La escritora argentina Maru Leonhard se formó en Diseño de Imagen y Sonido, y en la actualidad trabaja como editora audiovisual y guionista. La novela Transradio empezó siendo un conglomerado –”rejunte de anécdotas que no cierran”, cuenta que le dijeron de la editorial interesada en publicarla–, fruto de un taller que Leonhard hizo con Selva Almada y Julián López. En seis meses la escribió, pero tardó un año y medio más en corregirla, hasta llegar a la versión final. Como amante de El bebé de Rosemary y del género terror, quiso trasladar esa tensión a su novela y coquetear con el fantástico siniestro.
En relación con uno de los personajes y el tratamiento, Leonhard reconoce que los pensamientos que se tienen en la vida real deben mostrarse en la literatura, sin atarlo a la corrección política. De la misma manera asume cómo elimina un personaje “que no le servía”, sin embargo, subraya que tiene un anclaje con la realidad ese suceso de desaparición, en la que se van, que abandonan.
Maternidad y adicciones son temas que atraviesan la novela sin una intención inicial, aunque sí la hubo, por otro lado, la de llevar la novela hacia un clima inquietante.
Sobre el drama y el terror, privilegió el segundo por encima del primero aun en los momentos tristes. Apoyada en la idea de la novela cuenta que hay una necesidad de salir de la ciudad por asfixia, por necesidad de aire, aun con la certeza de que puede no encontrarse lo que se está buscando.
Mirá la entrevista completa en el video.
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