Harry Martinson, reconocido por haber sido uno de los mayores representantes de la poesía sueca, obtuvo el Premio Nobel de literatura en 1974; sin embargo, quien hubiera conocido su infancia, llena de historias de abandono y maltrato, no hubiera pensado que se convertiría en uno de los poetas más importantes de su época.
Siendo el quinto de siete hijos, los padres de Harry se mantuvieron en un pequeño pueblo ubicado al sur de Suecia. Las condiciones en las que vivía no eran excelentes, pero se mantenía en respetable, hasta que un día, cuando tenía 6 años, su padre murió.
Ante esta noticia, la madre de Harry no pudo con la depresión y abandonó a sus hijos para irse a Estados Unidos. Sin familia y con hermanos, el pueblo en donde vivió trato de cuidar de sus hermanos, pero como eran bastantes tuvieron que separarlos para que los pudieran aceptar en iglesias o granjas.
Harry fue llevado a la parroquia en donde se hicieron cargo de él y después de haber pasado un tiempo fue adoptado por diferentes familias campesinas. El problema de este proceso de cambio fue que en muchas ocasiones las familias se aprovechaban y le dejaban hacer trabajo pesado.
Al cumplir dieciséis años, Martinson aprovecha para navegar y recorrer el mundo. Entre sus viajes tuvo la oportunidad de vivir en Sudamérica y la India, el cual pudo costearse al trabajar en 19 barcos, pero para 1927 tuvo que regresar a Suecia para poder reposar de la tuberculosis que contrajo, siendo esta enfermedad muy común, en la época, entre fogoneros.
Ante su recuperación, los años pasaron y fue ahora en 1929 donde su relación con la famosa novelista Moa Martinson quien escribe sobre temas proletariados y el cual era catorce años más grande que él. Aunque eso no impidió que su relación prevaleciera.
Entres los viajes que hizo en alta mar y sus experiencias con distintos países y con la inspiración de Kipling o Dan Anderson, escribió sobre el mar y fue entonces donde comenzó su vida como escritor, ya que en 1929 publicó su libro Spökskepp (Barco fantasma) y no fue sino hasta su libro Nómada en donde se le reconoció como un poeta.
Una de las cosas más curiosas que le pudo ocurrir a Martinson fue el haber conocido a su compañero y con quien años más tarde compartiría el Nobel de Literatura, Eyvind Johnson en la guerra ruso-finlandesa y a partir de ahí empezaron a tener mucha relación.
A pesar de los conflictos que estaba pasando el mundo en 1939, Harry decidió apoyar al partido del país nórdico e ir a la guerra ruso-finlandesa donde se va a pelear con su amigo y varias personas que reunieron para irse.
Al haber sobrevivido a la guerra, hizo que Harry pensara más la situación con su esposa Moa y con ello decidió divorciarse de ella. Aunque en 1942 se casó con Ingrid Lindcrantz. Después de casarse, sus textos hablaban más de los temas proletariados y de los vagabundos que conoció durante sus viajes, el cual lo posicionó en la Academia Sueca, siendo el primer escritor que fue el primer proletariado en tener una posición igual.
Para 1974, fue reconocido, junto con su amigo Eyvin Johnson con el Premio Nobel de Literatura, en la cual se mencionó que fue “por una obra poética capaz de abarcar desde una gota de rocío a todo el universo”.
Después de obtener el galardón, su depresión aumentó y trató de suicidarse, y a pesar de haberse divorciado otra vez y de conciliar otro matrimonio terminó sus días el 11 de febrero de 1978.
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