“Todo el mundo tiene buenas historias, pero no todo el mundo es bueno contándolas”: Ricardo Durán presenta su libro “Sobrelruido”

Infobae habló con el periodista, que lanzó, autopublicado, su primer libro de entrevistas a grandes personajes de la música en Colombia, como Carlos Vives, Juanes, Andrés Cepeda y Santiago Cruz

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‘SOBRELRUIDO, Conversaciones más allá de
‘SOBRELRUIDO, Conversaciones más allá de nuestra música’, Ricardo Durán (2022)

El impacto de la música colombiana en el exterior es indiscutible, las estrellas como Carlos Vives y Juanes brillan en los primeros lugares, en las entregas de premios y dan cuenta, junto con una amplia gama de artistas, del movimiento que el talento hecho en Colombia han conformado para sacudir la industria de la música latinoamericana y mundial.

Ricardo Durán recuerda sus días de publicista en una aerolínea mientras soñaba con escribir sobre música, recuerda la manera en cómo se ha transformado su manera de apreciar las canciones, sus conversaciones más memorables y presenta un compendio de entrevistas con artistas de la talla de Juanes, Carlos Vives, Santiago Cruz, Edson Velandia, Elkin Ramírez de Kraken, Dilson Díaz de La Pestilencia, Tostao de ChocQuibTown, Noel Petro “El Burro Mocho”, Andrés Cepeda, ‘Gambeta’ de la agrupación Alcolirykoz, Elkin Robinsón, uno de los más importantes representantes latinoamericanos de la música de la isla de Providencia caracterizado por fusionar las herencias africanas, europeas, españolas y norteamericanas en su música entre otros que figuran en ‘SOBRELRUIDO, Conversaciones más allá de nuestra música’, el libro de un amante de la música que eligió el camino del periodismo para escuchar, contar historias y aportar a la construcción de la memoria de la música colombiana.

Portada de ‘SOBRELRUIDO, Conversaciones más
Portada de ‘SOBRELRUIDO, Conversaciones más allá de nuestra música’, Ricardo Durán (2022)

¿Cómo fue la experiencia de consolidar este libro?

— Ha sido mucho trabajo, realmente la cosa empezó hace 10 años, si te fijas la primera entrevista se hizo como en mayo o junio de 2012 con Edson Velandia, las entrevistas en el libro están puestas en orden cronológico. Pero en esa época no trabajaba en esto, en esa época solo hacía publicidad y era profesor universitario, por eso empecé a trabajar con la idea de un libro como hobby pero tampoco conocía gente, como no trabajaba en esto no conocía casi a nadie, entonces fue empezando poquito a poquito. En la introducción explico un poco eso. Cuando empecé la revista dejé todo, aunque ya tenía como 12 entrevistas hechas.

En el segundo semestre de 2019 decidí retomar el libro, siete años después de haber empezado, entonces empecé a mirar cosas que había hecho en el proceso de la revista que me podían servir y empecé a hacer nuevas entrevistas. La primera de ese de ese de esa segunda oleada fue con Iván Benavides con él retomé y entonces ahí como en enero ya de 2020 veía que iban como que intentaba entrevistar a artistas femeninas y no se lograba hacer era muy difícil hacer entrevistas con ellas fuera de la proporción, fuera del momento en el que lance “tal cosa”, entonces hago entrevistas. Era súper complicado y empecé a averiguar y me encontré con María Isabel Ramírez ella escribió el prólogo, ella me empezó a explicar detalles de la de la realidad de las mujeres en la industria musical y por qué era tan difícil a pesar de que yo ya era Editor de Rolling Stone en Español, me encontré con todas esas dificultades y presiones que tienen las mujeres y concluí que el camino era hacer un libro solo con hombres, tener esa reflexión en la introducción y por eso invité a María Isabel para que esto quedara en el prólogo.

Es así como nos fuimos con el libro solo con hombres y empezamos a trabajar en uno solo con mujeres, de ahí he hecho tres entrevistas y con la pandemia también fue un poco más fácil agarrar a la gente, pero tampoco quería que el libro quedara atravesado por el encierro y la pandemia, en el aislamiento era más fácil agarrar, por ejemplo, entonces fue darle darle darle buscando que el libro tuviera un espectro muy amplio que hubiera como gente tan masiva tan popular y tan reconocida como Carlos Vives, Andrés Cepeda pero que hubiera también cosas muy de undergrounds de la independencia como Dilson Díaz de La Pestilencia, como Alex Oquendo de Masacre, como Elkin Robinson de Providencia en donde puedo rescate también la entrevista que le había hecho a Elkin Ramírez que yo creo que fue una de las últimas que hizo, fue todo ese proceso también llegó un punto en el que como que tienes que parar, porque si no, no acabas nunca y siempre te puedes quedar diciendo. ¡Ah, pero este debería estar! ¡Ah, pero aquel! y no acaba porque además cuando paras empiezas a corregir y a editar y eso tampoco acaba nunca, el libro tiene 368 páginas con letra chiquita, entonces es un montón de material para corregir, para revisar, para editar. En el proceso de buscar editoriales no me fue bien, no logré una respuesta positiva, no quise quedarme ahí parado, decidí seguir por mi cuenta publicarlo con mis recursos y ya. Así empieza todo un proceso que es muy parecido al de un artista independiente, que tiene sus discos en cajas, los lleva y los trae, cobra.

Creo que es muy parecido en ese sentido porque también las grandes editoriales son muy parecidas a las grandes disqueras, lo más bonito es como todo, ir aprendiendo todas esas cosas paso a paso. Ese ha sido el proceso desde que los libros me llegaron hace un par de semanas tal vez y ahí empecé como en esa tarea de Independiente de distribuir ese despacho del envío, de buscar las plataformas de distribución y eso es un poco la historia.

¿Bajo qué criterio hiz la selección de los personajes? Hay tantas entrevistas que tú has hecho y tantos personajes que hay ¿por qué estos precisamente?

— Son hombres colombianos, ese era el punto de partida, creo que fue creo que la premisa era que tuvieran historias que me parecieran interesantes, más allá de si me gusta o no me gusta su música.

Hay artistas ahí de los que tengo prácticamente todos sus discos, hay artistas ahí de los que no tengo ningún disco, porque de pronto no es la música que me conecta a mí, pero como personajes sí me parecían interesantes. Creo que no sé, por ejemplo, Gambeta de Alcolirykoz, uno no necesita ser amante del rap para valorar la historia de él, lo que él cuenta, su relación con su barrio, con todo espíritus su postura política, a uno perfectamente bueno no gustarle su música pero el personaje está por encima de todo, entonces el libro se llama “Sobre el ruido” porque estamos hablando sobre música, pero también estamos hablando acerca de música en un sentido, pero también estamos hablando más allá de eso. La música no es lo más importante, no es lo único, mejor dicho, porque además la música no es una cosa que surge así de la de la nada, entonces uno puede de pronto que no le gusten las canciones de Santiago Cruz, pero me parece que Santiago es un personaje que se que hay que valorar mucho por la honestidad, por ejemplo con la que maneja su historia de vida.

No es frecuente que un personaje salga a contar lo que Santiago ha contado, la clave es la historia o Elkin Robinson, por ejemplo, hablando de Providencia, una cosa que me encantó en esa entrevista, es que señala lo difícil que resulta que uno no pueda decir de dónde es en una sola palabra porque él no puede decir “soy colombiano” porque lo van a cuestionar por el inglés y el “usted habla raro, yo conozco muchos colombianos y no son como ustedes”, entonces les toca explicar que es una isla que además quitamos de los mapas cada rato, es de una isla donde además se ha hablado otra cosa y que si está ahí, pero no es Jamaica, entonces esa historia de su identidad y su origen siempre me han parecido súper interesante.

Teto Ocampo con toda esa historia desde La Provincia hasta Mucho Indio o poner a Carlos Vives como hablar de la de su banda, de esa gente que lleva 25 años tocando con él, creo que ha estado ahí como encontrar historias que uno que a uno le guste leer sin importar si le gusta la música de personaje y lo que te digo, que fuera muy amplio el espectro, no me parecía divertido tener solo grandes estrellas que salen todo el tiempo en los medios, no le veía la gracia a eso y me parecía interesante contrastar a esas grandes estrellas con figuras de otros ámbitos.

Ricardo Durán, autor de ‘SOBRELRUIDO,
Ricardo Durán, autor de ‘SOBRELRUIDO, Conversaciones más allá de nuestra música’, Colombia (2022)

En estas entrevistas y en el proceso ¿en algún momento tuvo momentos incómodos con los entrevistados en que tocara puntos sensibles?

— Me pasó de todo porque todos son diferentes, todo el mundo tiene buenas historias, pero no todo el mundo es bueno contándolas, la vida de todo el mundo es muy interesante, pero no todo el mundo sabe contar su historia de vida. Entonces eso es a veces difícil en cualquier entrevista, que a veces hay unas donde no tienen como que escarbar, meterse allá y pues a veces el personaje, simplemente está no va a ser, no va a abrir. Hubo algunas entrevistas donde había cosas que que tenían que quedar “off the record” y eso también es es bonito de alguna manera como en términos profesionales y personales porque el personaje está confiando en ti al decirte eso y al pedirte, por favor esto no va, entonces hay cosas que por respeto uno no saca, por lo menos a mí me pasa que hay personajes que le dicen a uno cosas y uno dice “si saco esto lo van a crucificar” y mi trabajo no es el clickbait o el escándalo, ese no es mi trabajo.

Entonces también trato de cuidar eso, no por ser complaciente con la gente, sino porque porque mi trabajo no es el escándalo, eso a mí no me gusta. Me importa más la música, me gusta lograr que las que las entrevistas sean en la medida de lo posible de igual a igual, si estoy entrevistando a un gran artista, pues que no sea yo mirando para arriba, si estoy entrevistando a un personaje emergente que no sea yo mirando para abajo. Trato de buscar de pronto puntos o personas comunes entre los dos cuando le digo “venga, usted y yo tenemos un amigo en común”, eso me ayuda a abrir más al personaje, el tipo sabe entonces que yo conozco un poco de su entorno.

Por ejemplo, ahora recuerdo tengo dos días que murieron con Alzheimer y Andrés Cepeda el año pasado sacó un disco dedicado a su papá que murió con Alzheimer, entonces sin que uno se ponga en plan de “compinche” a usted le pasó esto con el Alzheimer a mí me pasó esto con el Alzheimer, yo viví esto, ¿usted qué ha vivido? Creo que es más en ese sentido.

Por ejemplo, digamos artistas que tienen carreras muy largas, muy exitosas y uno con el tiempo aprende que hay ciertos niveles de éxito que no se consiguen si no se tiene un carácter muy berraco. Fito Páez no consigue ese nivel de éxito si no tiene el carácter que tiene, Miguel Bosé no alcanza lo que ha alcanzado sin ese carácter que tiene y así entonces lo fácil es decir “el tipo es antipático, el tipo es soberbio” o el tipo es lo que sea. Pero intenta conseguir lo que ellos han conseguido con tu carácter, por lo menos yo con el mío no lo lograría.

Hace poco que entrevistaba a Sting que no es un artista que necesite ser complaciente todo el tiempo con la prensa, no lo necesita, como lo no necesita Miguel Bosé ni Fito Páez, creo que también la prensa se acostumbra como a ese artista buena gente en promoción con el que todo es divino. Eso también es aburrido a veces, si todo lo mismo en el libro, o sea, si todo el libro por una cosa del libro es que no era o no es un ejercicio de relaciones públicas, no es una cosa que yo hago para quedar bien con nadie, entonces por eso también todo en temas como el machismo, como el racismo, me meto en el paro y en el estallido social, hago que los artistas se metan ahí unos más que otros. Pero no le estoy haciendo un favor, no estoy haciéndole los mandados a una disquera o a un promotor o a un manager esa no era la idea.

En la introducción habla sobre sobre por qué no hay mujeres en el dentro del libro ¿no cree que tener solo hombres en esta primera entrega de alguna manera margina y refuerza el estereotipo de la mujer en la industria que pretende contrarrestar?

— Cuando yo le conté del libro a una artista importante de Colombia y le dije “la cosa es así, el libro ha sido así y quiero entrevistarla para el segundo libro y en la introducción mi libro dice esto” me dijo “te van a caer con todas” y eso es como parte del paquete y creo que me toca estar también preparado por eso, porque puede dar esa percepción, pero creo que también estaba el riesgo de que, si el libro hubiera tenido no sé, mitad y mitad hombres y mujeres, se diluía como esa denuncia de visibilizar que a las mujeres les pasa esto.

Siempre que hablo de esto me acuerdo de Juanes que me preguntó por el tema y le dije mire “usted y yo podemos hacer esta entrevista en pijama en sudadera, mal afeitados, mal peinados de todo y no nos pasa nada, nadie va a decir nada. Una mujer no puede porque le va a caer en público y le va a caer la industria encima porque no está hecha una diva esa es la realidad de las mujeres en este negocio, pero además si es demasiado diva también le van a caer encima, entonces me parecía muy importante decir eso porque me ha tocado también por mi trabajo esa situación de lo primero que uno dice esta vida tan antipática, lo he sentido y lo he pensado pero ya luego cuando empiezas a mirar como esa perspectiva que da María empiezas a entender.

Estuve como año y medio detrás de Adriana Lucía literalmente, cuando lo logré afortunadamente fue en medio del Paro Nacional, entonces fue un momento perfecto, la portada de ella fue súper exitosa, pero es que cuando yo la empecé a buscar a ella, ella además estaba siendo amenazada. Está la necesidad de decirlo, o sea, claramente no, que se diluya ahí en un libro que tiene revuelto dos hombres y mujeres y también la necesidad de que ese libro de mujeres permita tocar eso abiertamente.

O sea, abiertamente si tú eres un artista femenina, sentendemos hablar de la discriminación del machismo de todos esos en esta industria, claro, yo entiendo también la percepción que puede como el mensaje que se puede mandar, eso es lo que pasa como cuando uno habla en público, algunas personas lo van a tomar por un lado otros lo van a tomar por otro,

Es un riesgo…

— No puedes ir por el mundo explicándole el libro a todo el mundo, como un artista no puede ir explicando sus canciones por todos lados, como seguramente alguien también dirá ¿por qué no hay reggaeton en el libro, entonces explicaré porque no hay reggaeton. Si me pongo a tratar de darle gusto a todo el mundo hacer un libro que todo el mundo entienda hacer un libro que todo el mundo tome bien, nunca hubiera libro.

¿Cómo define este libro? ¿como el libro de un amante de la música o como el libro de un periodista musical?

— Creo que sonaría más bonito decir que es de un amante de la música pero la verdad es que es de un periodista musical porque empecé a hacer un libro como amante de la música y no tenía acceso a todos estos personajes. Sí, claro, sería más lindo, más vendedor y más aquí, creo que es de un periodista musical que tiene los privilegios de acceso que permiten hacer un libro así y además que afortunadamente también está la capacidad que da la experiencia después de tantas entrevistas manejas la cosa muy diferente, puedes ser el amante de música más grande del mundo, pero eso no te hace un buen entrevistador o puedes saber muchísimo de música y tampoco ser un buen entrevistador. Ahí soy un periodista musical intentando ser un buen entrevistador.

¿Cuál es el papel del periodismo musical en este momento en Colombia y en Latinoamérica?

— Hace poquito publiqué un texto sobre lo que pensaba de eso, un poco duro con la industria y duro con el periodismo, creo que tenemos un problema y es que creemos que esto como es entretenimiento no es trabajo o no tengo que ser profesional y no solo los periodistas, que como es entretenimiento no tengo que llegar a tiempo, solo hago esto con mis amigos, nos falta muchísimo profesionalismo a todos y nos falta mucho más amor por la música, porque uno de los grandísimos problemas que vivimos ahora es que importa más el negocio de la música que la música. En el music business que la música importa más la data, el número, la cantidad de seguidores que la música y si te soy honesto, si tú me pones a escribir sobre un artista que no me interesa en lo más mínimo, ¿sabes qué es lo que voy a hacer? remitirme a sus números.

Es decir, puedo escribir sobre un artista que no me interesa en lo más mínimo y seguramente me limito a sus números porque no hay nada más superficial, nada más manipulable y posiblemente mentiroso que los números de las encuestas presenciales vaya uno a saber qué pasar y las encuestas nos dicen muchas cosas y con la música está pasando exactamente lo mismo, el periodismo musical cayó en una trampa que es hacer ruido y hacer ruido y hacer ruido. Recuerdo que en mi adolescencia me gustaba Metálica, recibía una noticia de Metálica cada cuatro o cinco veces, ahora recibo algo cada cuatro o cinco días. Entonces es tanto ruido que estamos metidos en una dinámica en que todos tratamos de hacer más ruido.

Los artistas, los jefes de prensa, los managers, las disqueras, los medios, todos estamos metidos ahí peleando por likes, estamos atrapados y ahí tenemos que hacer lo posible para desmarcarnos de vez en cuando no soy tan optimista como para decir a vamos a salir de la matriz, no, pero pero sí de vez en cuando hay que romper con eso y a veces cuando rompes con eso logras más clics, más likes, más interacciones.

Creo que de las cosas más exitosas que hicimos el año pasado tuvieron que ver con Edson Velandia y Adriana Lucía al final del Paro y ninguno de los dos estaba en promoción, no estaban lanzando nada, no estaban haciendo una colaboración con alguien famoso, estaban siendo consecuentes con su filosofía, con su historia, con el país en el que viven, estaban apostando, no estaban en la jugada de la industria. Creo que nos falta eso, más riesgo, más profesionalismo, menos complacencia y menos hipocresía también.

En la introducción dice que le aburren los expertos y también que no se considera experto en nada, pero ha moderando, ha sido panelista, habla de música, es un autor y para algunos es un experto…

— Me mantengo un poco en que cuando se califica a alguien de experto se vuelve un poco aburrido, no me aburro porque no me considero un experto y además me emociona el no saber todo lo que no sé porque me permite ver un experto como lo se lo venden a uno normalmente es un tipo que tiene todas las respuestas acerca de un tema. Me parece más chévere alguien que me plantea preguntas que alguien que me da un montón de respuestas.

Como te decía, hace unos días entrevisté a Sting, sé que hay gente que conoce mil veces más que yo la música de Sting, o sea, a mí me encanta, soy un gran fan, pero no soy un enfermo ni un obsesivo y sé que hay gente que sabe mucho más, sé que hay gente experta en Sting y The Police. Pero creo que a mí me gusta más encontrar nuevas preguntas, encontrar qué pasa si encuentro que Sting, yo y tú tenemos la misma duda en la vida porque tenemos el mismo miedo en la vida, eso me parece más interesante que “miren como yo me sé al derecho y al revés toda la historia de esta gente”, eso sí me parece aburrido, porque eso está ahí, ya está en los libros o en Wikipedia.

Me parece más chévere eso me parece más chévere estar atento a las cosas cuando se hacen entrevistas, las entrevistas más aburridas que yo he visto son las entrevistas en las que el entrevistador intenta demostrarle al personaje que sabe muchísimo eso es terriblemente aburrido de acuerdo, es más chévere como esos programas que hacen en los que ponen a un niño a entrevistar a alguien famoso es más chévere, pues porque como que todo el tiempo hay sorpresas.

El título de experto me parece muy harto, además que honestamente a veces siento que tengo un mar de conocimiento así de profundo (señala poco con la mano) y pues qué hacemos, este fue el camino que escogí, este fue el camino que me tocó hoy.

Habla en el libro de cuando trabajaba en una aerolínea y comenzó la inquietud por escribir y por hacer catarsis, ¿cuál era su música preferida en ese entonces?

— Cuando estuve ahí durante esos dos años siempre me acuerdo de un disco de Sting, era una recopilación. En esa época en unas vacaciones me fui a Londres y estuve en un hostel, ví a Black Sabbath, a Pantera, nunca he sido de tribus, ni de encasillarme en nada, ese ha sido siempre en mi carácter no es que yo diga que soy de mente abierta, no creo pero siempre he oído la música así, cuando yo empecé a oír música yo hoy aparejo a los Hombres G y a Iron Maiden y todavía pasa eso.

¿Ahora cuál es su música preferida?

— Voy a responder con un lugar común: la música que me parece buena

¿Y cuál es la música que le parece buena en este momento?

— A veces, últimamente, me gusta la música clásica, ahí he encontrado un refugio y debo reconocer que soy el más perfecto ignorante, pero total, no sé nada y tengo ahí unos buenos discos, pero no sé nada, pero me gusta oírla porque ahí está, me encanta sentir que no sé nada de eso. ¿Por qué? Porque cada cosa me sorprende, cada cosa es nueva, ¿me entiendes? así sea música de hace 200 o 300 años cada cosa es nueva. Sí en cambio si me pongo hoy los lanzamientos de viernes lo más seguro es que casi nada me sorprenda porque todo se va a parecer.

Quedé con muchas cosas de oír metal de cuando empezó la pandemia, por ejemplo ahora oigo un montón a Oh’laville, siempre me gusta tener algo del Brasil cerquita, pero no necesariamente como esta bosanova usando me gusta oír algo de rap, cosas de rock de Brasil porque desde muy chico fue las primeras cosas que hoy algunas venían de allá. (...) a mí la música que me parezca buena, que me emocione, que me parezca honesta, si a mí me puede emocionar tanto Rubén Blades como Sepultura o Velandia como Phil Collins, entonces la música que me parece buena es una gran mentira que es definirla porque porque yo sé que me parece buena música que desde otras perspectivas es malísima.

Qué está leyendo en este momento ya que entras a este universo literario como autor

— Estoy tratando de terminar que me ha tomado tiempo más tiempo del necesario un libro que se llama ‘Fugas’ de James Rhodes, El pianista inglés, también estoy leyendo medio a pedacitos ‘El hambre’ de Caparrós, también hace poco leí una biografía maravillosa de Pablo Carbonell de los Toreros Muertos es una cosa, se llama El mundo de la tarántula, es la tarántula porque cuesta la anécdota de una viejita que por decir farándula dijo tarántula.

También hay eso, la música que le marcó a uno la adolescencia se queda con uno, aunque ya cuando uno está viejo pueda decir era como tonto, pero o de pronto no era tanto, de pronto el tonto entonces era yo y es más valiosa de lo que yo pensaba. La música es como la gente, generalizar es difícil, la buena música es como la gente, la mala música no es como la gente o hay gente mala que se parece a la música mala. Bueno, ya estoy diciendo tonterías… (risas)

Para ser, para defender su propia verdad se necesita carácter ¿no? Y no muchos quieren mostrar eso…

— Sí, por eso las entrevistas del libro no corresponden a etapas de promoción necesariamente. Ahora me pongo a pensar, por ejemplo, Elkin Ramírez estaba promocionando el último show de Kraken, eso ese fue el último show de Kraken en su historia con Elkin antes de morir, eso cabe en otro punto, pero sí busqué que las entrevistas no fueran de promoción porque además normalmente son 20 minutos, máximo media hora y acá era trataba siempre al ser mucho más larga la cosa.

¿A quién está dirigido este libro, a quién espera que llegue?

— Honestamente no lo hice con un público en mente, lo hice porque quise. A veces me acuerdo cuando era niño que los niños decían (yo nunca lo dije), pero lo digo ahora ya viejo “porque quiero, puedo y no me da miedo”, el libro lo hice porque podía, porque quería y porque a pesar de que por momentos me daba miedo tenía que pasarle por encima entonces realmente nunca pensé en un público objetivo, quería más aportar a la documentación de la música, hay muy pocos libros de música, cada libro que se hace de música en Colombia es un esfuerzo que hay que aplaudir aunque hay muchos libros de música en Colombia muy flojos, creo que valía la pena hacerlo, acá no hay cultura de esos libros, no hay cultura de comprar esos libros, no hay si cada vez hay menos cultura de comprar libros y menos cultura comprar música. No sé si estoy dejando huella, pero para mí por lo menos queda el libro ahí para la gente que quiero y que me quiere aunque sea poquito y espero que en el futuro alguien cuando vaya a escribir sobre música colombiana mi libro le sirva, eso ese era tal vez mi principal objetivo porque cuando yo empecé en esto sufrí mucho para encontrar cosas y sigo sufriendo mucho para encontrar ciertas cosas a veces de la música hecha en Colombia, siempre tenía una imagen medio borrosa y era como un tipo que quería escribir a alguien que quería escribir sobre la música en Colombia y necesitaba fuentes necesitaba recursos.

En el camino, te vas dando cuenta que de pronto puede haber más gente que por tomar la música puede apreciar esto, que sirva para escribir la historia, como unos fragmentos de historias que sirven para escribir más historias. En el camino -ya para terminar y no posar de experto- mientras hacía el libro también encontré que el libro si tú lo lees completo es como un rompecabezas de esa historia ya que me refiero con eso Alex Oquendo de Masacre empezó su carrera con Juanes, por ejemplo, Dilson de La Pestilencia ha tocado en Masacre, Iván Benavides le prestó su casa en Estados Unidos a Juanes, Iván Benavides descubrió a ChocQuibtown con Richard Blair; Carlos Vives trabajó con Teto Ocampo e Iván Benavides y La Provincia, entonces vas viendo y la mayoría de personajes tienen vínculos, tienen lazos y se vuelven como piezas de un rompecabezas que te muestra panorama de la música colombiana, te da una foto de la música colombiana en las últimas décadas y eso me parece chévere, ese juego de que si la gente lo va leyendo concluya “cuando este estaba en la inmunda y lo ayudó” o “este tocó la banda de aquel”, “este tocó en la banda de aquel, se salió y luego en este libro le pide perdón”, pero en resumen la respuesta es que público y mercado en mente no había.

Ficha

Título: ‘SOBRELRUIDO, Conversaciones más allá de nuestra música’

Autor: Ricardo Durán

Temática: Música, entrevistas

Año: 2022

Editorial: Autopublicado

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