Los misterios es algo que no podemos definir y, por lo tanto, entender; es por eso que nos generan temores de lo que pueda suceder. Esto nos lleva a 1917, cuando Arthur Conan Doyle se dejó llevar por el misterio de las hadas. Unas niñas sorprendieron al escritor más famoso, a aquel que podía resolver los casos más impactantes con su personaje ficticio más famoso, Sherlock Holmes. En el libro El misterio de las hadas Conan Doyle brinda su propia explicación de estos seres que lo sorprendieron.
Además de un dotado escritor, sir Arthur Conan Doyle era un convencido espiritista. En una carta enviada a su madre, dada a conocer por la Biblioteca Británica de Londres en el 2014, el famoso creador de Sherlock Holmes expresaba: “Desde que me convertí en un espiritualista convencido, la muerte se convirtió más bien en una cosa innecesaria”.
Esa tendencia a creer en lo sobrenatural hizo que The Strand Magazine le encargara escribir un artículo sobre hadas para ser publicado en noviembre de 1920. En pleno trabajo investigativo escuchó hablar de dos jovencitas que aseguraban haber fotografiado a las hadas. En 2017 las primas Elsie Wright, de 16 años, y Frances Griffith, de 9, revelaron las dos primeras imágenes de lo que, aseguraban eran esos personajes fantásticos, captados con la cámara de Elsie en las inmediaciones de la casa familiar cerca de Bradford (Inglaterra).
Conan Doyle decidió conocer a las dos jóvenes y ver las imágenes y tras un primer acercamiento pidió hacer un peritaje para saber si las fotografías eran reales o hubo algo que engañara al ojo humano, sin embargo, la respuesta los sorprendió:
“El peritaje el Sr. Snelling sobre los dos negativos es categórico y totalmente decisivo. Dice que está perfectamente seguro de dos cosas: No hay más que una sola toma; y todas las formas de hadas se movían durante la toma, que era “instantánea”.
Algunos periódicos de Yorkshire publicaron la información colocando títulos como “¿Existen las hadas? El Misterio de Cottingley, la historia de la muchacha que hizo las fotos”, es más en una carta hace referencia a las fotografías como “las más asombrosas” siendo que estas eran algo sorprendente de la cual hasta hicieron dudar al investigador que no se le escapaba nada.
“¡El hada que vuela y El nido de las hadas son indudablemente las fotografías más asombrosas que puedan contemplarse en nuestros días! Recibí las placas el viernes pasado por la mañana y desde entonces no hago más que pensar en ellas como un loco”, comentó Melbourne.
Por parte de Kodak, que era la cámara utilizada tomar la fotografía, se negaban en la veracidad de las hadas, pero después empezaron a dudar y revelaron las fotos. En 1971 Austin Mitchel, de la BBC, entrevistó a las que habían tomado la foto, pero ellas aseguraban que eran real.
Hasta que Elsie confesó que fueron alfileres los que sujetaron los recortes de las hadas, que encontraron en 1917, en el libro “Princess Mary´s Gift Book”, “solo podíamos mantenerlo en secreto”.
“Dos pueblerinas frente a un hombre brillante como Conan Doyle... solo nos estábamos divirtiendo un poco. Al día de hoy no entiendo cómo les pudimos engañar... creo que querían que les engañáramos”.
En 1930 Arthur Conan Doyle murió y no llegó a saber la verdad de las hadas, del arroyo de Cottingley.
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