Guadalupe Pita Amor fue musa, actriz y modelo de fotógrafos y pintores, escritora, poeta, oradora y tía de Elena Poniatowska. Además de su deslumbrante personalidad, impresionó a la sociedad de la época por la forma de hacer poesía y su carácter, que la distinguía de los demás, aunque también aceptó tener una vida de fiesta y tristeza.
Hay pasajes en la vida de Guadalupe que terminaría marcando la existencia de su sobrina, la también escritora Elena Poniatowska.
Editorial Planeta publicó recientemente el libro “Los demonios de mi cuerpo”, novela escrita por la mexicana Sandra Frid, en la cual narra no solo los momentos importantes de la carrera literaira de la destacada poeta, sino la historia de su vida, desde sus padres, Emmanuel Amor y Carolina Schmidtlein.
El libro narra desde los problemas que tuvieron sus padres hasta los momentos que Pita coincidió con personajes de la cultura mexicana e incluso algunos fueron sus amoríos.
En un capítulo del libro cuenta la vez que se reunió con varios escritores importantes en la Capilla Alfonsina, como el poeta, ensayista y narrador Alfonso Reyes. En el libro muestran la buena relación con el artista plástico Juan Soriano.
Fue entonces cuando Juan le comentó a los escritores que Pita escribía poesía. Alfonso Reyes le pidió a Pita leer uno de sus poemas y Pita Amor sacó de su bolso un rollo de papel de baño, con las letras hechas un remolino y de color marrón y lo leyó:
No sé si muero despierta
O si es que vivo soñando;
Sí sé que me estoy quemando
Y que todo me atormenta.
Alfonso le preguntó si era de su autoría, ella asintió y mencionó que lo había escrito en la mañana. El regiomontano sorprendió a todos al decirle “los poemas son buenos, tienen estructura”.
Antes de irse Pita le pidió prestado un libro a Alfonso Reyes, él aceptó solo si lo devuelve, ella aceptó y en dos tardes terminó de leer a Rubén Darío.
Aquí un breve pasaje del libro de Frid quien escribe los momentos más personales de la poeta y musa mexicana. Uno de ellos muestra la primera vez que pudo ver su primer libro publicado y que a su vez se relacionó con la muerte de su madre.
“Ahora, justo ahora que empiezo a brillar, mi madre vuelve a ensombrecer mi camino, mi más grande alegría”.
Otro recuerdo de la poeta, resaltado por Fried, es que siempre estaba de fiesta y recorría cabarets junto con artistas plásticos, escritores, poetas, muralistas.
Otro pasaje de la vida de Pita Amor que fue resaltado por la autora es su primer recital poético en Bellas Artes y en 1951 ya tenía varios libros publicados donde uno podría leer la prosa desgarradora y profunda de la tía de Poniatowska, que Margarita Michelena, poeta y periodista, mencionó: “es el retrato fiel de una criatura de pasión e ideas, consumida por los conflictos interiores que han sido comunes al hombre de todos los tiempos”.
Sandra Frid agradeció mucho que obras como Pita Amor, la Undécima Musa, de Michael K. Schuessler; Elvira García por Redonda soledad, la vida de Pita Amor; y entrevistas que hizo a Ricardo Rocha o Heriberto Murrieta la acercaron mucho a la vida y obra de Guadalupe Pita Amor.
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