“(...) para ese hombre muy especial en su vida o para la anfitriona cansada cuyos soufflés ya no están solos...”
Lou Rand (seudónimo de Louis Randall), fue el encargado de marcar un punto sin igual dentro de la literatura queer de la segunda mitad del siglo XX, con un texto que sería mucho más que un recetario, esta producción se configuraría como el testimonio de un tiempo marcado por luchas clandestinas que salían a la luz para enfrentar al mundo. Avanzaba la década de los 60 en Estados Unidos, un país que se perfilaba como el centro de poderosos movimientos sociales, políticos y culturales, y que propiciaba el despertar de nuevas revoluciones en todo el mundo.
The gay cookbook, un libro sin duda provocador compuesto por 280 páginas en su edición original, fue publicado en 1965 fue escrito por Lou Rand Hogan, un hombre nacido en 1910 que, al no conseguir el éxito como corista en el Teatro San Francisco, logró convertirse en cocinero de cruceros, pero no fue como marinero que cocinaba, era chef de una línea de lujo de la línea de Cruceros Matson, en donde, según cuenta la historia contaba con un equipo de mayordomos de 500 miembros que tenía, segùn el autor 486 hombres activamente gays, dispusieron un ambiente propicio para que Hogan se desarrollara como un cocinero con renombre después de desarrollar sus habilidades en la cocina combinadas con una especial sensibilidad en el campamento, algo que se evidencia en The Gay Cookbook.
Esta producción literaria, vanguardista de muchas maneras para su tiempo. incluía recetas presentadas en clave de humor y muy “campy”, un tipo de sensibilidad estética del arte popular cuyo atractivo radicaba en la exageración y la ironía y que animaba a los gays a llamar a sus carniceros locales “Butch” en medio de una sociedad estadounidense que aún veía a los homosexuales como personas con depravaciones, proscritos, con licenciosa, obscena, desviada de la moral establecida en aquellos días y por consiguiente , a todas luces peligrosa que pasó de las sombras a manifestarse en otros estratos de la sociedad con la presencia abierta y explícita de homosexuales -principalmente hombres- en las artes y en los medios de comunicación convirtiéndose en el centro de atención.
¿Qué clase de cocina ofrecía este libro? Lou Rand se dio a la tarea de compartir una muestra de de lo que aprendió en aquel crucero, lo que sería considerado como esencial en cualquier evento social, abarcando platos de todo tipo como canapés de cangrejo, hor d’ouvres, ostras o pollo a la king, platos clásicos americanos y franceses, exóticos y cocina internacional como paella, comida asiática, hawaiana y mexicana, platos básicos como acompañamientos tipo guacamole y también algunas preparaciones de largo aliento y muy elaboradas.
Uno de los grandes atractivos de erste texto es su poder de ratificar especialmente la cotidianidad de la vida homosexual, destacando no solo el carácter doméstico de la labor de la cocina, sin o también incorporando claramente su objetivo de presentar una realidad que incomodaría a sus contemporáneos y manifestando con orgullo y dignidad lo que en ese entonces se podía considerar “afeminado” o “amanerado” por medio de la reivindicación del hogar y la vida social como un espacio para vivir con libertad dejando atrás los tiempos de oscuridad a los que estaban acostumbrados.
¿Quién hubiera imaginado que un libro nacido en las cocinas de un crucero podría revolucionar la literatura inclusiva? Definitivamente nadie, sin embargo The gay cookbook lo logró en días en los que el activismo alrededor de las temáticas relacionadas con homosexualidad ganaban participación en los medios de comunicación por medio de su incorporación al entretenimiento, al espíritu festivo en los contenidos mediáticos y a las estéticas modernas de la cultura popular, estereotipadas, sí, pero representando los inicios de una transformación cultural que a nuestros días continuan gracias a la valentía de los pioneros.
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