Lleva 25 años dedicándose al periodismo cultural y dirige la plataforma Babilonia Literaria. “Y soy una gran lectora. Entonces creo que llego a la literatura por un camino que se da naturalmente”, dice Fernanda Pérez en el stand de Leamos, en la Feria del Libro de Buenos Aires, conversando con Belén Marinone.
Nacida en Córdoba ,es escritora, periodista y docente. Da clases en el Colegio Universitario de Periodismo, dicta talleres y charlas vinculados con la literatura y la cultura en diferentes espacios, y produce ciclos y actividades. En 2019 fue convocada como curadora de la Feria del Libro de Córdoba.
Es autora de las novelas Las maldecidas (2012), El Sacramento (2013) y Los paraísos perdidos (2016), y participó de las antologías Ay, amor (2015) y Ay, pasión (2019). Su último libro es el ensayo Cómo escribir una historia de amor (2021).
El gran tema de su obra es el amor, “un tema que nos atraviesa a todos, a todos”. “Es muy difícil escribir sobre el amor, es muy complejo. Es un sentimiento que todos experimentamos alguna vez en nuestras vidas. El miedo es caer en los clichés del amor, que no tienen mucho que ver con el lo que es el amor”, agrega.
“¿Por qué creés que se lee tanto el género romántico en el siglo XXI, por qué es tan leído?”, le pregunta Marinone. “El amor es parte de nuestras características culturales. Amamos muy atravesados por esas características. Una historia de amor de hoy no es la misma que en el siglo XIX o en los años cincuenta. Sigue siendo un tema que nadie tiene la respuesta: ¿por qué dos personas, en el medio de la inmensidad, se eligen?”, responde.
“Siegue siendo algo que no está definido, que no está cerrado. Si me preguntan qué es el amor, no sé lo que es”, dice y agrega: “Por eso es alucinante para escribir y para contar”. Entonces aparece el feminismo, el cual, dice, “no es solo un movimiento que nos beneficia a nosotros” sino “también a los hombres” para poder “pensar otros modelos de masculinidad”.
“La novela histórica rescató a las mujeres del pasado, tanto a las mujeres que trascendieron como am las anónimos. Empezamos a ver que las mujeres que estaban en su casa no era que no tenían incidencia en la vida pública: o eran espías o sabían perfectamente qué estaba pasando. Yo creo que la novela histórica rescató eso”, dice. En el video, la entrevista completa.
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