El nombre real de George Orwell era Eric Arthur Blair y fue un novelista, periodista y ensayista británico que nació en la india.
El trabajo literario del autor se desenvolvió a partir de las experiencias que vivió, las cuales podrían dividirse en tres etapas: su posición contra el imperialismo británico, a favor del socialismo democrático y en contra del totalitarismo nazi.
La línea de pensamiento de Orwell fue inspirada por su maestro, quien se convertiría en su futuro amigo Aldous Huxley. Previo a la publicación de sus legendarias obras.
En el condado de Berkshire, Inglaterra, hay una ciudad de nombre Eton. Huxley daba clases de francés y Orwell era su estudiante. Ambos no tenían idea que años más tarde se volverían a ver para discutir sobre sus libros futuristas.
Entre la correspondencia que se mandaban, Orwell le escribió a Huxley para darle una retroalimentación sobre “Un mundo feliz”, del cual mencionó que era “una buena caricatura de la utopía hedonista”, dando a entender que no tenía relación con el futuro.
Cuando se publicó 1984, Huxley hizo lo propio. Tras ofrecer disculpas por la tardanza (pasaron cuatro meses desde la publicación de la novela hasta el mensaje de Huxley), el autor de “Un mundo feliz” le comentó a Orwell que su libro “trataba de una sociedad donde los poderosos son simples seguidores del Marqués de Sade”.
Para Huxley, la filosofía que rodea a quienes dirigen el mundo en la novela de Orwell es “un sadismo que ha sido llevado a su conclusión lógica al ir más allá del sexo, denegándolo. (...) Yo creo que la oligarquía dirigente encontrará formas menos arduas e ineficaces de gobernar y satisfacer sus ansias de poder.”
Así nació la eterna discusión entre ambos escritores. Cada uno se sentía un visionario de la sociedad de consumo y veían sus obras “como una profecía que se acercaría mucho más a la realidad occidental”.
Los dos escritores enfrentaron las dificultades de la Primera y Segunda Guerra mundial, lo cual, seguramente, marcó su visión fatalista del futuro de la humanidad.
“1984″ y “Un mundo feliz” son grandes visiones literarias de dos autores obsesionados por adelantarse a su época de la manera más exacta posible.
“Un mundo feliz”, publicada en 1932, habla de un lugar donde los hombres han erradicado la pobreza y las guerras a cambio de eliminar la familia, la diversidad cultural, el arte, la filosofía y el amor, entre otras características humanas.
De las interpretaciones que tiene el libro destaca la que lo considera una sátira del desarrollo de la sociedad contemporánea, donde “La Reserva” es todo lo que hacía daño al mundo y la sociedad es representada como el futuro.
“1984″, que apareció en 1949, retrata un mundo futurista controlado por el gobierno. Esta obra introdujo precisamente los conceptos que dieron nombre al Gran Hermano.
Autores como Neil Postman, quien escribió un ensayo titulado “Divertirse hasta morir”, plantea una hipótesis en el cual dice que “el mundo actual se parece más al descrito por Huxley”.
Sobre la novela de George Orwell, Neil Postman mencionó que es una “distopía para el futuro de gobiernos totalitarios que coartan las libertades individuales y los ciudadanos tienen que sacrificar sus derechos por la información y la verdad que tengan”.
El mensaje que Huxley da a sus lectores es: “Esto es posible: por el amor de Dios, tenga cuidado”. Mientras que Orwell hizo referencia a “la humanidad enfrentaba un estado de guerra permanente y un control mental totalitario”.
Estos dos escritores tuvieron un motivo por el cual involucraron su pensamiento futurista donde los dos venían de entornos similares (de la ciudad de Eton), pero con un pensamiento visionario.
“El gobierno induce a los ciudadanos al consumo de ´soma´ una droga suministrada para incentivar la necesidad de tomarla en caso de que se vieran asaltados por el inconformiso, la angustia o la ansiedad”, dijo el autor de Un mundo feliz.
Si se hace un análisis más detallado al texto de Huxley se podrá identificar el ensayo de Filosofía Perenne, donde el autor se adentra al misticismo, coincidiendo con el teólogo y filósofo Maestro Eckhart: “Los teólogos pueden pelear, pero los místicos del mundo hablan del mismo idioma”.
SEGUIR LEYENDO: