Del Mundial de Escritura, que surgió en el año 2013 como un juego interno en los talleres del argentino Santiago Llach y que ya lleva seis exitosas ediciones en las que participaron importantes escritores, editores y referentes internacionales de la literatura, este año se desprendió por primera vez el Mundial de Traducción, del que participaron 4 mil personas de 60 países.
El ganador fue el argentino Juan Cruz Geli, docente de secundaria radicado en Neuquén, con “Un hospital en Temperley”, una reversión del poema “A Supermarket in California”, de Allen Ginsberg. Más que una traducción literal, se propone como un juego de apropiación.
“Funciona bien como reversión del poema de Ginsberg y, a la vez, como el borrador de un poema perdido de Hospital Británico -en referencia a un poemario de Héctor Viel Temperley-. Es el cover de una banda de rock garage. Si el supermercado es la meca de lo americano a lo que le canta Ginsberg, hay que entender el hospital de pabellones abandonados de (Héctor Viel) Temperley en ese sentido”, indicó en el fallo el jurado compuesto por Eva Álvarez, Raquel San Martín y Fermín Huisman.
La traducción que ganó en categoría adultos “logró recrear la atmósfera del poema original, incluso algo de su cadencia y su respiración, y trasladarlo al universo de otro poeta”, agrega el fallo.
En el texto que cada uno de los participantes escribió acompañando su traducción, Geli puso: “Buscamos respuestas. En el supermercado, en el hospital, en la pantalla. Por ahí merodeamos; entre góndolas, pasillos, pabellones, salones completamente vacíos; buscando sobrevivir. Y como las respuestas no alcanzan, seguimos haciéndonos preguntas”.
Neuquén, La Pampa, Buenos Aires y Ceará, en Brasil, son las ciudades de donde surgieron los nombres de los ganadores de este primer Mundial de Traducción, heredero de seis Mundiales de Escritura que en dos años convocaron a 60 mil participantes.
A este llamado inédito acudieron traductores amateur y profesionales de 60 países: desde Alemania a Andorra, pasando por Argelia, Bolivia, Camerún, El Líbano, Bulgaria, Estonia, Filipinas, Japón, Israel, Dinamarca, Estados Unidos, Túnez, Suiza, Vietnam, Austria, China, Canadá, Argelia, Australia, Chile, Costa Rica, Malasia y Bélgica.
Los participantes fueron invitados a traducir y reversionar un poema o una canción a elección entre 25 opciones en inglés, portugués, italiano, francés, japonés y español, entre las que se incluyeron a autores como Sharon Olds, Joaquín Giannuzzi, Góngora, Angélica Freitas, Nicki Nicole, Glück, Shakespeare, Chico Buarque, Pasolini , George Perec y Basho.
“El objetivo fue acercar a los participantes al acto creativo de la traducción, una práctica central del hecho literario. A diferencia de los mundiales anteriores, los jugadores participaron de manera individual, no en equipo. La propuesta fue encarar el ejercicio como un juego de apropiación más que como una traducción rigurosa”, explicaron los organizadores.
El segundo premio de la categoría adultos fue para el pampeano José Silberman, reincidente de los mundiales de escritura y cofundador del portal juntaletras.ar, por su versión en forma de haiku del poema “Blackberrying”, de Sylvia Plath.
El escritor brasileño Caio Girão Rodrigues se quedó con el tercer puesto con “Cachorra”, reversión del poema “Dog” de Lawrence Ferlinghetti que, señaló el jurado, destaca por “su sonoridad, su efecto de sentido autoportante, el trabajo delicado de buscar la yuxtaposición de imágenes sin sobrecargar el estilo y por el punto de vista del animal que es el corazón de este poema”.
En la categoría adolescentes, Milagros Massini, estudiante de sexto año del secundario en Buenos Aires de 17 años, consiguió el podio con “Late poem para Fede”, una reversión de “Late poem to my father”, de Raymond Carver. El segundo lugar fue para Lara Mariel Messina Puppo, quien versionó el poema “Diego Bonnefoi” de Mariano Blatt; y Milo Alvarez Guerrero obtuvo el tercer puesto con su versión del “Blackberrying” de Plath. El jurado estuvo conformado por las escritoras Silvina Giaganti, Anita Catania y Julia Moret.
En la categoría infantil la propuesta fue escribir un cuento a partir de un poema o canción que podían seleccionar, también, de un corpus que incluía opciones como Tim Burton, la banda chilena 31 minutos y Gloria Fuertes . Adriana Riva, Joana D’Alessio y Julia Gomila fueron las juezas de tres subcategorías que van de 6 a 9 años, 10 y 11, y 12 y 13 años.
Lucía Tomás Cayuela ganó en la primera subcategoría con un cuento que escribió a partir de la “Milonga del hornero”, de María Elena Walsh. Joaquín Rosetti Benchimol ganó en la segunda con el cuento “¿De quién es la pelota?”, basado en “Ora borlas”, de Paulo Tatit y Edith Derdyk. Olivia Naiderman ganó en la tercera con un texto que escribió a partir del poema “El marino”, de Luis Chaves.
Todos los textos ganadores y finalistas se pueden leerse aquí.
A continuación, Infobae Leamos comparte “Un hospital en Temperley”, la versión de Juan Cruz Geli del poema “A Supermarket in California”, de Allen Ginsberg:
Qué pesadillas tengo de vos esta noche, Viel Temperley, mientras me agazapo en mí, por pabellones, colgado de las ramas, qué ramas, me duele el cerebro viendo la luna llena.
¡En mí padecimiento, y coleccionando estampitas, fui al hospital de cruces de neón, soñando con la reencarnación!
¡Qué de médicos y qué penumbra! ¡Familias enteras llorando la noche! ¡Salas llenas de maridos! ¡Esposas en los asientos, niños detrás de dispensers! — Y vos, maldito Fogwill, ¿qué estabas haciendo junto a las enfermeras?
Te vi, vil Temperley, sin hijas, solitario viejo trepanado, traspasando las carnes de la cabeza, sacado del mundo y mirando a los chicos de la carnicería.
Te escuché preguntarles a ellos: ¿Quién mató las neuronas de mí cerebro? ¿Cuánto vale la vida? ¿Son, acaso, mis ángeles?
Me metí y caminé por innumerables pasillos blancos, perseguido en mis pesadillas por el guardia del hospital.
Recorrimos juntos esos pasillos abriendo puertas, en nuestra solitaria aventura del cáncer, gozando de todos los manjares en cápsulas y sueros, con esquirlas.
¿A dónde vamos a ir, Viel Temperley? La muerte está muy cerca. ¿En qué dirección apunta tu cuerpo esta noche?
(Toco tu cráneo, sueño con nuestra odisea en el hospital y estoy en éxtasis)
¿Divagaremos toda la noche por pabellones abandonados? Los árboles dan sombra a la sombra, las luces se apagan en las salas, nos sentiremos solos.
¿Pasearemos soñando con la Patagonia, dementes de amor más allá de esta pampa que nos separa, hogar de nuestra silenciada aldea?
Ah, querido padre, cabeza vendada, viejo y solitario maestro del cuerpo ¿qué Argentina te hizo cuando Christus Pantokrator terminó de hundir su barca y vino a buscarte a nado, y te paraste sobre tu cama humeante y te quedaste mirando el barco desaparecer en las verdes aguas del Río de la Plata?
Fuente: Télam
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