¿Qué es Dani Umpi? A veces, incluso una palabra tan inmensa y abarcativa como “artista” puede quedar un poco chica. Músico, escritor, performer, artista visual… Aunque podríamos seguir enumerando, tampoco una escueta lista de rótulos sirve del todo para dar cuenta de una obra que, desde comienzos de siglo, no solo ayudó a definir la escena alternativa del pop rioplatense en su acepción más queer, sino que además construyó un espacio para que otras voces -distintas, maricas, “mostras”- pudieran aspirar al sueño más preciado de los 2000: convertirse en una estrella pop.
Durante las últimas dos décadas, Umpi ha hecho de todo: editó casi una decena de discos y otra de libros, compuso una comedia musical, dirigió una obra de teatro, creó collages inmensos e interactivos, participó de incontables performances, escribió para él y para otros. Colaborativo y curioso, el artista uruguayo es una especie de Willy Wonka latinoamericano que, en vez de laboriosos y leales oompa-loompas, como sucede en el libro Charlie y la fábrica de chocolate, está acompañado por un séquito de sucesores y semejantes que, en la línea humorística de su obra, bien podríamos llamar amorosamente sus “umpi-lumpis”.
Hoy en día, Dani Umpi se autopercibe duende. “Contrario a la musa, que es una inspiración que está en el aire y te susurra, el duende está en la tierra, salta, te atraviesa y propone un acertijo, un juego, una trampa”, escribe en el prólogo de su nuevo libro, Canciones, que recopila las letras de todos sus temas hasta la fecha, incluso de su disco inédito Guazatumba.
Editado por Iván Rosado, Canciones compila alfabéticamente todas sus letras para apartarlas de su contexto cronológico y resaltar, más que las distintas etapas de su producción, su heterogeneidad exuberante y desbordes barrocos. Con un oído afinadísimo, entrenado para poner en valor las minucias del lenguaje oral rioplatense, interpreta la realidad desde su propio prisma, uno en el que el tedio de lo cotidiano sucumbe ante el brillante, aunque intermitente, chisporroteo del arte. En palabras de Dani Umpi: “En plena chatura verás un relieve”.
Cuatro preguntas a Dani Umpi
- ¿Las letras de música son poesía?
- Es un conflicto que cambia con el tiempo. Es algo cíclico o rizomático, no sé bien de qué depende, desde qué ángulo mirarlo. En algunos momentos son lo mismo, en otros, no. En ese debate el que observó algo muy certero fue Antonio Cícero (gran referente para mí) en el libro A poesía e a crítica. Dice algo así como que la letra de una canción puede ser cualquier cosa, es “heterotélica”, sin un fin en sí misma, porque acompaña una melodía. Yo me imagino una red que se adapta. Depende de cómo se la cante, el fraseo, unir o separar palabras. Cada tanto vuelve el chiste de leer canciones como poesías. Es algo que logra un efecto risueño. Por ejemplo, leer canciones de música pop con seriedad. Hay algo medio clasista y elitista en eso pero no me interesa ir por ahí. Es algo que ocurre y punto. Tiene que ver con la declamación, la poesía dicha, leída. Como cuando uno leía los librillos de los CDs. A veces, cuando cantás, no te das cuenta de lo que decís, gana la estructura. Otras veces, es más potente lo que se dice que la forma. Mucha gente se enoja con Arjona por lo que dice, no por cómo lo dice. Hay que ver en qué estante ponen el libro en las librerías. Generalmente los libros de letras de canciones los ponen en música. Son observaciones. No tengo opinión formada.
- De no haber sido Bob Dylan, ¿quién debería haber ganado el Nobel de Literatura por sus canciones y por qué?
- Hay muchísimos buenos. En Latinoamérica: Roberto Jacoby, Antonio Cícero, Rosario Bléfari, Edson Velandia, Fernando Cabrera, Sofía Oportot, Liliana Felipe, Itamar Assumpção, Péricles Cavalcanti, Samantha Navarro... muchísimos. En inglés la que más me llamó la atención de chico fue Tori Amos. Eran letras que no podía entender y que hacían referencia a mil cosas fascinantes. Me perdí en los links, en las posibilidades. Nunca me metí tanto en una letra como en cualquiera de sus canciones. Muchos piques los aprendí o afané de ella. Ese registro cotidiano, casi que de Literatura del Yo pero atravesada por el signo, muy consciente de los arquetipos. No es exclusivo de ella, también está en David Bowie o en Fangoria, pero lo hacía de una manera muy escénica, melodramática y mostra. Me quedó.
- En este nuevo libro se compilan todas tus letras hasta la fecha, incluso de un disco que todavía no salió: ¿pensás que cambia la forma de interpretarlas sin haber escuchado antes su versión musical?
- Es de lo que más me intriga, me interesa y me divierte. Yo mismo he grabado hasta tres versiones de una misma canción (“Cleopatra entrando en Roma”). Lo de las letras del próximo disco es algo casi casual, una cuestión de tiempos, porque el disco está avanzado pero le faltan un par de etapas, va a estar más a fin de año. Genera un misterio parecido al que tendrá quien agarre este libro sin conocer ninguna de mis canciones. Voy a ver cómo potencio eso.
- ¿Estás trabajando en algo nuevo en cualquiera de los medios artísticos en los que te desempeñás?
- Este año sale el disco nuevo. Lo produce Joaquín Taba y lo masterizan Joaquín Crededio, los chicos de la banda Hembro y el estudio Viet Music House, con quien hicimos Umpi / Coghlan y podría hacer mil discos más. En paralelo continúo haciendo obra plástica y retomé un proyecto de ficción, un libro medio loco que abandoné hace como diez años y que estoy encarando con nuevos bríos. Dije: “¡Qué bueno que estaba esto! ¿Cómo no lo continué?”. Así que tengo que aprovechar el impulso y el optimismo, que no siempre coinciden. Es muy loco retomar un libro a medio hacer después de tanto tiempo. Yo mismo decía en los talleres de escritura que daba “los textos tienen que reposar” pero, la verdad, nunca dejé reposar tanto tiempo algo. Es un trabajo que se disfruta más en invierno, así que estoy prácticamente para eso.
Quién es Dani Umpi:
♦ Nació en Tacuarembó, Uruguay, en 1974.
♦ Publicó las novelas Aún soltera, Miss Tacuarembó, Sólo te quiero como amigo y Un poquito tarada, además de los libros de cuentos Niño rico con problemas y ¿A quién quiero engañar?, entre otros.
♦ Editó los discos Perfecto, Dramática, Mormazo, Lechiguanas, Hijo único, Umpi / Coghlan.
♦ Realiza regularmente recitales, exposiciones y performances en Uruguay, Argentina, Brasil, Chile y México.
SEGUIR LEYENDO: