José Vasconcelos fue un escritor, político, pedagogo y filósofo mexicano de gran importancia para América Latina. Sus ideales no solo llevaron a revolucionar los principios de la educación en México, sino que planteó la unión de las naciones latinoamericanas a través de la cultura.
Defensor de una reforma educativa en el México posterior a la revolución, Vasconcelos plasmó esos ideales en uno de sus libros titulado “La raza cósmica”, que se convirtió en un parteaguas en la búsqueda de la unificación de los pueblos latinoamericanos a partir de su herencia cultural. La principal idea de este ensayo, publicado en Madrid en 1925, es que “las distintas razas del mundo tienden a mezclarse cada vez más, hasta formar un nuevo tipo humano”.
Este 30 de junio, fecha de su fallecimiento, el oaxaqueño es recordado no solo por sus ideas en relación con la educación, sino porque este mexicano buscó en Latinoamérica el apoyo de grandes personajes, como la escritora chilena Gabriela Mistral, para la difusión de sus teorías sobre la unión de las razas y la riqueza de la cultura en América Latina.
Con Mistral, en particular, tuvo una relación muy cercana; fueron las ideas de esta pedagoga y ganadora del Nobel de Literatura las que convencieron a Vasconcelos, en ese entonces secretario de Educación, de invitarla a colaborar, en 1922, en la creación de la Reforma Educativa en México.
Trabajar con Mistral hizo que Vasconcelos eligiera a la galardonada chilena, por el trabajo que realizó en su país, pues al llegar a México puso en marcha las “escuelas al aire libre” donde iban a lugares apartados de la ciudad para darles clase.
Mientras tanto, la filosofía que tiene este mexicano lo llevó muy de cerca a pensadores como Arthur Schopenhauer, Miguel de Unamuno, Henri Bergson, Pitágoras, Nietzsche, así como influenciado en diferentes corrientes como el cristianismo, mística, entre otros.
Pero Vasconcelos trata de tener una filosofía que se acople a la realidad mexicana de la cual los términos como “Raza cósmica”, “Indiología” y “Todología” surgen de este proyecto.
Esto hizo que Vasconcelos no solo fuera un escritor que se preocupara por el trabajo de la educación pública, sino que también logró llevar más allá el pensamiento de Latinoamérica para que se concentraran en los intereses reales del continente y crear un nuevo tipo de personas, el cual los llama “quinta raza”.
En su libro La Raza cósmica menciona que “solamente la parte ibérica del continente dispone de los factores espirituales, raza y el territorio que son necesarios para la gran empresa de iniciar la era universal de la Humanidad”.
Gustavo Meza Medina expuso en el XXVII Congreso de la Asociación Latinoamericana de Sociología que la raza “sintetizaba una forma propia de ser en la América Latina impregnada de sensibilidad, capacidad de goce estético, emoción, intuición, pensamiento deductivo y una historia común rica en tradiciones y costumbres identitarias en contraposición al ser y pensar de los sajones pragmáticos, utilitaristas, individualistas y sin historia”.
Obra de Vasconcelos
La obra que dejó el oaxaqueño se le considera de gran importancia para la vida y cultura mexicana y esto se puede observar en sus libros autobiográficos que publicó como: Ulises Criollo (1935), La tormenta (1936), El desastre (1938), El proconsulado (1939) y La Flama. Los de Arriba en la Revolución. Historia y Tragedia (1959). La Raza Cósmica (1925).
En cuanto a los libros que hacen referencia a su pensamiento filosófico se puede leer: Pitágoras, una teoría del ritmo (1916), El monismo estético (1918), Tratado de metafísica (1929), Ética (1932) y Estética (1935).
De igual forma Vasconcelos se aventuró en crear ficción y algunos de sus libros son: Divagaciones literarias (1919), Prometeo vencedor (1916), La sonata mágica (1933), Cartas políticas (1959), publicadas de manera póstuma por el Fondo de Cultura Económica (FCE).
SEGUIR LEYENDO: