Cada día que pasa parece haber más y más gente en la Feria del Libro. Intransitables, los pabellones están que explotan, rebosantes de familias enteras con niños que se detienen ante las gigantografías de sus personajes favoritos, manadas lentas de estudiantes uniformados y algún que otro lector solitario que se ensucia los dedos en los puestos de saldos y usados.
Después de dos ediciones canceladas por la pandemia, nadie le hace asco a la muchedumbre. Entre el apuro y el descuido, las mesas más abultadas van perdiendo libros que, con el pasar de la gente, caen al piso. Algunos, atentos y cuidadosos, los levantan. Otros los patean y siguen su camino.
Una de las principales quejas que se escuchan constantemente es el precio de los libros: un objeto que, ya sea por arcaico u obsoleto, en el imaginario popular pareciera estar exento de los estragos de la inflación. “¿Cómo pretenden que la gente lea con esos precios?”, “¿De qué está hecho… de oro?”, “¡¿Cuánto?!”, les preguntan a los trabajadores de los puestos, los verdaderos héroes de la Feria, como si el precio de venta al público dependiera de su caprichosa decisión.
Pero la Feria del Libro, más allá de ser un tradicional paseo familiar y una exposición de las novedades y figuras más exitosas de la industria, es el lugar perfecto para hurgar entre los inmensos y rebalsados mesones en busca no sólo de ofertas, sino de joyas. Infobae Leamos recorrió la Feria y armó una lista con figuritas difíciles, gemas y algunas gangas:
♦ Grabados a fuego, José Luis Alarcón:
Lo que la gente más se detiene a ver en el puesto de Grupo Argentinidad (1811, Pabellón Amarillo) son los libros sobre Malvinas. La variedad es asombrosa: libros históricos, testimoniales, novelados, ilustrados. Pero lo que más parece sorprender es la figura de José Luis Alarcón, ex combatiente que utilizó la poesía para acercar su experiencia a los lectores. Su libro Grabados a fuego, a tan solo $600, muestra las fatalidades de una guerra que, a pesar de haber sido contada de mil maneras distintas, encuentra en sus poemas un nuevo medio.
♦ Fredi, Héctor Lastra
En la Feria no sólo hay flamantes títulos nuevos. En las mesas de saldos y usados, repletas de libros por el precio de un alfajor, pueden encontrarse verdaderas joyas entre descartes editoriales e intrascendentes autobiografías de famosos. Fredi, la segunda novela del intelectual argentino Héctor Lastra, es una de ellas. Por solo $400, los lectores dispuestos a agacharse entre los estantes de Libros El Túnel (152, Pabellón Azul) podrán encontrar algunas copias de este libro, ganador del Premio Club de los XIII en 1996, hoy descatalogado.
♦ The Walking Dead, Robert Kirkman
Como todos los años, el público infantil y juvenil arrasa con los puestos de historietas, mangas y cómics. El de Nya Ediciones (138, Pabellón Azul) es uno de los más rebalsados a causa de una oferta con la que le roban el público a todos los puestos aledaños: los cómics de The Walking Dead. La historia de zombies, adaptada exitosamente como serie de televisión, cuenta con una numerosa cantidad de títulos que Nya ofrece a $800 cada uno o tres por $2000, precio con el que el resto no puede competir. En la fila para pagar, dos adolescentes le gritan a su compañero de un puesto a otro: “¡Vení a este que acá salen la mitad!”.
♦ Bye Bye Babilonia, Lamia Ziadé
Aunque en la mayoría de las mesas de ofertas hay que hurgar para encontrar las joyas, en el puesto de Grupal (1317, Pabellón Verde) estas relucen en cantidad y a la vista de todos. Ediciones grandes, cuidadas y de tapa dura se codean con títulos de autores de la talla de Italo Calvino en dos inmensos mesones con el lema “Uno por $1000, dos por $1500″. Entre las diversas opciones, la que más llama la atención, tal vez por su tamaño y su apariencia de libro-arte, es la novela gráfica Bye Bye Babilonia, de la libanesa Lamia Ziadé. Este libro, disponible a menos de un cuarto de su precio de venta al público, relata los días dorados de Beirut en los 70 antes de la guerra y su posterior devastación, todo desde la perspectiva de la autora, quien entonces tenía solo 7 años.
♦ Lo que una ama, Safo
Justo al lado del probador de libros del puesto Un cuarto impropio (1401, Pabellón Amarillo), en el que se juntaron varias editoriales independientes argentinas, pueden encontrarse todos los títulos de Monada, una pequeña editorial autogestiva especializada en la escritura de mujeres.
Entre sus títulos, todos disponibles a $700, hay textos de Virginia Woolf, Audre Lorde, Sor Juana Inés de la Cruz y María Elena Walsh. El más antiguo del catálogo, tal vez su joya más interesante, es el libro de Safo, poetisa griega de la época arcaica que se convirtió en un ícono LGBT+.
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