En 1937, con veinte años, Leonora Carrington, conocida como Prim, abandonó a su familia.
Joanna Moorhead no sabía por qué la prima de su padre se alejó, incluso nadie en su familia quiso hablar del tema. “Ni mi tía abuela Maurie, que era su madre, ni mi abuela Miriam, que era su tía, me contaron nunca. Tampoco lo hizo su hermano Gerard, que, además de primo, era el mejor amigo de mi padre”. Su abuela sí le contó a dónde había ido.
En el libro “Leonora Carrington. Una vida surrealista”, la autora revela que su abuela le confesó que la prima de su papá se había fugado para convertirse en modelo. “Para malvivir en la sombra con una panda de degenerados”. Primero recorrió Europa y después viajó a México, lugar donde encontró su espacio surreal.
Aunque durante años Joanna supo poco de su díscola familiar, un día, en una fiesta, habló con una mujer morena que se desempeñaba como historiadora de arte y que venía de México. Antes de cortar la conversación Joanna supuso que México era grande y que a lo mejor sería algo inoportuno inquirir sobre su prima, pero tomo aire y preguntó.
Le contó que era prima de su padre y que estaba relacionada con el arte y artistas, hasta que le dijo “se llamaba Leonora Carrington”.
“—¿Me estás diciendo —dijo la historiadora del arte— que Leonora Carrington es pariente tuya y que no sabes quién es? Por el amor de Dios… Pero si es posible que sea la artista viva más famosa de México ahora mismo. Sus pinturas son extraordinarias. Por supuesto los mexicanos sabemos que nació en Inglaterra, pero lleva tanto tiempo en nuestro país que ya la consideramos nuestra. Es un tesoro nacional”.
Así se dio cuenta Joanna que Prim en realidad era más conocida como Leonora y no solo por ser una persona más que vivía en México, sino porque fue una de las mujeres representantes del surrealismo, dedicadas a la pintura y también a escribir cuentos el cual varias editoriales han mostrado el potencial que tenía en la corriente surrealista.
“Las narraciones de Carrington —afirma Gabriel Weisz— son mapas para navegar por los territorios interiores del imaginario; son regiones relacionadas con nuestro propio mundo interior, ese que rara vez solemos explorar.”
El 25 de mayo de 2011 la pintora de la corriente surrealista falleció en la Ciudad de México, donde dejó un gran legado para la pintura y las letras. Estos textos son algunos que escribió:
Conejos blancos
Esta historia se remonta en la ciudad de Nueva York, donde se habla de una joven que se muda al número 40 de la calle Pest, y un día colgando las toallas en su balcón, observó a su vecina que le daba de comer a su cuervo con carne podrida.
Ante su sorpresa la vecina saludó a la joven y le preguntó que, si tenía carne podrida para su ave, lo cual la joven negó, pero se dedicó a buscar para poder llevarle a su vecina.
Cuando ya tenía la carne, buscó el departamento de su vecina y al encontrarlo, ésta la invitó a pasar. Adentro del departamento, notó y olió raro, pues había muchos huesos. Al ver cómo unos conejos blancos se lanzaban sobre la carne, la vecina y su esposo, que tenían la piel blanca, también se fueron contra ella, percatándose que lo que tenían era lepra.
Las hermanas
En este cuento Drusille prepara todo para que pueda visitar a su hermana Juniper, el cual lleva comida a su hermana, pero lo que Drusille le pide es agua.
Su hermana se lo niega, le dice que está enferma; Juniper está encerrada en el desván y quiere salir a ver la luna, pero se lo niega. Al escuchar susurros de personas Drusille prefirió irse, pero no cerró el cuarto.
Al llegar el ex rey Jumart, Drusile escucha un ruido por el bosque, pero ella decide no hacer caso y le pregunta al ex rey si en verdad la ama. Mientras que ambos se dicen palabras de amor. En un momento de descuido Engadine, la criada, se encuentra con Juniper, quien ella la succiona.
Las vacaciones del esqueleto
En esta historia el esqueleto está feliz. Ya no tiene que hacer cosas de humanos, de igual forma también describe la morada del cadáver en donde nadie lo juzga y que a su vez puede ver la vía láctea.
En gran parte del cuento hace una descripción de una calaca en un mundo que es parecido al de los vivos, solo que en este se pueden hacer cosas de muertos; ir a comprar comida y bromas.
Algunos otros cuentos de Leonora Carrington son: ¡Vuela, Paloma!, El hombre neutro, Mis pantalones de franela, Historia del cadáver feliz, el Camello de arena, El vuelo de Mr. Gregory, Jemima y el Lobo, entre otros.
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