dejar de esperar que algo o alguien venga a salvarte en tu vida? ¿Cuáles son las actitudes que comenzarías a manifestar en tu vida para comenzar a obtener tus propios logros?

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Hasta aquí hemos recorrido estas tres lecciones que “La Scaloneta” nos está regalando en estos meses. Particularmente me encantaría que Argentina gane el Mundial pero si no sucede, igualmente estoy profundamente agradecido a esta Selección por la alegría, humor y clima emocional ameno que nos está brindando sin aires de divismo ni egos desmesurados. Toda una metáfora necesaria para una Argentina tan maltrecha y maltratada en estos últimos años. El fútbol no es solo un entretenimiento destinado a distraernos. Puede constituir una lección para replicar en nuestra vida y ayudarnos a desarrollarnos en el amor, trabajo y crecimiento personal.

∗ Pablo Nachtigall es argentino. Es psicólogo clínico de adultos y parejas. Escribe sobre inteligencia emocional en su cuenta de Instagram.

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